Creemos que la materia tiene algún tipo de propiedad que puede generar la enfermedad al margen de nuestros sentimientos y emociones. Esta creencia no pretende otra cosa que trasladar el origen de la enfermedad fuera de nosotros mismos, y hacer que otro se sienta culpable.
La enfermedad viene a ser el testimonio de que se nos debe proteger de todo mal. La depresión, la ansiedad, el dolor de cabeza, las menstruaciones dolorosas… la causa de todo ello está afuera, y nosotros somos las víctimas a las que se debe proteger.
La enfermedad es un argumento que resulta muy útil al ego para demostrar que el otro es el culpable del propio mal. Es más, muchas veces nos resistimos a curar o a ser curados porque la enfermedad demuestra el ataque que hemos sufrido.
La enfermedad viene a ser el testimonio de que se nos debe proteger de todo mal. La depresión, la ansiedad, el dolor de cabeza, las menstruaciones dolorosas… la causa de todo ello está afuera, y nosotros somos las víctimas a las que se debe proteger.
La enfermedad es un argumento que resulta muy útil al ego para demostrar que el otro es el culpable del propio mal. Es más, muchas veces nos resistimos a curar o a ser curados porque la enfermedad demuestra el ataque que hemos sufrido.