Quizás estas palabras diáfanas sean el viento y la llovizna en tus madrugadas desveladas.
Tal vez, sea uno de tus esclavos de tu belleza codicia,
o simplemente una mentira adjetiva sin calificativos.
Delante de un espejo manchado con mis vanidades y miedos, me rio a carcajadas
de un situación puramente ridícula.
No me hace falta vestirme ni de pobre, intelectual o revolucionario; para que tantas complicaciones existenciales.
Solo basta con un yo
¿ Por qué digo esto?