Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraída,
pasos
leves, llovizna,
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no
acaba de irse,
la noche no llega todavía,
figuraciones de la
niebla
al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo
en el
recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover,
sin oírme,
oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormida
con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de
sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y
somos,
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso,
pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el
asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me
mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y
tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,
pasos de agua sobre mis párpados,
óyeme como quien oye llover,
el
asfalto relumbra, tú cruzas la calle,
es la niebla errante en la
noche,
como quien oye llover
es la noche dormida en tu cama,
es
el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,
tus dedos de llama queman mis ojos,
tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,
manar de
apariciones y resurrecciones,
óyeme como quien oye llover,
pasan
los años, regresan los instantes,
¿oyes tus pasos en el cuarto
vecino?
no aquí ni allá: los oyes
en otro tiempo que es ahora
mismo,
oye los pasos del tiempo
inventor de lugares sin peso ni
sitio,
oye la lluvia correr por la terraza,
la noche ya es más
noche en la arboleda,
en los follajes ha anidado el rayo,
vago
jardín a la deriva
entra, tu sombra cubre esta página.
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