Tienes un tremendo trabajo por hacer. Es el trabajo silencioso de crear más amor en el mundo. Es como la levadura en la masa, que obra sin que se note, y sin embargo, sin ella el pan sería una masa dura.
Por tanto, ama a las almas con las que te encuentras, ama a tu entorno y ama a las almas que en apariencia son tus enemigas.
Hay mucha mayor gracia en amar a los aparentemente imposibles de amar que en amar tan sólo a las almas que te aman a ti.
Siente la necesidad de amor que tienen todas las almas, y déjate convertir en un canal para que el amor fluya satisfaciendo esa necesidad.
A medida que cada individuo aprenda a amar sin buscar recompensa, el peso del mundo se aligerará, pues el amor lleva un elemento de liviandad allí donde había peso y oscuridad.
El amor empieza en cada individuo, por eso mira en tu propio corazón y manifiéstalo.
Ofrécelo libremente y con auténtica alegría.
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