domingo, 10 de marzo de 2019



Vuela con el corazón


Restaurar la propia luz

Somos activadores de luz viviente. Y toda esa fuente de luz pasa por el chacra timo y corazón.
Aunque tengamos una elección de vida personal, con unos retos a sellar y comprender de vidas anteriores, es muy importante asumir, que todo es parte de un plan mayor.

Vinimos como soles a alumbrar linajes muy densos y prender desde la máxima dualidad, como sostener o encender la propia luz, el amor y la vibración.

Ahora es el instante más sagrado, este llamado de alma que todos sentimos es real. Es el tiempo del compromiso con la propia luz. Todo nos lleva a ello, por eso ya no podemos doblar las cosas a voluntad, y es el propio ser interno, quien por vibración. marca y atrae los hechos a nuestras vidas. Este mes de marzo es la alineación con ese propósito de iluminar, iluminar todo a nuestro paso, sin esperar nada, pues no vinimos a recoger sino a sembrar.

Esta labor de ser semilla de luz a cada acto y paso en lo más cotidiano, no es  iluminar a otros, sino ser un punto de luz en cada uno. Para que así esta gran red de corazones iluminados se expanda y aumente su frecuencia. Aunque no nos conozcamos entre nosotros.

Somos una red, de corazones, cuya función es iluminar nuestra vida. Sentir gozo y abrir la vibración desde el corazón, esa es la gran misión que todos buscamos. El gran compromiso con Gaia, nada fácil en nuestros tiempos.

A más caos. Más amor.
A más incomprensión. Más aceptación.
A más vacío. Más luz.

 Ese es el reto de alma. Estamos aquí de paso. Y vinimos a sostener una vibración. Para que haya un mínimo que se sostenga. Mientras desaparecen otras realidades.
Si cualquier función de nuestra vida la estamos sosteniendo desde el enojo, es que aún, no estamos amando la humanidad, la dualidad y las otras conciencias. Aún nos queda por aprender.

Una cosa es poner límites. Y es sano y necesario y otra, permanecer donde no somos felices o callar mientras otros dirigen las realidades. Todo ello se puede hacer desde el amor. Respetando lo que es y participando o no a voluntad.

El gran reto de los tres portales 333, es renacer en la propia luz. En la naturaleza divina y fundirnos en unidad con toda la vida.

Elsa Farrus