De autor desconocido:
Quedarse a solas con uno mismo es un ejercicio de amor.
Es algo que debiera ser inaplazable y que, increíblemente, aplazamos.
Antes o después, y es mejor antes, ha de suceder la reconciliación incondicional con uno mismo; amarse a pesar de todos los pesares; comprenderse, aceptarse, acogerse en un abrazo con la promesa de que el resto de la vida será de otro modo más sereno y comprensivo.
Quedarse a solas con uno mismo es un ejercicio de amor.
Es algo que debiera ser inaplazable y que, increíblemente, aplazamos.
Antes o después, y es mejor antes, ha de suceder la reconciliación incondicional con uno mismo; amarse a pesar de todos los pesares; comprenderse, aceptarse, acogerse en un abrazo con la promesa de que el resto de la vida será de otro modo más sereno y comprensivo.
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