martes, 9 de septiembre de 2014




Lluvia, frío, granizo, piedras golpeando la piel, emociones tormentosas, dolor, todo eso nos muestra el cielo agitado de esta Luna Llena en el signo de Neptuno, el Dios Poseidón, Señor de los Mares. Agua por todos lados. Sentimientos de pérdida , de tristeza, de honda soledad, angustias, lo perdido, lo que ya no está, y no volverá, Piscis es la disolución, el último signo del zodíaco. Dejemos que el agua limpie, purifique y se lleve el dolor. Quirón, el Maestro Sanador, no nos abandona. Nunca estamos solos. Que esta agua nos sirva para volver a nacer, que sea nuestro líquido amniótico que nos de el medio para volver a vivir, volvernos a parir, con truenos, rayos y centellas. 
El cielo está reflejando el interior. Como es arriba es abajo. Como es afuera es adentro.

Todos los humanos tenemos superpoderes, y se activan con una fórmula secreta. Cuando estamos llenos de dudas, incertidumbres, mente, estos poderes están inactivos, y no los vemos ya que la fórmula no la desciframos. Tal vez, nunca podamos conectarnos con ellos si no somos capaces de creer en ellos. Tal vez, somos Superman o Wonderwoman pero nos hicieron creer que eramos uno más en el montón y como solemos no cuestionarnos mucho las cosas, terminamos resignándonos a que somos simples y corrientes.
Muchos científicos, genios, intelectuales han intentado obtener la fórmula mas no han podido. Se han reunido en seminarios, cumbres, congresos y nada ha pasado. Y han todos vuelto a sus libros, pensando que tal vez, la respuesta está allí.
Algunas veces, tenemos flashes de estos poderes, pero son sólo eso: chispazos que vienen y van. Pero vuelven las dudas y vuelven a perderse.
Y entonces, un beso, una mirada, un roce, y sucede el milagro. El corazón da un paso adelante y deja atrás a la atónita mente, que aturdida, se hace a un lado. El tamboreo insistente del corazón anula todas las ondas mentales y emergen, mágicamente estos poderes. Y de repente, cuando nos besamos, Frida se preparar para pintar su próximo cuadro, los gerentes del Afip deciden vendernos dólares a todos, Gustavo afina su guitarra para su próxima gira, los hinchas de Boca y River se abrazan, cesan los bombardeos en Gaza, la nafta baja los precios, cierran los zoos y los mataderos, Cortázar se sienta frente a su máquina de escribir para iniciar su nueva novela, Michael prepara su nueva coreografía, Picasso preparar sus pinceles, los girasoles giran de noche, la tormenta se vuelve sol, el lado oscuro de la Luna se vuelve visible, el chocolate deja de engordar, Argentina gana el mundial, Don Ramón paga la renta y Fibertel nunca se corta.
Y ese es el secreto de los superpoderes, el amor. El amor es nuestro mayor superpoder oculto. No lo retengamos, nunca jamás por ninguna circumstancia seamos avaros con nuestras demostraciones de cariño. No hablo de un "te quiero" solamente, porque un "como estás", "como te sentís", "cuidate", "abrigate"y tantas más , son demostraciones de afecto. Un regalo, una sonrisa, una palabra, un gesto de aliento, hace que dejamos de sentirnos invisibles, solos, carentes, rechazados. Un "hola", un detalle, todo suma. El sol está hecho de millones de chispitas, así es el amor. El océano está hecho de millones de gotas, asi es el amor. Pedacitos que hacen a un total. Pequeñeces que son enormes, gigantes. Amemos. Amen. Amén.


lunes, 8 de septiembre de 2014

" Usted también, creo, es sensible a la amable melancolía de una sobremesa en la que nos hacemos la ilusión de haber sido menos usados por el tiempo..."

Julio Cortázar

“ Si supiera como hacer una buena fotografía, lo haría todo el tiempo ” 
 Robert Doisneau
(Les Glaneurs de Charbon, 1945)






Ojo



Gorillaz




Estar maduros a veces significa más duros. Cuando aparecen los miedos y perdemos la espontaneidad, cuando ya nada nos sorprende, cuando no nos pintaríamos las uñas una de cada color y cuando jamás gritaríamos un te amo en la calle por verguenza, estamos más duros. Cuando leer el diario y tomar un mate, sólo uno por la acidez, toman más importancia que salir al balcón a mirar al sol y a oler los malvones, estoy más duro. Cuando empiezo a medir lo que gasto, a medir lo que digo, a retener los te quiero, a retener la carcajada salvaje, cuando dejo de reirme de los chistes del Bazooka, cuando dejo de usar crayones y sólo uso la birome negra, sin colores, birome que jamás escribirá poesías sino números y los gastos de las expensas, llego más durez, o madurez. Cuando comer un caramelo pintalenguas es inpensado, cuando jugar al metegol con los dedos y un pedacito de papel es para tontos, cuando prefiero aislarme para llorar para no ser débil, cuando debo tapar mis heridas y ser fuerte, y tragarme los gritos de miedo en una noche de pesadillas para mostrar mi "adultez", empieza la lenta decadencia. El camino de no retorno, el acartonamiento que lleva a una vida estructurada, más dura y con grises. Cuando sólo una pastilla puede calmar mi angustia existencial, y visito más médicos que cines y parques, cuando el "no me pasa nada" es mi frase más usada, cuando los niños jugando me irritan, y las parejas besándose en la plaza me disgustan, cuando escucho más policiales que música, cuando el banco, el supermercado y la clínica son los lugares que más visito, cuando uso más negro y menos arcoiris, cuando ya ni el vuelo de una mariposa puede hacerme estremecer, estoy anestesiado. En ese estado de miedo, me cierro al amor, tapo al corazón con papel aluminio, lo anulo y lo extirpo metafísicamente. Vuelvo a mis rutinas, a mi reloj, a mi sillón, a mi botiquín lleno de frasquitos y mi café descafeinado y pienso que eso es la vida. Me duele aquí y me duele allá y temo morirme, tal vez porque no me dí cuenta que ya estoy muerto. Hasta que tal vez, en algún momento, sienta cosquilleos en la espalda, tal vez, esas alas que jamás dejé salir, pugnen por nacer. Tal vez, sólo tal vez, pueda verlas y dejarlas ser. Y tal vez ese sillón se transforme en una butaca de avión para recorrer el mundo, y esos frasquitos de botiquín se transformen en perfumes, tal vez mis gafas culo de botella se transformen en los estrafalarios lentes de Johnny Tolengo y me pueda soltar el pelo y oler las rosas. Tal vez ,todo dependa de mí.




Soy Luna Llena, redonda, cíclica, sin comienzos ni fin como la Oroboros, sin arriba ni abajo, sin puntas ni filos, redonda, suave, curva, femenina. Soy Luna Llena, soy completa, llena, orgullosa y única. Acepto mis ciclos y cambios, a veces me siento más pequeña y menguo, a veces mi autoestima aumenta y crezco, a veces todo está oscuro y me hago invisible. Acepto mis rugosidades, mis valles, mis cráteres, montañas y grietas. Acepto mi blancura, mi pureza, mi luz tranquila y receptiva. Soy energía femenina, soy Vasija, soy Matriz, soy Creación, estoy contigo desde el comienzo de los tiempos dentro tuyo, haciéndote sentir, emocionar, crear, nutrir, preservar. Soy la voz de tus ancestras, soy la Abuela Medicina, la Perla del Cielo Oscuro, eterna, inmensa, vasta y receptiva. Trabajo tus aguas, tus mares, tus corrientes, tus ríos, tus charcos y lagos, te desbordo, te contengo, soy mansa y soy brava, soy tsunami y soy espejo. Soy la Luna, y hoy estoy Llena, completa y perfecta. Estoy en la constelación de Piscis, otorgándote sanación, amor incondicional, servicio y empatía. Me acompañan Neptuno de un lado y Quirón del otro, uno el Dios del Mar, y el otro el Maestro Sanador. Y frente a mí estás vos, la Venus en la constelación de Virgo, la Mujer, mi otra cara, las dos caras femeninas, Mujer Madre, Mujer Amante, ambas fusionadas, hermandadas y alquimizando juntas la pócima para que hoy recuperes tu poder ancestral femenino con esta energía que humildemente el Cosmos te ofrece. ¡Es tuya para tomarla!

Fuente: Consultas Terapéuticas Integrales