jueves, 3 de septiembre de 2015

Charles Bukowski

Confesión

Esperando la muerte
Como un gato
Que va a saltar sobre
La cama

Me da tanta pena
Mi mujer

Ella verá este
Cuerpo
Blanco
Rígido
Lo zarandeará una vez y luego
Quizás
Otra:

Hank no
Responderá.

No es mi muerte lo que
Me preocupa, es mi mujer
Que se quedará con este
Montón de
Nada.

Quiero que
Sepa
Sin embargo
Que todas las noches
Que he dormido a su lado

Incluso las discusiones
Más inútiles
Siempre fueron
Algo espléndido

Y esas difíciles
Palabras
Que siempre temí
Decir
Pueden decirse
Ahora:

Te amo.



Eduardo Galeano - "El libro de los abrazos"

"Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare.
Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea.
Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás,
alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada"
Todos....

Si siempre dices sí a los demás, quizás te digas no a ti mismo

¿En cuántas ocasiones te has visto haciendo algo que no querías hacer por miedo a lo que otros puedan pensar de ti?

Ser colaborativo, ayudar de vez en cuando o hacer un favor está muy bien siempre que salga de uno mismo y porque nos apetece.

Si no practicásemos algunas veces el “hoy por ti y mañana por mí”, las relaciones sociales seguramente quedarían muy deterioradas, pero como todo en la vida, el equilibrio es esencial y todo tiene un límite.

El problema es que a veces nos pasamos, y llegamos a decir que sí a todo lo que los demás nos piden, proponen o incluso imponen, y es aquí cuando nos perdemos a nosotros mismos, dejando de lado nuestros deseos y nuestros criterios.

En el fondo, este comportamiento se produce por el miedo al rechazo o a que los demás no nos aprueben o acepten.

Ser aprobado y no rechazado es, evidentemente, algo deseable y agradable. Si en los tiempos de las cavernas el grupo nos hubiese rechazado, habríamos sido fácilmente devorados por las fieras.

Por lo tanto, tiene su ventaja evolutiva que ha quedado grabada en nosotros como una huella que sigue haciéndonos actuar de una forma que hoy en día ya no nos beneficia. Para liberarse de este comportamiento, hemos de practicar la asertividad.

La asertividad es la capacidad de expresar nuestros derechos, opiniones, deseos…de una forma directa y congruente sin herir los derechos de los demás.

Aprender a decir que no, es esencial para empezar a dejar de faltarnos al respeto a nosotros mismos

Es cierto que a veces nos puede resultar muy difícil dar como respuesta un no a alguien que nos está demandando algo, pero es solo por la absurda idea de que “debo agradar a todo el mundo todo el tiempo”.

Es una idea irrealista porque es imposible agradar a todo el mundo siempre y además tampoco nos hace falta.

Si la otra persona se enfada porque le hemos dicho que no, el problema entonces será suyo y no nuestro, pues simplemente hemos sido acordes con nuestro criterio. Además, igual que nosotros tenemos derecho a decir que no, el otro también tiene derecho a enfadarse y hemos de aceptarlo.



Hay un refrán que dice “más vale ponerse una vez colorado que cientos amarillo” y tiene mucha razón.

Muchas veces soportamos ciertos comportamientos por parte de los demás o actuamos en contra de nuestros deseos, no vaya a ser que el otro se enfade… algo que sería terrible e insoportable, y al final el que se acaba enfadando eres tú, y todo por miedo.

Hay que ser valientes

Más vale ser valiente y decir lo que uno piensa o siente, porque si no, al final lo que ocurrirá, es que tu vaso rebosará y tendrás un comportamiento agresivo con los otros, lo que sí hará que los demás se alejen de ti. De tanto temer el rechazo, al final obtendrás rechazos.


Hay que ser valientes y decir no

Existen en psicología algunas técnicas asertivas, que si las practicamos el suficiente tiempo, acabarán integrándose en nuestro comportamiento habitual y harán que finalmente nos sintamos mejor con nosotros mismos y también con los demás.

Una de las técnicas empleadas para aprender a decir no es “el disco rayado”. Consiste en repetir lo que pensamos sin dejarnos llevar por las maniobras verbales del interlocutor.

Si, por ejemplo, no queremos prestar nuestro coche a un amigo que nos lo pide como favor, deberemos ser persistentes en decirle que lo sentimos mucho y que entendemos que necesite el coche, pero que no queremos dejarlo, ni a él, ni a otra persona. Eso sí, podemos ofrecerle otras alternativas, colaborando con su demanda.

Es muy importante que esto se haga con un comportamiento no verbal coherente, seguro de uno mismo, directo, claro y mirando a los ojos, porque no hay nada que temer. El rechazo del otro no nos va a matar.

La otra persona, intentará darnos razones de por qué lo necesita tanto o nos intentará convencer de que lo va a cuidar, etc. Pero aún así, no debemos ceder si es que nuestro deseo es no prestarlo. Finalmente, de tanto repetir la misma idea, la otra persona acaba cansándose y deja de insistir.

Quizá el lector ahora mismo esté pensando, ¿pero esto no es muy egoísta? La respuesta es no. No debemos confundir las cosas: ayudar y colaborar sí, perder la libertad personal, no.

Se nos ha enseñado desde pequeños que hay que agradar a los demás casi a cualquier precio, y que hay que decir sí aunque realmente queramos decir no, porque “que van a pensar los demás”…

En este sentido, hay que tener claro, que lo que piensen los demás, son solo pensamientos, no son realidades. Y como hemos dicho antes, cada cual es libre de pensar lo que quiera y nosotros no podemos controlar eso…por lo tanto aceptemos que a veces nuestro no, tendrá consecuencias. Es el precio de la libertad.




Mark Twain

“Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que decidiste hacer. Así que suelta las amarras, empieza a navegar y aprovecha los vientos a tu favor. Explora. Sueña. Descubre” 



Vittorio Gasman

Nuestras imperfecciones nos ayudan a tener miedo. Tratar de resolverlas nos ayuda a tener valor.




Yo. Tu. Somos.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

I am Gabriel


El Ardor


Luz

Canciones en el viento

"Escuchar el silencio es uno de los ejercicios que recomiendo para desarrollar ese sexto sentido, tercer ojo, o mirar hacia dentro de uno mismo. Hay que relajarse y advertir la conversación interior. Detenerse en medio de una frase y quedarse en blanco. Claro que en pocos segundos el comentarista interno creará más comentarios, armando otras escenas con amigos y enemigos. En ese momento hay que ponerse en blanco nuevamente. Cuando uno logra suspender la charla repetitiva, hay que empezar a escuchar el silencio. Al principio parecerá un zumbido o una sutil vibración. Aconsejo comenzar a oír lo que ocurre por detrás de esa vibración y entrar en contacto con un lugar tenue y sereno. Puede ser que las primeras veces uno se sobresalte y pierda el contacto. No hay que preocuparse: hay que ingresar nuevamente, aprender a soportarlo y fusionarse con él. Cuando uno sea capaz de pasar un tiempo en ese lugar silencioso comenzará a percibir ideas y deseos, los productos genuinos de su voz intuitiva que surgen de ese conocimiento directo y profundo de uno mismo."



¡Bienvenido Setiembre!




Etimología:

Septiembre viene de septem (siete en latín). Se llama así porque era el séptimo mes del calendario romano hasta el año 153 a. de C., cuando el inicio del año se trasladó de marzo a enero.

lunes, 31 de agosto de 2015

Elizabeth Gilbert

“La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un portazo.” 

Jaime Sabines

“Porque para quererte no necesito tenerte, te quiero libre conmigo o sin mí. 
Te ofrezco mis brazos para estar juntos o te doy mis alas para dejarte volar.” 




Gabriel García Márquez

"Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo." 

Nora Jones