jueves, 14 de septiembre de 2017
Atraes lo que piensas
Cuántas veces hemos leído o escuchado esta frase? Seguramente muchas y sobre todo, la mayoría de nosotros, la hemos mal entendido.
Si pienso mucho en mi novio, seguramente él me llamará en éste momento.
Si pienso en que la fiesta del sábado será divertida, seguramente disfrutaré de una fiesta genial.
Si pienso que yo puedo aprobar el examen, seguramente aprobaré con excelentes calificaciones.
Hasta aquí, todos sabemos que si pensamos positivo, la vida nos responde en positivo y si no es así, cuando menos nosotros lo veremos positivamente sin tanta queja.
Pero ¿Qué pasa cuando un pensamiento dura más de 3 días? Cuando un pensamiento ocupa nuestra mente por semanas, meses o incluso años?
Simple, alejamos aquello que añoramos, por una simple razón, vibramos en lo contrario.
Si yo pienso que vivo sin amor, si todos los días me despierto añorando una pareja, si todas las noches las paso soñando en tener pareja, si voy por la vida sintiéndome sólo, si trabajo todos los días pensando en mi soledad, si cada que puedo hablar de mis cosas expreso que lo que busco es amor. Sin darme cuenta, me he vuelto un pensador compulsivo de mi “carencia de amor”. Y he pasado de un simple “pensar lo que deseo”, a vibrar en la frecuencia “yo soy una persona carente de amor” y como consecuencia, el Universo hará todo necesario, para cumplirme mi firme deseo: “Vivir carente amor”.
He pasado de decretar lo que quiero: “tener una pareja” a decretar lo que quiero ser: “una persona carente de pareja, de amor”.
Y lo mismo ocurre con el dinero. La gran mayoría de las personas va por la vida asumiéndose como “pobre”. Diciendo cada que tienen oportunidad, “no tengo Dinero”, “no me alcanza el dinero”, “necesito dinero” y con eso, no están llamando al Dinero, sino a la carencia del mismo. Porque vibramos en la carencia, nuestros pensamientos se vuelven obsesivos con respecto a nuestra carencia, por lo tanto, jamás llegará dinero aunque nos paremos de cabeza.
¿Alguna vez se han detenido, a pensar algo como “ojalá mañana haya aire para respirar”? ¿Alguna vez le han dedicado más de 10 segundos a dicho pensamiento?
Es más, ni siquiera somos capaces de pensar por más de un minuto, que quizá mañana no estemos vivos. Todos tenemos la creencia, la fe, la esperanza, la confianza, de que mañana estaremos vivos, y justamente esa confianza, es la que nos permite planear nuestro día a día.
Si lo primero que pienso al despertar es en una necesidad, si todo lo que yo vibro es una necesidad, ¡atraeré necesidad!
Y dejémonos ya de la típica pregunta “qué hago”, porque absolutamente todos los seres humanos, sabemos perfectamente lo que debemos hacer en todo momento. Pero nos encanta hacernos los ciegos, nos encanta ponernos pretextos para seguir igual.
¿Cuántas personas que viven carencia económica siguen por años y años en el trabajo que jamás les dará una moneda más? ¿Por qué no van a 25 entrevistas de trabajo éste mes, en sus ratos libres y buscan algo mejor para ganar más? ¿Por qué no toman un curso de algo nuevo para poder dejar ese trabajo y dedicarse a otra cosa? Y que conste que yo no he dicho que renuncien a su trabajo actual y vivan del aire. Pero si ya llevan mucho tiempo trabajando en algo que no les gusta o que no les da el suficiente dinero para vivir cómodamente, combinen nuevas búsquedas de otros trabajos con su trabajo actual.
Y claro que comenzarán los pretextos: a qué hora, no tengo tiempo de buscar otra cosa, no sé hacer otra cosa, etc.
Y es que en definitiva, el Universo en ocasiones, sólo tiene una manera de hacer que “nos movamos”, que “nos decidamos”, y eso es ponernos una enfermedad enfrente, una muerte enfrente, un accidente enfrente, etc.
¿Tú qué sabes que tu negocio empezó a dejar de ganancias, porque es la forma que tiene el Universo de decirte que te dediques a otra cosa?
¿Tú que sabes que esa repetitiva falta de amor es una señal del Universo para decirte que te enfoques en ti, en crecer, en aprender y en usar tu tiempo en otra cosa porque el verdadero amor sólo lo encontrarás cambiando de camino?
Y lo mismo con las enfermedades, muchas veces conocemos a personas que ya se han asumido como enfermos, y aunque dicen querer sanar, vibran en la “carencia de salud”. Hacen lo mismo, comen lo mismo, toman sus medicinas y de vez en cuando dicen que quieren sanar.
El pensamiento, va acompañado de acción por supuesto. No se trata de invocar al Dios de los deseos y pedirle lo que queremos para esperar sentados.
Si yo quiero una pareja y ésta no llega, debo moverme por nuevos caminos, mejorar como persona, crecer, para de esa manera, atraer otro tipo de personas más acordes conmigo.
Si yo quiero una mejor economía, no me puedo detener en seguir haciendo lo mismo y tan sólo añorar riquezas.
Si yo realmente quiero sanar, debo revisar lo que estuvo mal y cambiarlo, no quedarme tomándome las medicinas que dijo el doctor sin hacer cambios en mi vida.
Y es que el ser humano es así, todos nosotros somos así. Preferimos la comodidad de lo conocido. Preferimos pensar que mañana mágicamente todo cambiará para mejor. Y necesitamos una sacudida que nos haga movernos tan sólo un poquito.
No vibremos en carencia y aprendamos a confiar. No sólo en un Universo mágico que nos conceda los tres deseos, confiemos en que somos capaces de hacer cosas diferentes. De aprender cosas diferentes.
Pongámonos plazos para movernos.
Si éste trabajo que tengo no me da para comprarme un coche el año en dos años, comenzaré a meter papeles y a buscar otros trabajos en un año. Así estaré con mi trabajo seguro, pero buscando otras opciones.
Este negocio que tengo no me está dando para poder vacacionar dos veces al año, entonces seguiré dando mi 100 con él pero sólo 6 meses más en lo que planeo un negocio diferente y éste lo traspaso para capitalizarme e intentar por otro lado.
Esta enfermedad ya vi que con mis pastillitas diarias no es suficiente. Intentaré nuevas terapias, nuevo alimentación, hacer otro tipo de ejercicios, para ver si puedo eliminarla por completo.
De ese modo, dejaré de tener pensamientos obsesivos de carencia, y comenzaré a tener pensamientos de optimismo, de oportunidad, de avance. Tengo que dar el primer paso y acompañar mis pensamientos positivos con acciones.
De esa forma el Universo estará dispuesto a darme lo que en realidad merezco y dejará de cumplir mis equivocados decretos.
No se trata de que sueltes la rama que te sostiene y caigas al vacío. Se trata de que todavía sostenido de tu rama, visualices nuevas ramas cercanas de las que te puedas sostener. Una rama distinta, un árbol distinto, quizá más lejos, quizá más grueso, quizá más seguro. Y hasta tenerlo claro saltar.
Sin darte cuenta, estás tan aferrado a tu rama, que si ocurre un imprevisto, caerás y será entonces que sin rama alguna, deberás volver a trepar.
Amor jamás caerá del cielo, dinero menos y la salud jamás.
Son los 3 pensamientos obsesivos más comunes y ya es hora de que asumas tu responsabilidad en esto.
Y tú puedes dar tu 100% a cosas nuevas. Aventurarte a descubrir nuevos caminos, pero mejor que sea bajo tus decisiones y no bajo circunstancias tristes o desoladoras.
No esperes a que tu pareja muera, para aprender a ver por ti mismo.
No esperes a que tu empresa quiebre para comenzar a buscar un nuevo trabajo.
No esperes a estar enfermo para cambiar tu manera de ser, de reaccionar o de comer.
Y así, entre menos pienses en lo que careces, más atraerás aquello que ya no será tan importante que llegue, porque simplemente lo tendrás.
Si yo me obsesiono con tener un hijo, estoy bloqueando el tenerlo.
Si yo me obsesiono con tener un marido, adiós marido.
Si yo me obsesiono con lo que sea…más lejano estará ese “lo que sea”…
Somos pensamiento, somos energía y si nos pensamos amados, amorosos, abundantes, exitosos, sanos. Si nos creemos amados, amorosos, abundantes, exitosos, sanos. Si nos sentimos amados, amorosos, abundantes, exitosos, sanos. Eso seremos y vibraremos en la frecuencia correcta.
Abandonemos el necesito y el quiero, por el “me muevo y lo consigo”.
Pretexto hay miles, historias muchas, casos diferentes todos. Pero recordemos que cada uno de nosotros, en el fondo, sabe lo que está haciendo mal, lo que debe cambiar pero no se atreve, lo que debe dejar pero le da miedo y es sobre esos temas que se deberá poner a trabajar.
No nos asumamos carentes, para no atraer carencia.
Akasha Sanación Integral
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco
Si pienso mucho en mi novio, seguramente él me llamará en éste momento.
Si pienso en que la fiesta del sábado será divertida, seguramente disfrutaré de una fiesta genial.
Si pienso que yo puedo aprobar el examen, seguramente aprobaré con excelentes calificaciones.
Hasta aquí, todos sabemos que si pensamos positivo, la vida nos responde en positivo y si no es así, cuando menos nosotros lo veremos positivamente sin tanta queja.
Pero ¿Qué pasa cuando un pensamiento dura más de 3 días? Cuando un pensamiento ocupa nuestra mente por semanas, meses o incluso años?
Simple, alejamos aquello que añoramos, por una simple razón, vibramos en lo contrario.
Si yo pienso que vivo sin amor, si todos los días me despierto añorando una pareja, si todas las noches las paso soñando en tener pareja, si voy por la vida sintiéndome sólo, si trabajo todos los días pensando en mi soledad, si cada que puedo hablar de mis cosas expreso que lo que busco es amor. Sin darme cuenta, me he vuelto un pensador compulsivo de mi “carencia de amor”. Y he pasado de un simple “pensar lo que deseo”, a vibrar en la frecuencia “yo soy una persona carente de amor” y como consecuencia, el Universo hará todo necesario, para cumplirme mi firme deseo: “Vivir carente amor”.
He pasado de decretar lo que quiero: “tener una pareja” a decretar lo que quiero ser: “una persona carente de pareja, de amor”.
Y lo mismo ocurre con el dinero. La gran mayoría de las personas va por la vida asumiéndose como “pobre”. Diciendo cada que tienen oportunidad, “no tengo Dinero”, “no me alcanza el dinero”, “necesito dinero” y con eso, no están llamando al Dinero, sino a la carencia del mismo. Porque vibramos en la carencia, nuestros pensamientos se vuelven obsesivos con respecto a nuestra carencia, por lo tanto, jamás llegará dinero aunque nos paremos de cabeza.
¿Alguna vez se han detenido, a pensar algo como “ojalá mañana haya aire para respirar”? ¿Alguna vez le han dedicado más de 10 segundos a dicho pensamiento?
Es más, ni siquiera somos capaces de pensar por más de un minuto, que quizá mañana no estemos vivos. Todos tenemos la creencia, la fe, la esperanza, la confianza, de que mañana estaremos vivos, y justamente esa confianza, es la que nos permite planear nuestro día a día.
Si lo primero que pienso al despertar es en una necesidad, si todo lo que yo vibro es una necesidad, ¡atraeré necesidad!
Y dejémonos ya de la típica pregunta “qué hago”, porque absolutamente todos los seres humanos, sabemos perfectamente lo que debemos hacer en todo momento. Pero nos encanta hacernos los ciegos, nos encanta ponernos pretextos para seguir igual.
¿Cuántas personas que viven carencia económica siguen por años y años en el trabajo que jamás les dará una moneda más? ¿Por qué no van a 25 entrevistas de trabajo éste mes, en sus ratos libres y buscan algo mejor para ganar más? ¿Por qué no toman un curso de algo nuevo para poder dejar ese trabajo y dedicarse a otra cosa? Y que conste que yo no he dicho que renuncien a su trabajo actual y vivan del aire. Pero si ya llevan mucho tiempo trabajando en algo que no les gusta o que no les da el suficiente dinero para vivir cómodamente, combinen nuevas búsquedas de otros trabajos con su trabajo actual.
Y claro que comenzarán los pretextos: a qué hora, no tengo tiempo de buscar otra cosa, no sé hacer otra cosa, etc.
Y es que en definitiva, el Universo en ocasiones, sólo tiene una manera de hacer que “nos movamos”, que “nos decidamos”, y eso es ponernos una enfermedad enfrente, una muerte enfrente, un accidente enfrente, etc.
¿Tú qué sabes que tu negocio empezó a dejar de ganancias, porque es la forma que tiene el Universo de decirte que te dediques a otra cosa?
¿Tú que sabes que esa repetitiva falta de amor es una señal del Universo para decirte que te enfoques en ti, en crecer, en aprender y en usar tu tiempo en otra cosa porque el verdadero amor sólo lo encontrarás cambiando de camino?
Y lo mismo con las enfermedades, muchas veces conocemos a personas que ya se han asumido como enfermos, y aunque dicen querer sanar, vibran en la “carencia de salud”. Hacen lo mismo, comen lo mismo, toman sus medicinas y de vez en cuando dicen que quieren sanar.
El pensamiento, va acompañado de acción por supuesto. No se trata de invocar al Dios de los deseos y pedirle lo que queremos para esperar sentados.
Si yo quiero una pareja y ésta no llega, debo moverme por nuevos caminos, mejorar como persona, crecer, para de esa manera, atraer otro tipo de personas más acordes conmigo.
Si yo quiero una mejor economía, no me puedo detener en seguir haciendo lo mismo y tan sólo añorar riquezas.
Si yo realmente quiero sanar, debo revisar lo que estuvo mal y cambiarlo, no quedarme tomándome las medicinas que dijo el doctor sin hacer cambios en mi vida.
Y es que el ser humano es así, todos nosotros somos así. Preferimos la comodidad de lo conocido. Preferimos pensar que mañana mágicamente todo cambiará para mejor. Y necesitamos una sacudida que nos haga movernos tan sólo un poquito.
No vibremos en carencia y aprendamos a confiar. No sólo en un Universo mágico que nos conceda los tres deseos, confiemos en que somos capaces de hacer cosas diferentes. De aprender cosas diferentes.
Pongámonos plazos para movernos.
Si éste trabajo que tengo no me da para comprarme un coche el año en dos años, comenzaré a meter papeles y a buscar otros trabajos en un año. Así estaré con mi trabajo seguro, pero buscando otras opciones.
Este negocio que tengo no me está dando para poder vacacionar dos veces al año, entonces seguiré dando mi 100 con él pero sólo 6 meses más en lo que planeo un negocio diferente y éste lo traspaso para capitalizarme e intentar por otro lado.
Esta enfermedad ya vi que con mis pastillitas diarias no es suficiente. Intentaré nuevas terapias, nuevo alimentación, hacer otro tipo de ejercicios, para ver si puedo eliminarla por completo.
De ese modo, dejaré de tener pensamientos obsesivos de carencia, y comenzaré a tener pensamientos de optimismo, de oportunidad, de avance. Tengo que dar el primer paso y acompañar mis pensamientos positivos con acciones.
De esa forma el Universo estará dispuesto a darme lo que en realidad merezco y dejará de cumplir mis equivocados decretos.
No se trata de que sueltes la rama que te sostiene y caigas al vacío. Se trata de que todavía sostenido de tu rama, visualices nuevas ramas cercanas de las que te puedas sostener. Una rama distinta, un árbol distinto, quizá más lejos, quizá más grueso, quizá más seguro. Y hasta tenerlo claro saltar.
Sin darte cuenta, estás tan aferrado a tu rama, que si ocurre un imprevisto, caerás y será entonces que sin rama alguna, deberás volver a trepar.
Amor jamás caerá del cielo, dinero menos y la salud jamás.
Son los 3 pensamientos obsesivos más comunes y ya es hora de que asumas tu responsabilidad en esto.
Y tú puedes dar tu 100% a cosas nuevas. Aventurarte a descubrir nuevos caminos, pero mejor que sea bajo tus decisiones y no bajo circunstancias tristes o desoladoras.
No esperes a que tu pareja muera, para aprender a ver por ti mismo.
No esperes a que tu empresa quiebre para comenzar a buscar un nuevo trabajo.
No esperes a estar enfermo para cambiar tu manera de ser, de reaccionar o de comer.
Y así, entre menos pienses en lo que careces, más atraerás aquello que ya no será tan importante que llegue, porque simplemente lo tendrás.
Si yo me obsesiono con tener un hijo, estoy bloqueando el tenerlo.
Si yo me obsesiono con tener un marido, adiós marido.
Si yo me obsesiono con lo que sea…más lejano estará ese “lo que sea”…
Somos pensamiento, somos energía y si nos pensamos amados, amorosos, abundantes, exitosos, sanos. Si nos creemos amados, amorosos, abundantes, exitosos, sanos. Si nos sentimos amados, amorosos, abundantes, exitosos, sanos. Eso seremos y vibraremos en la frecuencia correcta.
Abandonemos el necesito y el quiero, por el “me muevo y lo consigo”.
Pretexto hay miles, historias muchas, casos diferentes todos. Pero recordemos que cada uno de nosotros, en el fondo, sabe lo que está haciendo mal, lo que debe cambiar pero no se atreve, lo que debe dejar pero le da miedo y es sobre esos temas que se deberá poner a trabajar.
No nos asumamos carentes, para no atraer carencia.
Akasha Sanación Integral
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco
Querer es poder
¡AYÚDENME! ¡SÁNENME!
Alguna vez, hace ya varios años, escuché a Enric Corbera comentar en alguno de sus muchos y extraordinarios videos, que él pocas veces revisaba los emails que recibía. Y además de esto, él mencionaba que cuando alguno de esos emails que sí revisaba comenzaba con la frase “ayúdeme” , “necesito que usted me sane”, lo borraba sin leerlo.
Tengo que aclarar por supuesto, que la primera vez que escuché esto me quedé un poco contrariada, porque no entendí de buenas a primeras lo que él quería decir.
Con el paso del tiempo, con más y más aprendizaje de toda esta metodología de la Biodescodificación, uno finalmente llega a comprender ese modo de pensar y de actuar, iniciando por casi el primer fundamento de la Biodescodificación: Nadie sana a nadie.
La salud no puede otorgártela absolutamente nadie más que tú.
No lo logrará un Reiki.
No lo logrará una imposición de manos.
No lo logrará un Ho´o Pono Pono.
No lo logrará un curandero o un chamán
No lo logrará una lectura de tarot ni lo lograrán algunos imanes sobre tu cuerpo.
Porque aunque sea la terapia altamente efectiva, si no hay una toma de conciencia, un cambio, fácilmente se regresará al mismo punto de enfermedad o de sufrimiento.
Porque somos mente, somos energía, somos lo que pensamos, y sobre todo, somos lo que hacemos.
Por lo tanto, por muchos o pocos tratamientos que las personas intentemos, no existirá cambio alguno si no hay un granito de nuestra parte para cambiar las circunstancias.
Hay un punto, en el que afortunadamente sólo algunas personas bajo un conflicto emocional grave o importante, se olvidan de su potencial, de su fuerza interna y recurren al victimismo con el pretexto de “sanar”.
Necesito ayuda, no sé qué hacer, qué opina usted, qué haría usted, qué debo hacer, he sufrido mucho, estoy sufriendo mucho, pobre de mí, pobre de mi hijito, pobre de mi mami, qué tengo qué hacer, etc, etc, etc.
Y si una persona ya está ubicada en el canal “necesito que me ayuden”, es completamente imposible que se le pueda ayudar. ¿Por qué? Porque esa persona, ha decidido dejar en tus manos, en manos ajenas la responsabilidad de su vida.
Afortunadamente, el porcentaje de personas que actúan así o viven así, es realmente mínimo, si acaso uno de cada 70 o más casos. Y vaya que es impresionante, el nivel de victimismo que viven.
Porque si a ese tipo de personas tú le dices: “aléjate de eso que te daña”, y lo siguiente que te dice es: ¿pero cómo?
Porque si a ese tipo de personas tú le dices: “cambia tal o cual cosa en tu vida”, lo siguiente que te dice es: “no puedo”
Porque si a ese tipo de personas tú le dices: “hazlo por ti”, lo siguiente que te dice es: “no puedo abandonar a…”
Y con todo esto, lo único que esas personas quieren ver, escuchar o sentir, es que sientes compasión por ellos, que sientes que efectivamente su vida es una total desgracia o tragedia y que sufres con su historia tal como hacen ellos y al mismo grado. Con esto, la solución está muy pero muy lejos.
Nada fuera de ti, puede enfermarte, principio elemental de la Biodescodificación (salvo por el precepto de que la Biodescodificación no resuelve envenenamientos químicos).
La Biodescodificación no vendrá a resolver tus problemas de pareja o familiares, la Biodescodificación no vendrá a hacerte rico o a conseguirte el trabajo del año. La Biodescodificación no vendrá a quitarte un cáncer ni a sanar a tu hijo, jamás.
La Biodescodificación vendrá únicamente a decirte la historia que estás repitiendo y vendrá a decirte los programas que has heredado. Fortalecerá tu autoestima, te empoderará, te dirá por dónde buscar y todo lo demás, lo que tú hagas, los aspectos de tu vida que tú cambies, serán 100% tu responsabilidad. La Biodescodificación hará que tú te sanes a ti.
Los Biodescodificadores no somos “sanadores”. Los Biodescodificadores somos las personas más racionales del planeta. Porque el único objetivo, es hacerte ver, el momento exacto en la historia de tu vida o en tu historia familiar, en el que fuiste programado para ser apegado, para ser aprehensivo, para ser miedoso, para ser codependiente, para ser nervioso, para ser carente, etc.
La Biodescodificación no está para compadecerte, la Biodescodificación no está para decirte lo que quieres oir ni para darte bendiciones.
La Biodescodificación te dice qué buscar, dónde y por dónde. Te acompaña en tu camino de cambio, te da las pistas, te hace comprender la historia, te hace asimilar los programas heredados que deberás soltar.
La Biodescodificación es todo un descubrimiento científico que viene a decir lo que ningún médico te dirá.
No es una “terapia” más para diversificar tu gusto por los métodos alternativos. No es una terapia de cada jueves por la tarde o cada mes por un año. La Biodescodificación es concreta, es directa, es objetiva, es neutral. Porque ya con las emociones confundidas de las personas, es suficiente.
Y ¿a dónde quiero llegar con todo esto?
A que ya ha llegado el tiempo en que tenemos que ser más conscientes de que si a mí me va mal en mi matrimonio, es por mis malas decisiones y reacciones. Y que si yo hago los cambios necesarios, mi conflicto matrimonial se resolverá.
Tal vez lo pueda resolver con un divorcio.
Tal vez lo pueda resolver con una intensa terapia psicológica de pareja.
Tal vez lo pueda resolver dejando de vivir con mi pareja, en casa de su madre o de la mía.
Pero como sea, serán mis cambios los que me den mi solución.
Tal vez el Biodescodificador pueda indicarme que estoy repitiendo la vida de mi abuela, o que vivo reparando la vida de mi tatarabuelo. Tal vez el Biodescodificador me ofrezca un trabajo metodológico para aumentar mi autoestima, fortalecer mi seguridad o liberar mis miedos.
Pero el cambio, la decisión hoy por hoy, será mía y de nadie más.
Pero ¿se imaginan a una mujer llorando, diciendo que su vida matrimonial es un total martirio y que cuando uno le dice lo que está pasando esa persona responde que no puede dejar a ese esposo, que ella no sabe hacer nada, que ella no podrá salir adelante sin él, que es imposible que ella abandone a su madre, que tiene uno o varios hijos que le impiden moverse y la mantienen atada, etc?
¿Se imaginan a alguien que está en verdad esperando que baje una luz mágica del cielo a cambiarlo todo?
Y puede ser un conflicto familiar, puede ser un conflicto laboral, puede ser un conflicto sentimental, puede ser el conflicto que sea pero mientras exista victimismo, mientras no se desee salir de ese canal de “pobre de mí”, poco o nada se puede hacer.
Son personas que esperan ser sanadas, esperan que otro tome la responsabilidad de sus vidas, que otro venga a borrar mágicamente su sufrimiento, para que ellos puedan seguir viviendo igual y haciendo lo mismo “pero sin dolor”.
No pues no.
Y a diario, platicando con un sin número de personas, nos encontramos a hijos cuyos padres vibran en el victimismo. Nos encontramos con padres, cuyos hijos vibran en el victimismo. Personas cuyos hermanos, compañeros de trabajo o amigos, vibran en el victimismo. Y son personas que se sientes desgastadas, abusadas, manipuladas porque por mucho que “ayuden”, “aconsejen” o “hagan” por esas pobrecitas personas, nunca llegan a ninguna solución.
Y no lo crean, pero hasta ese “afán” por ayudar a alguien, tiene su explicación Transgeneracional, claro!
Hoy entiendo por completo a Enric Corbera, hoy sé y entiendo a qué se refería con su comentario. Hoy sé que definitivamente personas así, sí existen y que si en tu camino, de casualidad, te llegaras a encontrar con una persona así, incapaz de tomar las riendas de su vida, no te desgastes, no permitas que afecte tu esencia. Porque será hasta que dicha persona eleve su vibración de “víctima” a “soy el responsable de mi vida”, que tal vez se pueda hacer algo por ella.
Akasha Sanación Integral
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco
Alguna vez, hace ya varios años, escuché a Enric Corbera comentar en alguno de sus muchos y extraordinarios videos, que él pocas veces revisaba los emails que recibía. Y además de esto, él mencionaba que cuando alguno de esos emails que sí revisaba comenzaba con la frase “ayúdeme” , “necesito que usted me sane”, lo borraba sin leerlo.
Tengo que aclarar por supuesto, que la primera vez que escuché esto me quedé un poco contrariada, porque no entendí de buenas a primeras lo que él quería decir.
Con el paso del tiempo, con más y más aprendizaje de toda esta metodología de la Biodescodificación, uno finalmente llega a comprender ese modo de pensar y de actuar, iniciando por casi el primer fundamento de la Biodescodificación: Nadie sana a nadie.
La salud no puede otorgártela absolutamente nadie más que tú.
No lo logrará un Reiki.
No lo logrará una imposición de manos.
No lo logrará un Ho´o Pono Pono.
No lo logrará un curandero o un chamán
No lo logrará una lectura de tarot ni lo lograrán algunos imanes sobre tu cuerpo.
Porque aunque sea la terapia altamente efectiva, si no hay una toma de conciencia, un cambio, fácilmente se regresará al mismo punto de enfermedad o de sufrimiento.
Porque somos mente, somos energía, somos lo que pensamos, y sobre todo, somos lo que hacemos.
Por lo tanto, por muchos o pocos tratamientos que las personas intentemos, no existirá cambio alguno si no hay un granito de nuestra parte para cambiar las circunstancias.
Hay un punto, en el que afortunadamente sólo algunas personas bajo un conflicto emocional grave o importante, se olvidan de su potencial, de su fuerza interna y recurren al victimismo con el pretexto de “sanar”.
Necesito ayuda, no sé qué hacer, qué opina usted, qué haría usted, qué debo hacer, he sufrido mucho, estoy sufriendo mucho, pobre de mí, pobre de mi hijito, pobre de mi mami, qué tengo qué hacer, etc, etc, etc.
Y si una persona ya está ubicada en el canal “necesito que me ayuden”, es completamente imposible que se le pueda ayudar. ¿Por qué? Porque esa persona, ha decidido dejar en tus manos, en manos ajenas la responsabilidad de su vida.
Afortunadamente, el porcentaje de personas que actúan así o viven así, es realmente mínimo, si acaso uno de cada 70 o más casos. Y vaya que es impresionante, el nivel de victimismo que viven.
Porque si a ese tipo de personas tú le dices: “aléjate de eso que te daña”, y lo siguiente que te dice es: ¿pero cómo?
Porque si a ese tipo de personas tú le dices: “cambia tal o cual cosa en tu vida”, lo siguiente que te dice es: “no puedo”
Porque si a ese tipo de personas tú le dices: “hazlo por ti”, lo siguiente que te dice es: “no puedo abandonar a…”
Y con todo esto, lo único que esas personas quieren ver, escuchar o sentir, es que sientes compasión por ellos, que sientes que efectivamente su vida es una total desgracia o tragedia y que sufres con su historia tal como hacen ellos y al mismo grado. Con esto, la solución está muy pero muy lejos.
Nada fuera de ti, puede enfermarte, principio elemental de la Biodescodificación (salvo por el precepto de que la Biodescodificación no resuelve envenenamientos químicos).
La Biodescodificación no vendrá a resolver tus problemas de pareja o familiares, la Biodescodificación no vendrá a hacerte rico o a conseguirte el trabajo del año. La Biodescodificación no vendrá a quitarte un cáncer ni a sanar a tu hijo, jamás.
La Biodescodificación vendrá únicamente a decirte la historia que estás repitiendo y vendrá a decirte los programas que has heredado. Fortalecerá tu autoestima, te empoderará, te dirá por dónde buscar y todo lo demás, lo que tú hagas, los aspectos de tu vida que tú cambies, serán 100% tu responsabilidad. La Biodescodificación hará que tú te sanes a ti.
Los Biodescodificadores no somos “sanadores”. Los Biodescodificadores somos las personas más racionales del planeta. Porque el único objetivo, es hacerte ver, el momento exacto en la historia de tu vida o en tu historia familiar, en el que fuiste programado para ser apegado, para ser aprehensivo, para ser miedoso, para ser codependiente, para ser nervioso, para ser carente, etc.
La Biodescodificación no está para compadecerte, la Biodescodificación no está para decirte lo que quieres oir ni para darte bendiciones.
La Biodescodificación te dice qué buscar, dónde y por dónde. Te acompaña en tu camino de cambio, te da las pistas, te hace comprender la historia, te hace asimilar los programas heredados que deberás soltar.
La Biodescodificación es todo un descubrimiento científico que viene a decir lo que ningún médico te dirá.
No es una “terapia” más para diversificar tu gusto por los métodos alternativos. No es una terapia de cada jueves por la tarde o cada mes por un año. La Biodescodificación es concreta, es directa, es objetiva, es neutral. Porque ya con las emociones confundidas de las personas, es suficiente.
Y ¿a dónde quiero llegar con todo esto?
A que ya ha llegado el tiempo en que tenemos que ser más conscientes de que si a mí me va mal en mi matrimonio, es por mis malas decisiones y reacciones. Y que si yo hago los cambios necesarios, mi conflicto matrimonial se resolverá.
Tal vez lo pueda resolver con un divorcio.
Tal vez lo pueda resolver con una intensa terapia psicológica de pareja.
Tal vez lo pueda resolver dejando de vivir con mi pareja, en casa de su madre o de la mía.
Pero como sea, serán mis cambios los que me den mi solución.
Tal vez el Biodescodificador pueda indicarme que estoy repitiendo la vida de mi abuela, o que vivo reparando la vida de mi tatarabuelo. Tal vez el Biodescodificador me ofrezca un trabajo metodológico para aumentar mi autoestima, fortalecer mi seguridad o liberar mis miedos.
Pero el cambio, la decisión hoy por hoy, será mía y de nadie más.
Pero ¿se imaginan a una mujer llorando, diciendo que su vida matrimonial es un total martirio y que cuando uno le dice lo que está pasando esa persona responde que no puede dejar a ese esposo, que ella no sabe hacer nada, que ella no podrá salir adelante sin él, que es imposible que ella abandone a su madre, que tiene uno o varios hijos que le impiden moverse y la mantienen atada, etc?
¿Se imaginan a alguien que está en verdad esperando que baje una luz mágica del cielo a cambiarlo todo?
Y puede ser un conflicto familiar, puede ser un conflicto laboral, puede ser un conflicto sentimental, puede ser el conflicto que sea pero mientras exista victimismo, mientras no se desee salir de ese canal de “pobre de mí”, poco o nada se puede hacer.
Son personas que esperan ser sanadas, esperan que otro tome la responsabilidad de sus vidas, que otro venga a borrar mágicamente su sufrimiento, para que ellos puedan seguir viviendo igual y haciendo lo mismo “pero sin dolor”.
No pues no.
Y a diario, platicando con un sin número de personas, nos encontramos a hijos cuyos padres vibran en el victimismo. Nos encontramos con padres, cuyos hijos vibran en el victimismo. Personas cuyos hermanos, compañeros de trabajo o amigos, vibran en el victimismo. Y son personas que se sientes desgastadas, abusadas, manipuladas porque por mucho que “ayuden”, “aconsejen” o “hagan” por esas pobrecitas personas, nunca llegan a ninguna solución.
Y no lo crean, pero hasta ese “afán” por ayudar a alguien, tiene su explicación Transgeneracional, claro!
Hoy entiendo por completo a Enric Corbera, hoy sé y entiendo a qué se refería con su comentario. Hoy sé que definitivamente personas así, sí existen y que si en tu camino, de casualidad, te llegaras a encontrar con una persona así, incapaz de tomar las riendas de su vida, no te desgastes, no permitas que afecte tu esencia. Porque será hasta que dicha persona eleve su vibración de “víctima” a “soy el responsable de mi vida”, que tal vez se pueda hacer algo por ella.
Akasha Sanación Integral
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco
miércoles, 13 de septiembre de 2017
El detalle en tiempos Virgo.♍
Podemos vivenciar el "detalle" de dos maneras diferentes.
El detalle crítico, el autocastigo de lo que falta, o el detalle brillante, que nos diferencia del resto.
Podemos ir al detalle carente, de lo que no está, de la mancha negra en la pared blanca, o ir al detalle correctivo, al detalle que mejora, que agrega, que suma.
Podemos ir al detalle mental que nos agota, que nos mete en el laberinto mental de suposiciones, entramados y análisis de humo, o ir al detalle mental real, rico, brillante y que enciende la lamparita.
Podemos ir al detalle del dedo acusador, viendo lo que el otro no hace, viendo los errores y desaciertos, las equivocaciones o traspiés, o podemos ir al detalle que corrige, que ordena, que repara, que restituye, que arregla.
El detalle, en tiempos Virgo, es una realidad. Vos, cómo lo estás vivenciando.
Julieta Valente
Podemos vivenciar el "detalle" de dos maneras diferentes.
El detalle crítico, el autocastigo de lo que falta, o el detalle brillante, que nos diferencia del resto.
Podemos ir al detalle carente, de lo que no está, de la mancha negra en la pared blanca, o ir al detalle correctivo, al detalle que mejora, que agrega, que suma.
Podemos ir al detalle mental que nos agota, que nos mete en el laberinto mental de suposiciones, entramados y análisis de humo, o ir al detalle mental real, rico, brillante y que enciende la lamparita.
Podemos ir al detalle del dedo acusador, viendo lo que el otro no hace, viendo los errores y desaciertos, las equivocaciones o traspiés, o podemos ir al detalle que corrige, que ordena, que repara, que restituye, que arregla.
El detalle, en tiempos Virgo, es una realidad. Vos, cómo lo estás vivenciando.
Julieta Valente
lunes, 11 de septiembre de 2017
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