domingo, 30 de septiembre de 2012
La duda , ocupa un lugar considerable, sobre todo cuando de tomo la decisión de viajar liviano. Solo unos pocos, encuentran mas belleza en el sol del desencanto, que en las nubes de la certeza, y entonces siempre es mas atractivo, ver que hay del otro lado del muro. Como en esas terrazas, donde cuelgan sabanas, y con la danza del viento, permiten ver de vez en cuando al que esta del otro lado, así estoy. Con los labios dibujando un imperceptible gracias. Amanece, y la vida celebra cada oportunidad, de volver a empezar.
Amor mío, no te quiero por vos ni por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me lleve a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta tu amor (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente, porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado.
JULIO CORTÁZAR
Suscribirse a:
Entradas (Atom)