martes, 2 de enero de 2018

Luna llena en Cáncer :: quien persevera alcanza ::

Cruzamos el umbral de Luna llena en Cáncer. El Sol en Capricornio alumbra la Luna en el primer signo de agua de la rueda astrológica, Cáncer.

Esta primera Luna llena del nuevo año nos acoge con la energía femenina del agua. Nuestras emociones y sentimientos están en movimiento. Nos adentramos en un nuevo ciclo repasando los pasos que nos han traído hasta aquí, a la vez que miramos hacia delante inspirados por los sueños y visiones que queremos materializar en el futuro.

El Sol en Capricornio está acompañando por Venus, por Pluto y por Saturno. Sentimos el llamado y la necesidad de crear una base firme para la materialización de nuestra creatividad. También sentimos el llamado del pasado. Sus voces nos devuelven a lo que queda pendiente, a lo que necesita ser acogido y reconocido desde lo profundo de nuestra alma. Es el agua de Cáncer la que nutre la Tierra de Capricornio. Es la profundidad de Cáncer la que sostiene la base de la estructura que queremos crear. El Agua de nuestras emociones nutre la Tierra de nuestras manifestaciones.





Este viaje hacia el pasado al cual Cáncer nos convoca se expresa de varias maneras. Por un lado en la constelación de Cáncer conectamos con nuestras memorias uterinas. Nuestro cuerpo en el vientre de nuestra madre, nuestro primer contacto con la Vida a través de nuestro nacimiento, nuestra gestación.

El vínculo con nuestra Madre : ¿cómo estaba ella durante nuestra gestación? ¿cómo fue nuestro parto? ¿cómo fuimos acogidos, recibidos, nutridos? Esas primeras memorias corporales, sensoriales que nos marcaron y que nos codificaron son la matriz, la base sobre la cual levantamos nuestro ser y estar en el mundo. Capas y capas de experiencias y memorias se entretejen en nuestras células, en nuestro tejidos y órganos. Nos recuerdan nuestra infancia, nuestro primer ecosistema vincular, nuestro primer hogar. En Cáncer las memorias están vivas, son orgánicas y se mueven en nuestro cuerpo. Buscan salir a la superficie. En Cáncer somatizamos. En Cáncer nuestro cuerpo habla y pide escucha.

El retorno a la Madre al cual Cáncer nos convoca es un lugar cíclico al cual recurrentemente volvemos a recapitular nuestros pasos, a resignificar nuestra historia, a hacernos dueños de nuestra narrativa vital. Esta Luna llena en Cáncer nos habla de la relación de nuestro deseo creativo presente con lo que hemos aprendido en nuestra crianza y heredado de nuestra familia. También nos habla de nuestro linaje y herencia.






Esta relación puede ser armoniosa o disonante. Para algunos esta Luna llena revela límites y obstáculos a la materialización de nuestro deseo. Inseguridades, resistencias, miedos inconscientes emergen en el umbral de la manifestación. Crear nuestro sueño en la materia implica brasear el pasado para reconfigurar nuestro propósito, para ubicarnos en el presente y elegir con discernimiento los próximos pasos a seguir. No vamos en línea recta. Nos movemos en espiral. En el eje de Cáncer y Capricornio la espiral nos devuelve a nuestra herencia.

Bajo esta Luna llena la energía de la magia creativa de Venus se enfrenta a los códigos y condicionamientos familiares que nos habitan. Venus en Capricornio está además en compañía de Pluto, lo que nos indica que nuestro deseo de manifestar nuestro poder creativo es intenso y profundo, visceral. Con Venus y Pluto esto implica que algo ha de morir y renacer para catalizar el proceso de manifestación que deseamos. Lo queremos, lo necesitamos y, a la vez, conectamos con el temor a salir de nuestras zonas cómodas y familiares. Tenemos miedo de crecer fuera de los límites conocidos.

Cada paso que damos en Soberanía Creativa dando forma y voz al propósito de nuestra alma va a detonar su opuesto, su polaridad. Este opuesto está vinculado a las prohibiciones inconscientes de nuestro árbol genealógico. Entonces, esta Luna llena en Cáncer nos pide que le demos tiempo a estas voces más vulnerables, más inseguras, más temerosas, a que se presenten. Si lo permitimos, es probable que sintamos emerger sentimientos de duelo. Lágrimas de reconocimiento, conciencia, sanación e integración brotan para liberar las memorias presas del pasado. Estas memorias nutren la base, la tierra de nuestra creatividad. Es reconociendo y acompañando el duelo de lo que fue que podemos dar la bienvenida a lo que pide ser encarnado, creado hoy y mañana.

Nuestra lealtad inconsciente a la frustración creativa de alguno de nuestro progenitores puede sabotear nuestro camino de individuación creativa. El deseo creativo no realizado de Mamá, de Papá, actúa invisible detrás del telón de nuestra conciencia. Nuestra lealtad, voz del amor incondicional que sentimos hacia nuestros padres, secuestra nuestra capacidad de bracear libres nuevos territorios. Nuestro inconsciente profundo registra nuestros pasos por un nuevo camino como una traición al guión familiar y ahí nos entrampamos, confusos.





En este contexto, el camino nos es ni la obediencia ni la rebelión. El camino es la escucha y la integración.

El mismo día de la Luna llena en Cáncer Urano en Aries recupera su marcha directa. Después de cinco meses retrógrado, Urano recorre sus pasos. Este movimiento activa la narrativa de liberación e individuación de Urano en Aries. El Yo Soy, la voluntad de expresarnos, el deseo de independencia y libertad toma fuerza. Este movimiento de Urano es importante ya que son sus últimos meses en Aries. Desde el 2011, cuando Urano entró en Aries, hemos estado en la escuela de la Libertad Personal y como todo planeta lento, Urano sintetiza sus lecciones en los últimos grados del signo que transita.

En Mayo Urano hará su entrada en Tauro, tránsito que fortalece el elemento de Tierra y que nos convoca a hacer cuerpo de la libertad personal que hemos conquistado en los pasados siete años.

Tauro, signo gobernado por Venus, rige, entre otras cosas, la garganta, la voz y la expresión. El paso de Urano por este signo augura un cambio en nuestra manera de expresarnos que tendrá un impacto directo en la manera de vincularnos, en nuestra manera de generar abundancia y en la manera de intercambiar nuestros recursos.

Los últimos meses de Urano por Aries son cruciales para integrar las lecciones que hemos vivido estos pasado siete años. Bajo esta Luna llena pueden surgir golpes de claridad, revelaciones y un sentimiento de despertar que nos puede ayudar a enfrentar y liberar qué prohibiciones familiares interfieren con nuestro camino personal. Esta Luna llena puede incluso para algunos actuar como un rayo que rompe un largo hechizo.

Estas prohibiciones para algunos se expresan de manera interna. Este es un buen tiempo para escribir, para expresar en la intimidad de nuestro santuario interior, las voces que piden nuestra presencia, acogida y escucha. Para otros los vínculos íntimos son los escenarios en las que esta narrativa se proyecta.

En estos momentos hay relaciones que revelan la batalla entre el pasado y el presente. Algunas relaciones nos devuelven a roles y voces en la que ya no nos reconocemos. Personas próximas hacen de espejo de nuestra lealtad condicionada. Esta Luna nos habla de una liberación. Puede que nos liberemos de un tipo de relación que ya ha cumplido su tiempo. Esta liberación es un duelo y a la vez potencia un nuevo tiempo creativo.





Puede que hayan personas en nuestra vida que resistan nuestro deseo de libertad. Esta resistencia nos desafía a honrar, expresar, cuidar nuestra libertad.

Venus en Capricornio nos habla de crear límites que potencien nuestra creatividad, que potencien el amor propio y el compartido, que potencien la creatividad. Saber decir que no a tiempo, marcar la frontera de lo que sí aceptamos y lo que no, es un ejercicio que puede ser doloroso en la medida que nos enfrenta a una autoridad antigua, un poder al que hemos obedecido hasta ahora, y que ya no nos influencia. Y también puede ser profundamente liberador, en la medida en que, eso que hasta ahora ha tenido poder sobre nosotros, ya no lo tiene.

Otra manera en que se expresa esta energía es a través de la sensación de tener que superar y traspasar obstáculos y dificultades para vivir y disfrutar nuestro anhelo. Los procesos de materialización creativa, de construcción, de trabajo y dedicación ralentizan el fuego de nuestro deseo. Esta fuerza que nos detiene nos pide que sostengamos la tarea, el foco y la voluntad de crear y que crucemos la zonas espesas u opacas para valientemente adentrarnos en la creación de lo que deseamos. Este es un proceso que pone a prueba nuestros sueños, fortalece el músculo de nuestra voluntad y dedicación, y nos invita honrar el hecho de que necesitamos madurar para crear.

Bajo esta Luna llena en Cáncer, nuestras respuestas infantiles, nuestras adicciones a patrones de seguridad y amparo dejan de ser un refugio familiar. Estamos en la Tierra desconocida de nuestro sueño, no el de nuestros padres, no el del pasado. Esta conciencia nos invita a crecer, a tomar responsabilidad por los procesos que abrimos, y sobre todo a caminar lentamente el proceso de materialización de nuestros sueños. En estos momentos el potencial evolutivo es enorme en la medida que no huyamos de lo difícil, de lo incómodo. Esta Luna llena en Cáncer nos invita a acoger los patrones que se repiten -los retornos de nuestra respuestas defensivas, nuestra tendencia a escondernos y aislarnos- como un paso hacia un nuevo territorio. Nos invita a no huir de la dificultad. Nos invita a escucharla, dialogar con ella, darle paso.




Detrás de la espesura de nuestras resistencias -y de cómo estas se presentan en nuestra vida- está el poder de la magia. Si abandonamos la tarea por impaciencia, por pereza, por incomodidad o por despecho infantil no podremos experimentar el poder transformador de la magia creativa. El Sol en Capricornio y la recién entrada de Saturno en este signo nos recuerdan el lema que dice, el que persevera alcanza.

¿en qué proyecto, idea, relación, proceso estamos llamado a perseverar? ¿qué aspecto de nuestra vida pide que no claudiquemos, que no huyamos, que nos quedemos sosteniendo la incomodidad?

Por otro lado, la presencia de Pluto en conjunción con Venus en oposición a la Luna nos alerta que no confundamos la perseverancia con el sufrimiento y el abuso. Esta Luna llena nos ayuda a discernir los espacios creativos de los destructivos. Perseverar no implica sostener situaciones en las que somos dominados por energías, fuerzas, situaciones y personas que no nos cuidan, que no nos respetan.

Esta Luna llena en Cáncer nos habla del poder de la adicción a las emociones familiares. Nos alerta del peligro de serles fiel a espacios tóxicos en los que nos somos valorados, reconocidos y honrados. En los cuales nos quedamos por miedo a lo desconocido, por miedo al conflicto, por miedo a SER.

Espacios en lo cuales nos quedamos porque, aunque tóxicos, son parte de la bioquímica de nuestra pertenencia. También nos alerta de esas voces internas despiadadas que nos juzgan y exigen actuar desde un lugar de deber y obediencia, del miedo a discrepar, del miedo a dar voz a nuestra verdad.

La clave para discernir lo sano de lo tóxico tiene que ver con nuestra capacidad de sostener el gozo en la vorágine de situaciones y procesos complicados. Por más difícil que estén las circunstancias de nuestra vida, si no sentimos el gozo de una liberación interna, entonces es tiempo de soltar, de dejar ir.

Esta Luna llena nos invita a madurar y madurar implica reconocer la convergencia de nuestras aguas. La paradoja de nuestro sentimientos. Podemos estar en medio de una tormenta de dificultades sin perder nuestro centro, nuestra capacidad de conectar con la fuente de vida. Esta conexión alimenta nuestro sueño y reconocemos que lo que vivimos es solo un pasaje en nuestra espiral de vida. Pero si nuestra realidad es una de hundimiento, de desvalorización y de abuso, y si nos enfermamos, esta Luna también nos invita a visitar las improntas de nuestra narrativa familiar en las que estos patrones heredados sustentan nuestros vínculos hoy.

En esta Luna llena damos la bienvenida al encuentro de nuestra aguas, de nuestros múltiples tiempos y voces internas. En el eje de Cáncer y Capricornio tomamos contacto con nuestro consejo interno, el círculo que nos habita y que en su diversidad, se abre al diálogo y a la escucha. Frente a este consejo interno esta Luna llena nos invita a reunir al arquetipo de nuestra Madre Nutricia -amorosa y compasiva- con el arquetipo de nuestra Madre Tirana -dominante y castrante-. Estas dos partes de nuestra psiquis profunda y primaria son la voz de nuestros ríos internos, de nuestras aguas. El encuentro y diálogo entre estas dos fuerzas primarias encontrarán un punto en común, un lugar de alianza y colaboración. Un lugar que nos lleva al amor, al deseo de bienestar y a la liberación de nuestra energía creativa. Busquemos tejer el puente entre estas dos voces, para que se unan y corran como una sola agua. Esta Luna llena en Cáncer nos invita a la reconciliación, a la aceptación y a la acogida.






Acogernos en casa. Honrar nuestra pertenencia a nosotros mismos. Tejer puentes y conectar partes disociadas de nuestro ser; tejer puentes en vínculos en que nos podemos presentar completos, libres y sinceras, este es el camino bajo la Luna, aquí ahora.


Fuente: Paloma Todd 

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