sábado, 14 de octubre de 2017
".. Cuando sientes que no puedes avanzar ni retroceder, cuando descubres que no puedes permanecer de pie ni sentado ni tumbado, cuando tus hijos han muerto de malnutrición y han enviado a tus ancianos padres al asilo o a la cámara de gas, cuando comprendes que no puedes escribir ni dejar de escribir, cuando estás convencido de que todas las salidas están bloqueadas, o te pones a creer en los milagros o te quedas inmóvil como el colibrí. El milagro estriba en que la miel está siempre ahí; sólo que estabas demasiado ocupado buscándola en otro lado para darte cuenta. Lo peor no es la muerte, es la ceguera ante la realidad de que todo en la vida tiene un carácter milagroso".
Henry Miller
Inmóvil como el colibrí
Henry Miller
Inmóvil como el colibrí
JÚPITER EN ESCORPIO, La expansión en transformación
"Júpiter a menudo expresa las cualidades más nobles y elevadas de Escorpio” Stephen Arroyo
Júpiter es el planeta que expande todo lo que toca. Dónde está Júpiter están las creencias, la fe, el optimismo, la confianza. Podría ser representado por el cuerno de la abundancia que nunca se agota.
Júpiter siempre está en nuevas aventuras, ampliando los horizontes, todo lo que hace es a lo grande.
Júpiter es la conciencia. Es un guía, un maestro interno y externo porque podemos ver a ese Júpiter los maestros de nuestra vida. Abre el camino donde hay que dirigir la energía para evolucionar. Nos muestra el significado en nuestras vidas, aporta bienestar espiritual.
Júpiter y su vuelta al Sol
Júpiter tarda 12 años aproximadamente en dar la vuelta completa al Sol, por lo que transita cada año un nuevo signo de la rueda zodiacal, desde el martes entró en Escorpio, los temas que trae esta área del mándala tienen que ver con nuestra sombra, la transformación, los procesos que tenemos que dejar morir. Escorpió es el momento de morir y renacer de las cenizas tal cual el ave fénix.
Este transitar de Júpiter en Escorpio puede traernos el deseo de amplificar y mejorar nuestros horizontes a través de la transmutación de nuestros deseos.
Son tiempos donde bien podríamos expandirnos de forma optimista, pero todo esto puede verse afectado por el temor y la incapacidad de abrirnos emocionalmente, temas que nos trae el Escorpión.
Escorpio es profundo, Júpiter expansivo, esto puede llevarnos a sentir la intensa necesidad de conectarnos con algo mucho más profundo que el yo, podría orientarnos a un orden superior en búsqueda de las propias intensidades. Este año cobrará vida una energía
transformadora para tener confianza en nosotros mismos.
Recordemos que este planeta
expande todo lo que toca. Júpiter en tránsito nos mostrará en que area intentamos mejorar nuestra vida. Es importante que este año recorras el camino Jupiteriano, primero deberías saber en dónde está Escorpio en tu carta, esa área será la que Júpiter te hará expandir. Si hay planetas es importante ver las funciones de cada uno de ellos, estas se verán afectadas o beneficiadas por la energía de Escorpio, habra una transformación muy fuerte.
En su transitar en ️Libra dio lugar a mirar con mayor luminosidad todos los temas relacionados con la pareja, las sociedades y lo vincular. En este transitar Escorpiano se amplificara todo lo oculto, lo encriptado, lo que está en sombra para poder lograr la transformación. Para todas aquellas personas que tengan un Escorpio fuerte, este tránsito hará mucho hincapié en los temas anteriormente mencionados. Como también afectará o beneficiara a todos los seres del mundo, ya que en nuestra carta está Escorpio y este Júpiter durante un año estará haciendo sus movidas pertinentes.
Serán siempre muy importantes los aspectos con los planetas personales (Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte) y el Ascendente o el Medio
Cielo. Cómo asi también la relación de este Júpiter con los Planetas Transpersonales.
Júpiter en Escorpio nos propone ir a nuestro mundo bien profundo, a buscar en ese pantano interior todas las energías que haya que transformar, cambiar, dejar morir, para lograr expandirnos a lo que realmente deseamos.
Júpiter rige a Sagitario, el Centauro tiene una flecha que la dispara al cielo en búsqueda de lo que desea, previo a ese estadio, ese Centauro fue un Escorpión que nado en lo profundo del pantano socavando su parte oscura para transformarla en el luz.
¿Estás listo o lista para revisar tus intensidades internas? ¿Estás listo para ver tu sombra tal cual es? ¿Estás listo para dejar morir todo aquello que no te deja avanzar donde queres estar? Todas estas son las preguntas tenés que hacertetelas durante este año e ir trabajando toda la sombra para poder expandir tú conciencia a donde merece estar.
Cómo es arriba es abajo: El cielo nos da una oportunidad de transformar, de dejar lo oscuro y pasar a lo claro. Siempre en tránsitos de este tipo las energías estan disponibles para el mundo, depende de vos usarlas a tu favor.
Feliz Júpiter en Escorpio.
Zez Blog Astrológico
Júpiter es el planeta que expande todo lo que toca. Dónde está Júpiter están las creencias, la fe, el optimismo, la confianza. Podría ser representado por el cuerno de la abundancia que nunca se agota.
Júpiter siempre está en nuevas aventuras, ampliando los horizontes, todo lo que hace es a lo grande.
Júpiter es la conciencia. Es un guía, un maestro interno y externo porque podemos ver a ese Júpiter los maestros de nuestra vida. Abre el camino donde hay que dirigir la energía para evolucionar. Nos muestra el significado en nuestras vidas, aporta bienestar espiritual.
Júpiter y su vuelta al Sol
Júpiter tarda 12 años aproximadamente en dar la vuelta completa al Sol, por lo que transita cada año un nuevo signo de la rueda zodiacal, desde el martes entró en Escorpio, los temas que trae esta área del mándala tienen que ver con nuestra sombra, la transformación, los procesos que tenemos que dejar morir. Escorpió es el momento de morir y renacer de las cenizas tal cual el ave fénix.
Este transitar de Júpiter en Escorpio puede traernos el deseo de amplificar y mejorar nuestros horizontes a través de la transmutación de nuestros deseos.
Son tiempos donde bien podríamos expandirnos de forma optimista, pero todo esto puede verse afectado por el temor y la incapacidad de abrirnos emocionalmente, temas que nos trae el Escorpión.
Escorpio es profundo, Júpiter expansivo, esto puede llevarnos a sentir la intensa necesidad de conectarnos con algo mucho más profundo que el yo, podría orientarnos a un orden superior en búsqueda de las propias intensidades. Este año cobrará vida una energía
transformadora para tener confianza en nosotros mismos.
Recordemos que este planeta
expande todo lo que toca. Júpiter en tránsito nos mostrará en que area intentamos mejorar nuestra vida. Es importante que este año recorras el camino Jupiteriano, primero deberías saber en dónde está Escorpio en tu carta, esa área será la que Júpiter te hará expandir. Si hay planetas es importante ver las funciones de cada uno de ellos, estas se verán afectadas o beneficiadas por la energía de Escorpio, habra una transformación muy fuerte.
En su transitar en ️Libra dio lugar a mirar con mayor luminosidad todos los temas relacionados con la pareja, las sociedades y lo vincular. En este transitar Escorpiano se amplificara todo lo oculto, lo encriptado, lo que está en sombra para poder lograr la transformación. Para todas aquellas personas que tengan un Escorpio fuerte, este tránsito hará mucho hincapié en los temas anteriormente mencionados. Como también afectará o beneficiara a todos los seres del mundo, ya que en nuestra carta está Escorpio y este Júpiter durante un año estará haciendo sus movidas pertinentes.
Serán siempre muy importantes los aspectos con los planetas personales (Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte) y el Ascendente o el Medio
Cielo. Cómo asi también la relación de este Júpiter con los Planetas Transpersonales.
Júpiter en Escorpio nos propone ir a nuestro mundo bien profundo, a buscar en ese pantano interior todas las energías que haya que transformar, cambiar, dejar morir, para lograr expandirnos a lo que realmente deseamos.
Júpiter rige a Sagitario, el Centauro tiene una flecha que la dispara al cielo en búsqueda de lo que desea, previo a ese estadio, ese Centauro fue un Escorpión que nado en lo profundo del pantano socavando su parte oscura para transformarla en el luz.
¿Estás listo o lista para revisar tus intensidades internas? ¿Estás listo para ver tu sombra tal cual es? ¿Estás listo para dejar morir todo aquello que no te deja avanzar donde queres estar? Todas estas son las preguntas tenés que hacertetelas durante este año e ir trabajando toda la sombra para poder expandir tú conciencia a donde merece estar.
Cómo es arriba es abajo: El cielo nos da una oportunidad de transformar, de dejar lo oscuro y pasar a lo claro. Siempre en tránsitos de este tipo las energías estan disponibles para el mundo, depende de vos usarlas a tu favor.
Feliz Júpiter en Escorpio.
Zez Blog Astrológico
A tus ojos cansados traigo una visión de un mundo diferente, tan nuevo, limpio y fresco,
que olvidarás el dolor y las penas que viste hasta ahora.
Pero habrás de compartir esta visión con cualquiera que te encuentres,
pues en otro caso no podrás mantenerla.
Dar este regalo es la manera de hacerlo tuyo.
Un Curso de Milagros
que olvidarás el dolor y las penas que viste hasta ahora.
Pero habrás de compartir esta visión con cualquiera que te encuentres,
pues en otro caso no podrás mantenerla.
Dar este regalo es la manera de hacerlo tuyo.
Un Curso de Milagros
viernes, 13 de octubre de 2017
CONTENER LAS EMOCIONES, ENFERMA
Quise escribir sobre este tema el día de hoy, porque me di cuenta de que no son pocas las personas que contienen lo que en realidad sienten y eso los lleva poco a poco a enfermar.
Y es que contener una gran tristeza, una gran decepción, un dolor desgarrador, es guardar dentro de nosotros una gran bomba de tiempo que tarde o temprano nos explotará.
Cuando somos niños y jugamos, corremos, brincamos y nos divertimos, no falta el adulto que nos expresa un: “shhhhhhh”, porque le molesta el ruido, porque alteramos sus nervios o vayan ustedes a adivinar por qué.
De pronto conforme creciendo, vamos descubriendo que las verdaderas emociones, ahora obedecen a “lo correcto” y a “lo incorrecto” según nuestra cultura, país o sociedad. De tal forma que si yo me siento nervioso o temeroso ante algo, debo ocultarlo y mantener el control. De forma que si algo me molesta o me hace iracundo, debo ocultarlo y mantener el control.
Pareciera que la sociedad misma, la familia misma, prefiere escuchar que estamos tranquilos y felices con todo, antes que aceptar cualquier otro estado de ánimo de nuestra parte.
Y como ejemplo simple, el saludo matutino que expresamos a todo el mundo: “Buenos días, ¿cómo estás?” En donde hasta nuestro cerebro espera impaciente el típico: “Buenos días, muy bien, gracias”.
Ya desde ahí, tenemos prohibido culturalmente, decir algo diferente, aunque en ese momento estemos derrumbándonos de dolor, de tristeza o enojados.
Y analicemos ahora las muchas generaciones que se han cridado bajo la creencia de “los niños no lloran”, contrario a la creencia igualmente arraigada de “las mujeres sufren”. Y así vamos día con día, aprendiendo que “es normal ver llorar a una mujer”, y nos debe dar lo mismo la razón, porque por todo lloran. Y con la idea de que un hombre debe siempre mantener el control, ser fuerte y servir de apoyo.
De cualquier manera, han sido generaciones que al día de hoy, continúan en la creencia de que los “sentimientos” son “tontos”, y que tú estás bien siempre.
¿Pero cuál es la realidad?
Que las personas viven permanentemente, conteniendo las verdaderas emociones, continúan enfermando por ello, y es hasta que nuestro querido familiar está enfermo, que volteamos a verlo, que le prestamos un poco de atención, y a veces, demasiado tarde.
Para la mayoría de los hijos, es normal ver salir a papá todos los días porque se va a trabajar. Damos por hecho, que papá jamás tiene conflictos de ningún tipo y que si los vive, los resuelve como superman. Damos por hecho, que él tiene sus emociones controladas y que su vida es maravillosa.
Pero, alguna vez papá se ha sentado con nosotros a platicarnos cómo son sus noches de angustia porque el coche está fallando y gracias a que acaba de comprar nuestros uniformes de la escuela él se ha quedado sin dinero para repararlo y está angustiado? No! O cuando menos, no así o no con esas palabras.
O vemos a nuestra mamá angustiada porque algo ha pasado con papá, pero ella se limita a decir, “todo está bien”, “todo estará bien”, “no pasa nada”.
Y es que expresar las emociones no es gritar y dar un portazo. Expresar las emociones no es sentarse a llorar o gritar. Expresar las emociones es hablar lo que sentimos y hablarlo con alguien que no nos diga: “Ya, ya, no pasa nada”. Porque hablar con alguien que nos responde así es “chocar con pared”. Es como jamás haberlo hablado.
Tanto Enric Corbera, como el Dr. Fermín Moriano y todos los demás maestros de la Biodescodificación, hablan de esto, de externar el sentir, el llamado “re-sentir” (volver a sentir lo vivido), porque sin dudarlo ni un segundo, es la clave casi primordial para no enfermar.
Saber expresar las emociones, no es algo que ya traigamos, no, no, no. Porque nuestra civilización nos ha entrenado desde niños para no hacerlo. Saber expresar las emociones es algo que se aprende practicando.
Vamos a ver un ejemplo.
Voy caminando por la calle, directo a tomar un taxi y al subir me doy cuenta de que el auto está sucio, el chofer tiene cara de maleante y comienzo a sentir temor. Sigo en el trayecto y semáforos más adelante, el chofer voltea a verme con pistola en mano y me dice que le entregue mi bolso, todo mi dinero y mi teléfono.
Obviamente mi espanto es tal, que obedezco sin chistar.
Él toma mis pertenencias y me grita que debo bajar del auto, bajo y se va.
Todo lo anterior, ha sido lo que sucedió. Fue el hecho, la situación vivida.
Como puedo, me decido a pedirle a una persona en la calle que por favor me regale una moneda ya sea para llamar por teléfono o para tomar un autobús a casa.
Claramente, la forma en la que yo resuelva lo que ha sucedido, es una hecho más, una situación vivida más y tal vez un impacto emocional más.
Y ahora viene lo importante, hablarlo, sacar esas emociones contenidas.
Sea ese mismo día, o al día siguiente, sea con quien sea que lo hablemos, estamos acostumbrados y entrenados para platicarlo así:
“Ayer o hace rato (depende el momento en que lo hablemos) me asaltaron, de pronto el taxista sacó una pistola y me quitó mi bolso y mi celular, creí que ya no lo contaba, tuve mucho miedo, jamás me vuelvo a subir a un taxi”
Y estamos acostumbrados a escuchar, del lado de la contraparte un: “Qué bueno que no pasó nada, sólo fue lo material”, “lo importante es tu vida y estás bien”, “ya pasó, tranquila”, “ya no te vuelvas a subir a un taxi”.
Bueno, pues todo lo anterior, es CONTENER LAS EMOCIONES
Y eso, enferma.
Porque sólo hemos expresado lo sucedido y más o menos hemos dejado asomar la emoción principal, que en éste caso fue “miedo”.
Expresar las emociones, hablarlas con alguien, sería correctamente algo como lo que sigue:
“Ayer o hace rato (depende el momento en que lo hablamos), tuve un miedo terrible a morir, pensé que de verdad ya no volvería jamás a mi casa, que nadie jamás sabría lo que me había pasado, que no volvería a verte, o ver a mis padres o a ver a mis hijos. Creí que además de robarme, iba a hacerme algo más, me temblaban las piernas, me quedé paralizada, no tuve la fuerza para resistirme o defenderme. Descubrí que no soy tan fuerte.
Además, en mi bolso, traía yo el cheque del préstamo que pedí para pagar la última letra del coche, no podía creer que esa persona me estaba robando eso por lo que tanto luché, ahora tengo miedo de que me quiten el coche y nunca más vuelva a poder comprarme otro, me siento devastada, débil, pisoteada, humillada, me siento tan poca cosa, creo que jamás podré superarlo, qué impresión tan fuerte, la más grande de mi vida.”
Aquí el narrar el hecho no importa tanto como expresar, sacar, lo que sentimos, pensamos, imaginamos, etc.
Debemos además, asegurarnos, de que esa persona a la que le estamos platicando “nuestras emociones”, sea capaz de escuchar y no bloquearnos con un “ya pasó, olvídalo, no fue importante”. Porque esos bloqueos suman emociones a nuestro impacto emocional.
Es importante, para todos nosotros, contar con cuando menos una persona, capaz de escucharnos sin bloquearnos. Capaz de sentir con nosotros, capaz de compartir con nosotros nuestra vivencia para así, poder dividir el impacto emocional en dos y hacer la carga más ligera.
¿Cuántas veces llega el esposo a casa diciendo que acaba de ver un choque muy feo con varios heridos, o un robo, o algo anormal? (Si lo platica es porque viene con las emociones contenidas y necesita expresarse) y la esposa se limita a decir: “Ay pues ya qué, así es la vida, ya lávate las manos y siéntate a comer”. Dejando al esposo con sus emociones ahora atrapadas, sus ganas de llorar atrapadas, y obligando a ese esposo a “mantenerse fuerte” ante lo que haya sido.
O tal vez el esposo viene de escuchar en la oficina que lo despedirán, o que ya se acerca su jubilación, o que murió su mejor amigo….
Y en lugar de escuchar, bloqueamos.
O tal vez es la esposa que llega llorando, queriendo platicar algo muy duro que le pasó y es el esposo el que “como las mujeres siempre lloran por todo”, ya ni atención le pone a un llanto más y la bloquea.
O puede ser nuestro mejor amigo, la vecina, el compañero de trabajo, la persona a la que le platicamos lo sucedido, creyendo que eso nos desahoga, sin darnos cuenta de que realmente, nos está bloqueando las emociones para siempre. Porque si no es a ellos, yo a nadie más le “cuento mis cosas”.
Recuerden, no se trata de “contar las cosas”, se trata de sacar las emociones.
No es lo mismo decirle a mi compañera de oficina: “Amiga, creo que mi esposo anda con otra”, para que ella conteste un: “Ay sí amiga, los hombres son unos canijos”, bloqueándonos.
Que decirle “Amiga, tengo miedo de no poder salir adelante sola y mantener seguros a mis hijos, porque tengo la certeza de que mi esposo está con otra mujer y no sé si éste matrimonio está roto ya o tiene posibilidades aún. Temo por la reacción de mis padres o mis hermanos, que siempre me han visto como el ejemplo del matrimonio perfecto. Dudo entre hablar con mi esposo, aclararlo y tomar decisiones o aceptar que ya no me ama y que debo buscar un nuevo camino que no tenía yo planeado. Tengo miedo amiga, tengo miedo porque no me siento capaz, siento que no soy fuerte, siento que será como volver a empezar y que serán años perdidos”…
¿Verdad que no todas nuestras personas “de confianza” son capaces de escucharnos sin bloquear?
Desahogar nuestras emociones, desahogarnos luego de un impacto emocional, es sin duda necesario para no enfermar. Y encontrar ese hombro amigo que pueda escucharnos sin bloquear es sumamente importante, porque realmente no buscamos consejo, realmente no necesitamos escuchar que “no pasa nada”, necesitamos simplemente que nos escuchen sin juzgar, sin criticar, sin hacernos sentir más débiles de lo que ya en esos momentos nos sentimos.
Porque además, deberemos estar conscientes de que nuestros impactos emocionales, serán sólo nuestros. Y lo que a mí me puede derrumbar, tal vez mi mejor amigo le parezca algo sin importancia. Tal vez a mi madre o a mi padre le parezca una tontería y tal vez a mi compañero de trabajo le parezca hasta un chiste.
Sólo yo, sé lo que me derriba y me puede doler hasta el alma.
Expresa tus emociones, miedos, impactos más profundos con alguien que estés seguro, no te bloqueará y te escuchará. Si no tienes en tu vida a alguien así, siéntate en tu cama, y pon una almohada frente a ti, imaginando que es una persona y exprésate por completo. Platica lo sucedido, llora a tus anchas, explícale tus miedos, lo que imaginas, lo que piensas que pasará, lo que dudas, lo que opinas de ti mismo, etc. Habrás liberado a tu cerebro, de que comience a dañar órganos por percibir que hay un conflicto emocional activo (emoción contenida).
Eso te dejará desahogado o desahogada y podrás continuar con tu vida ya con la confianza de luego, podrás “platicar” a los demás lo que te sucedió, pero ya con las emociones echadas fuera y totalmente saludable.
Enseña a tus hijos a expresar sus emociones, que un “estoy bien” no te baste. Y eso lo lograrás con ejemplo.
Vamos cambiando esa costumbre cultural de contener nuestras emociones, para luego enfermar.
Akasha Sanación Integral
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.
SANANDO LA PARTE FEMENINA DEL ÁRBOL GENEALÓGICO
“La salud de la mujer es el terreno sobre el que crece toda la humanidad. Mejorar la salud física, mental y emocional de una mujer fertiliza y aprovisiona el terreno para todos: hombres, mujeres, niños, animales, plantas y el propio planeta.
El vínculo madre-hija, en toda su belleza, dolor y complejidad, forma el cimiento mismo del estado de salud de una mujer.
Esta relación primordial deja su huella en todas y cada una de nuestras células para toda la vida.”
Las mujeres, como los hombres, nos creamos en el útero de nuestra madre. Bebemos sus emociones, sentimos todo aquello que acontece en su cuerpo, mente y espíritu.
Es nuestro universo durante nueve meses y constituye nuestra esencial referencia de la vida humana.
En el caso de las mujeres, nuestros úteros son creados en el útero de nuestra madre y en él se imprimirán sus emociones básicas acerca de la feminidad.
Así, en su útero, que simbólicamente representa "la primera casa", se albergan también aquellas emociones de nuestra abuela y, si seguimos esta espiral, caeremos en la cuenta de que este útero de creación y recreación, está construido sobre los pilares de todas las mujeres de nuestro clan familiar.
La herencia de todas estas mujeres, hasta llegar a nosotras y a nuestras hijas, está impreso en nuestro cuerpo, en concreto en nuestros genitales, nuestros órganos sexuales, nuestros senos y nuestro abdomen.
Tener conciencia de esto nos ayuda a entender el por qué de tantos dolores “inexplicables”, de tanta ira contenida, de tanta sexualidad prohibida o sucia y de tantas lágrimas sordas anudadas en nuestra garganta.
Las mujeres de nuestro clan, han sufrido toda clase de abusos, grandes o minúsculos, que pueden ir desde una idea de ser "pecadoras", si disfrutaban del sexo, haber sido tal vez humilladas, hasta haber sido condenadas a vivir encerradas en una cocina criando hijos.
Las mujeres de nuestros clanes, incluso arriba de nuestras tatarabuelas, también fueron niñas, fueron hermanas, fueron hijas y en un momento dado, fueron las madres que de una manera indirecta, provocaron que hoy estemos aquí, tan mujeres como ellas.
Ellas también jugaron, sonrieron, soñaron, se enamoraron, ilusionaron, trabajaron.
Y de igual manera, sufrieron, lloraron, callaron.
Al igual que nosotras hoy, también tuvieron inquietudes y la necesidad de "ser alguien" importante.
Platicaron de sus miedos con alguien que las escuchó, tal como nosotros lo hacemos con nuestras amigas o vecinas.
Leyendo el libro de Madres e Hijas de la Dra. Northrup pude poner palabras a lo que tantas veces había sentido hacía mi madre y hacia mi abuela. Esa necesidad de verlas como mujeres, sin el lazo específico de la sangre familiar sino con el lazo universal que nos une a las mujeres en manada. Llorando encontré que en el seno de mi madre residía una mujer llena de poder. Una mujer a la que podía admirar. El reflejo de la Diosa, que tantas veces ilustré con dibujos prestados, estaba ahí y era real. Todos estos años la buscaba y hasta que no bajé la espada del reproche y abracé nuestras sombras no pude ver el verdadero rostro de la mujer que me dio la vida, que me arropó y me crió.
Mi madre también es hija, como lo es mi abuela y todos mis ancestros femeninos. Todas tenemos en común nuestra Fuente de Origen y sólo cuando pude llegar hasta ella entendí los misterios más inciertos y oscuros de mi. Comprendí que muchos no eran míos, supe que tantos otros no eran de mi madre y así fui deshilando la manta de los recuerdos, hasta llegar a Ellas. Las mujeres del pasado se manifiestan en nosotras a través de los pálpitos de nuestro útero.
Esta Sagrada Vasija contiene las aguas de todas las emociones, suyas y nuestras.
Hemos de sentirla sin miedo para poder elegir qué es lo que queremos quedarnos y qué queremos desechar. Ellas nos acompañan desde la luz si así se lo pedimos. Simplemente hemos de nombrarlas con solemnidad, con el corazón y los brazos abiertos pidiendo su presencia y ayuda.
Reconociendo el linaje de sangre lunar, puedes invocarlas, a todas ellas, diciendo hoy por la noche en voz alta:
"En este caminar soy "tu nombre", hija de "nombre de tu mamá", hija de "nombre de tu abuela", hija de "nombre de tu bisabuela", hija de "nombre de tu tatarabuela", hija y nieta de las mujeres valientes que me precedieron. A ustedes, abuelas, las invoco desde el amor, buscando la sabiduría femenina que reside en su legado.
Con estas palabras reconozco su labor aún perenne en esta Tierra, pues todas ustedes viven en mi sangre.
Hoy decido honrarlas, las nombro. Porque decido liberarme de aquello en sus vidas que no quiero (aquí mencionan todo aquello que no desean de ellas: sus enfermedades, sufrimientos, etc).
Ustedes son la fuerza que impulsa cada una de mis acciones. Ustedes son la savia de mi cuerpo, que hoy limpio para siempre.
De todas y cada una, una sonrisa y cientos de lágrimas recorriendo mi cara. De todas y cada una, el regazo acogedor. De todas y cada una de las mujeres de mi casa llevo la luz y devuelvo la sombra.
A ustedes, muestro mi veneración, porque del linaje de mis mujeres viene a este cuerpo, a esta familia en concreto. Como hija y nieta de tantas, decido caminar hacia las profundidades de sus úteros para encontrar el origen de la angustia y ponerle fin".
Y es que, no estamos completas hasta el día en que tomamos aire y nos aventuramos a bucear en las profundidades de nuestro linaje femenino. El momento en el que nos reconocemos únicas y reconocemos aquello de lo que formamos parte.
Sólo cuando puedo sentirme cómoda y reconfortada en los brazos de mi madre, pude dar el paso hacia mi propio universo. Hasta entonces puedo ser una niña perdida, buscando la aprobación de una mujer o mujeres que no sé si amar u odiar. Sea como sea, algo nos dice que debemos amarlas, pero si hay dolor es necesario reconciliarse en espíritu, comprender, perdonar, aceptar.
Mi universo fue esa mujer y como nuestra Madre Tierra, por mucho que trates de ignorarla ella siempre te sostiene. Quizás no es como esperas, pero Ella es el mundo que necesitas para aprender lo que has de aprender. Cuando comienzas a amar tus tormentas, cuando entiendes tus torbellinos, llegas a encontrarla hermosa. La miras y te reconoces en ella. Entonces sabes que eres Una, tal y como desde siempre.
Hemos de aventurarnos a recorrer este laberinto mágico que nos conduce a la Fuente. Nuestro primer pasadizo es nuestro cuerpo y de ahí se abren las puertas hacia las mujeres de nuestra casa. Pasamos a través de nuestro útero al útero materno y de allí al útero de nuestros ancestros femeninos. De una a otra tomamos conciencia de quiénes somos en realidad. Cada una descubrimos nuestros misterios y os aseguro, hermanas, que todos son bellos, sea cual sea su forma.
Para avanzar, no sólo hemos de comprender, sino también honrar nuestro origen. Gracias a Ellas palpitamos. Sólo Nosotras podemos elegir cómo.
Akasha Sanación Integral.
Elizabeth Romero Sánchez.
Edgar Romero Franco.
El vínculo madre-hija, en toda su belleza, dolor y complejidad, forma el cimiento mismo del estado de salud de una mujer.
Esta relación primordial deja su huella en todas y cada una de nuestras células para toda la vida.”
Las mujeres, como los hombres, nos creamos en el útero de nuestra madre. Bebemos sus emociones, sentimos todo aquello que acontece en su cuerpo, mente y espíritu.
Es nuestro universo durante nueve meses y constituye nuestra esencial referencia de la vida humana.
En el caso de las mujeres, nuestros úteros son creados en el útero de nuestra madre y en él se imprimirán sus emociones básicas acerca de la feminidad.
Así, en su útero, que simbólicamente representa "la primera casa", se albergan también aquellas emociones de nuestra abuela y, si seguimos esta espiral, caeremos en la cuenta de que este útero de creación y recreación, está construido sobre los pilares de todas las mujeres de nuestro clan familiar.
La herencia de todas estas mujeres, hasta llegar a nosotras y a nuestras hijas, está impreso en nuestro cuerpo, en concreto en nuestros genitales, nuestros órganos sexuales, nuestros senos y nuestro abdomen.
Tener conciencia de esto nos ayuda a entender el por qué de tantos dolores “inexplicables”, de tanta ira contenida, de tanta sexualidad prohibida o sucia y de tantas lágrimas sordas anudadas en nuestra garganta.
Las mujeres de nuestro clan, han sufrido toda clase de abusos, grandes o minúsculos, que pueden ir desde una idea de ser "pecadoras", si disfrutaban del sexo, haber sido tal vez humilladas, hasta haber sido condenadas a vivir encerradas en una cocina criando hijos.
Las mujeres de nuestros clanes, incluso arriba de nuestras tatarabuelas, también fueron niñas, fueron hermanas, fueron hijas y en un momento dado, fueron las madres que de una manera indirecta, provocaron que hoy estemos aquí, tan mujeres como ellas.
Ellas también jugaron, sonrieron, soñaron, se enamoraron, ilusionaron, trabajaron.
Y de igual manera, sufrieron, lloraron, callaron.
Al igual que nosotras hoy, también tuvieron inquietudes y la necesidad de "ser alguien" importante.
Platicaron de sus miedos con alguien que las escuchó, tal como nosotros lo hacemos con nuestras amigas o vecinas.
Leyendo el libro de Madres e Hijas de la Dra. Northrup pude poner palabras a lo que tantas veces había sentido hacía mi madre y hacia mi abuela. Esa necesidad de verlas como mujeres, sin el lazo específico de la sangre familiar sino con el lazo universal que nos une a las mujeres en manada. Llorando encontré que en el seno de mi madre residía una mujer llena de poder. Una mujer a la que podía admirar. El reflejo de la Diosa, que tantas veces ilustré con dibujos prestados, estaba ahí y era real. Todos estos años la buscaba y hasta que no bajé la espada del reproche y abracé nuestras sombras no pude ver el verdadero rostro de la mujer que me dio la vida, que me arropó y me crió.
Mi madre también es hija, como lo es mi abuela y todos mis ancestros femeninos. Todas tenemos en común nuestra Fuente de Origen y sólo cuando pude llegar hasta ella entendí los misterios más inciertos y oscuros de mi. Comprendí que muchos no eran míos, supe que tantos otros no eran de mi madre y así fui deshilando la manta de los recuerdos, hasta llegar a Ellas. Las mujeres del pasado se manifiestan en nosotras a través de los pálpitos de nuestro útero.
Esta Sagrada Vasija contiene las aguas de todas las emociones, suyas y nuestras.
Hemos de sentirla sin miedo para poder elegir qué es lo que queremos quedarnos y qué queremos desechar. Ellas nos acompañan desde la luz si así se lo pedimos. Simplemente hemos de nombrarlas con solemnidad, con el corazón y los brazos abiertos pidiendo su presencia y ayuda.
Reconociendo el linaje de sangre lunar, puedes invocarlas, a todas ellas, diciendo hoy por la noche en voz alta:
"En este caminar soy "tu nombre", hija de "nombre de tu mamá", hija de "nombre de tu abuela", hija de "nombre de tu bisabuela", hija de "nombre de tu tatarabuela", hija y nieta de las mujeres valientes que me precedieron. A ustedes, abuelas, las invoco desde el amor, buscando la sabiduría femenina que reside en su legado.
Con estas palabras reconozco su labor aún perenne en esta Tierra, pues todas ustedes viven en mi sangre.
Hoy decido honrarlas, las nombro. Porque decido liberarme de aquello en sus vidas que no quiero (aquí mencionan todo aquello que no desean de ellas: sus enfermedades, sufrimientos, etc).
Ustedes son la fuerza que impulsa cada una de mis acciones. Ustedes son la savia de mi cuerpo, que hoy limpio para siempre.
De todas y cada una, una sonrisa y cientos de lágrimas recorriendo mi cara. De todas y cada una, el regazo acogedor. De todas y cada una de las mujeres de mi casa llevo la luz y devuelvo la sombra.
A ustedes, muestro mi veneración, porque del linaje de mis mujeres viene a este cuerpo, a esta familia en concreto. Como hija y nieta de tantas, decido caminar hacia las profundidades de sus úteros para encontrar el origen de la angustia y ponerle fin".
Y es que, no estamos completas hasta el día en que tomamos aire y nos aventuramos a bucear en las profundidades de nuestro linaje femenino. El momento en el que nos reconocemos únicas y reconocemos aquello de lo que formamos parte.
Sólo cuando puedo sentirme cómoda y reconfortada en los brazos de mi madre, pude dar el paso hacia mi propio universo. Hasta entonces puedo ser una niña perdida, buscando la aprobación de una mujer o mujeres que no sé si amar u odiar. Sea como sea, algo nos dice que debemos amarlas, pero si hay dolor es necesario reconciliarse en espíritu, comprender, perdonar, aceptar.
Mi universo fue esa mujer y como nuestra Madre Tierra, por mucho que trates de ignorarla ella siempre te sostiene. Quizás no es como esperas, pero Ella es el mundo que necesitas para aprender lo que has de aprender. Cuando comienzas a amar tus tormentas, cuando entiendes tus torbellinos, llegas a encontrarla hermosa. La miras y te reconoces en ella. Entonces sabes que eres Una, tal y como desde siempre.
Hemos de aventurarnos a recorrer este laberinto mágico que nos conduce a la Fuente. Nuestro primer pasadizo es nuestro cuerpo y de ahí se abren las puertas hacia las mujeres de nuestra casa. Pasamos a través de nuestro útero al útero materno y de allí al útero de nuestros ancestros femeninos. De una a otra tomamos conciencia de quiénes somos en realidad. Cada una descubrimos nuestros misterios y os aseguro, hermanas, que todos son bellos, sea cual sea su forma.
Para avanzar, no sólo hemos de comprender, sino también honrar nuestro origen. Gracias a Ellas palpitamos. Sólo Nosotras podemos elegir cómo.
Akasha Sanación Integral.
Elizabeth Romero Sánchez.
Edgar Romero Franco.
Frank Herbert.
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