¿Quién es el encargado de regular el azúcar en sangre?
El páncreas regula la concentración de azúcar en la sangre a través de la insulina…
¿Y qué es la insulina?
La insulina es la encargada de trasladar los nutrientes esenciales a todas las células del cuerpo, en especial la glucosa. Si no hay suficiente insulina, el azúcar queda retenido en la sangre, con lo que alcanza niveles tan altos que puede ser peligroso.
Es lo que llamamos diabetes. Parece que hay de distintos tipos.
Todas ellas tienen en común los problemas con la insulina que están conectados a la recepción y la entrega de amor. Las células fracasan o no se abren cuando llega el amor:
*Desengaños amorosos.
*Miedo al amor.
*Incapacidad de aceptar el amor del otro.
*Incapacidad para la entrega en el amor.
*Deseo inconfesado de satisfacción amorosa.
*No haber aprendido a dar amor.
*No tener confianza para entrar en el reino del amor.
¿Por qué generalmente al diabético se le agria el carácter?
Como dice R. Dahlke “el cuerpo nos enseña: el que no ama se agria; o, formulado más claramente: el que no sabe disfrutar se hace insoportable.”
No se puede recibir lo que no se da. El diabético está contrariado porque quiere amor (cosas dulces), pero tiene miedo a buscarlo de manera activa. Esas contradicciones amargan la vida: “¡A mí lo dulce no me conviene!”. Pero es lo que desea ”¡Qué más quisiera, pero no puedo!”.
En mi familia no hay antecedentes, sin embargo no comprendo por qué he desarrollado diabetes.
El desencadenante puede ser en muchos casos un estrés desmedido que se padece. Por un fallecimiento, una separación, una catástrofe natural, un accidente o atentado…Un ejemplo: una madre acompaña a su pequeña hija al cine y sufre un accidente de coche donde su pequeña de 7 años muere. Producto de la tristeza, la angustia y la culpabilidad, una semana después la madre contrae una diabetes.
Tal vez por eso se dice que “el páncreas y el bazo son los absorbedores de los golpes graves de la vida”
El páncreas es un órgano inseparable del plano emocional, enfermando frecuentemente en episodios de:
*Estrés no aceptado
*Temor a la propia muerte o confrontación con la violencia física.
*Duelos o pérdidas no aceptados
*Insatisfacción general por la vida
*Abusos en la infancia
Además de los daños físicos que causa la diabetes, el enfermo se verá obligado a modificar sus hábitos cotidianos, se hará dependiente de sus dosis de insulina y deberá comer más a menudo y modificar su dieta, menos hidratos de carbono, dulces al mínimo, menos grasa y más fibra. Al diabético le cae encima el peso de la cronicidad de su enfermedad, más que a cada paso, sus hábitos de vida le recuerdan que “es un enfermo” y te privamos del dulzor de la vida. La medicina holística en muchas de sus formas afronta la diabetes como una enfermedad tratable, pero también en algunos casos curable. Para empezar, sería saludable que el diabético focalice atención en otros aspectos sanos de su vida y de su propia persona. Cambiar “soy diabético”, por “soy lo que soy… ¡Ah! y entre una infinitud de cosas que podrían definir, ahora mismo tengo diabetes”.
Se suele decir que el diabético necesita trabajar sobre el recuerdo emocional que provocó su profunda tristeza y de ese modo poder acceder al momento presente.
Siete consejos para prevenir y paliar la diabetes:
1.-Dar amor sin esperar nada a cambio
2.-Trabajar el desapego
2.-Superar la dependencia
3.-En lugar de sufrir por no tener lo que creemos que necesitamos, dirigirnos activamente hacia lo que deseamos.
4.-Hay que dejar sin miedo que el amor penetre hasta los niveles más internos (las células)
5.-Aceptar el placer que proviene del contacto con el otro
6.-Disfrutar de la dulzura de la vida
7.-Buscar de manera activa la satisfacción, en el plano físico, psíquico y espiritual
Además de los consejos que el doctor nos dará al respecto y toda la información que encontraremos en la red sobre que hacer con la nutrición en caso de diabetes, el diabético podría hacer de su enfermedad un valioso tesoro que su cuerpo le ofrece para aprender lecciones sobre dar y recibir amor, sin miedo, sin dependencia y con total libertad.
Fuente Plano Sin Fin
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