sábado, 8 de agosto de 2015
Charles Bukowski
Dejé el teléfono. Pensé en Sara. Pero Sara y yo no estábamos casados. Un hombre tenía sus derechos. Yo era un escritor. Era un viejo indecente. Las relaciones humanas nunca solían funcionar. Sólo las dos primeras semanas tenían algo electrizante, luego los participantes perdían el interés. Las máscaras caían y la realidad aparecía: dementes, imbéciles, chiflados, rencorosos, sádicos, asesinos.
La sociedad moderna había creado su propia especie y la había enfrentado entre sí. Era un duelo a muerte en un cerco sin salida.
Lo más que podía uno esperar de una relación, decidí, eran dos años y medio como máximo. El rey Mongut de Siam tenía 9.000 esposas y concubinas; el rey Salomón del Antiguo Testamento tenía 700 esposas; Augusto el fuerte de Sajonia tenía 365 mujeres, una para cada día del año. Sanidad en números.
Marqué el número de Sara. Estaba.
Fragmento: Mujeres
La sociedad moderna había creado su propia especie y la había enfrentado entre sí. Era un duelo a muerte en un cerco sin salida.
Lo más que podía uno esperar de una relación, decidí, eran dos años y medio como máximo. El rey Mongut de Siam tenía 9.000 esposas y concubinas; el rey Salomón del Antiguo Testamento tenía 700 esposas; Augusto el fuerte de Sajonia tenía 365 mujeres, una para cada día del año. Sanidad en números.
Marqué el número de Sara. Estaba.
Fragmento: Mujeres
Charles Bukowski
Tome mi botella y me fui al dormitorio. Me quité los calzones y me eché en la cama. Nada estaba en armonía. La gente sólo abraza a ciegas lo que se le pusiese delante: comunismo, comida natural, zen, surfing, ballet, hipnotismo, terapia de grupo, orgías, paseos en bicicleta, hierbas, catolicismo, adelgazamiento, viajes, psicodelia, vegetarianismo, la India, pintar, escribir, esculpir, componer, conducir, yoga, copular, apostar, beber, andar por ahí, yogurt helado, Beethoven, Bach, Buda, Cristo, jugo de zanahorias, suicidio, trajes hechos a mano, viajes en jet, Nueva York, y de repente todo ello se evapora y se perdía.
La gente tenía que encontrar cosas que hacer mientras esperaba la muerte. Supongo que estaba bien poder elegir.
Fragmento: Mujeres.
La gente tenía que encontrar cosas que hacer mientras esperaba la muerte. Supongo que estaba bien poder elegir.
Fragmento: Mujeres.
Nuestro ego es el que nos hace creer que tenemos que estar abriendo portales o activando energías en diferentes lugares para que la Tierra pueda ascender en vibración. Ten en cuenta que el único portal que debes activar es el de tu corazón y esto lo activas compartiendo lo que eres y lo que tienes. Ayuda a tu hermano, dale de comer, dale apoyo, escuchalo, dale comprensión, ten compasión.No te sientas superior a los demás. Se un ser amistoso, amoroso, de esta manera si estas apuntando a sembrar armonía y no entropia desorden en la Tierra, te aseguro que esto aportará mas a tu transitar por este mundo terrestre.
miércoles, 5 de agosto de 2015
No es la ropa de moda.
No es un par de zapatos nuevos.
No es una sesión en la peluquería.
No es una salida al shopping.
No es una vuelta en auto.
No es un paseo en velero.
No es una cena con un excelente vino.
No es tener buen sexo.
No es llenar el vacío.
La paz mental no se compra, se reconstruye día a día.
Y cuesta. Y vale más que todo lo anterior.
No es un par de zapatos nuevos.
No es una sesión en la peluquería.
No es una salida al shopping.
No es una vuelta en auto.
No es un paseo en velero.
No es una cena con un excelente vino.
No es tener buen sexo.
No es llenar el vacío.
La paz mental no se compra, se reconstruye día a día.
Y cuesta. Y vale más que todo lo anterior.
martes, 4 de agosto de 2015
lunes, 3 de agosto de 2015
Sirena
Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche
te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene tu asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.
Mario Benedetti
¿Así que quieres ser escritor? Charles Bukowski
Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.
Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.
Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.
No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.
A solas con todo el mundo de Charles Bukowski
La carne cubre el hueso
y dentro le ponen
un cerebro y
a veces un alma,
y las mujeres arrojan
jarrones contra las paredes
y los hombres beben
demasiado
y nadie encuentra al
otro
pero siguen
buscando
de cama
en cama.
La carne cubre
el hueso y la
carne busca
algo más que
carne.
No hay ninguna
posibilidad:
estamos todos atrapados
por un destino
singular.
Nadie encuentra jamás
al otro.
Los tugurios se llenan
los vertederos se llenan
los manicomios se llenan
los hospitales se llenan
las tumbas se llenan
nada más
se llena.
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