jueves, 3 de noviembre de 2016

Jaque al rey

En 1746 François-André Danican Philidor fue considerado el mejor jugador de ajedrez del mundo y su cita más popular fue: “Los peones son el alma del ajedrez” (fuente 1).

Tomando sus palabras como punto de partida, junto con Airam, queremos compartirles las siguientes palabras.

Desde que llegamos al mundo vamos incorporando diferentes hábitos que van formando, uno a uno, la cultura en la que nos desarrollamos. Crecemos siguiendo diferentes patrones que pocas veces llegamos a cuestionarnos con mucha convicción, y de esa manera vamos moviéndonos por la vida como si la misma fuera un gran tablero de ajedrez. Un tablero en el que creemos que nos movemos como queremos sin lograr dilucidar que las decisiones que tomamos no nos pertenecen. No son nuestras. Cada movimiento que creemos natural es inducido generación tras generación por un sistema que se introduce en el contexto que sea con tal de llegar con su mensaje…por ejemplo: la visita escolar guiada a la “fábrica de leche” cuando somos chicos. Visita que nos regresaba a casa re contentos porque nos habían regalado un montón de cosas. 

Nos creemos reyes de nuestra propia vida y de nuestras decisiones, pero sin saberlo somos los peones de un sistema que nos adoctrina sin que nos demos cuenta. Somos la primera línea de fuego de un sistema que nos utiliza para cuidar sus intereses y que nos dice de qué manera debemos movernos. Un sistema que nos pone delante de la industria farmacéutica, la alimenticia y la publicitaria. Uno de los tríos más perversos que existen ya que su único fin es generar ingresos.

Perdón si suena feo o molesta a alguien lo que digo. No es mi intención herir los sentimientos o los pensamientos de ninguno de los lectores. Disculpas realizadas, continúo con la idea.

Nos desarrollamos en un sistema que día a día asesina a millones de animales en todo el mundo. Asesinatos que suceden para satisfacer una codicia tan inconmensurable como el universo mismo. Y lo peor de todo es que nos utiliza a nosotros para lograr su cometido, y ahí es donde entra ese trío oscuro que desarrolla sus mejores estrategias para tenernos bien desinformados sobre lo que hay detrás de nuestros hábitos de consumo. 

Desde la triada suenan argumentos como:

“Si querés tener huesos fuertes tenés consumir lácteos”
“Si querés crecer bien tenés que consumir carne para desarrollar tus músculos”

Por nombrar los dos que más utilizan y recordando que la industria farmacéutica y la publicitaria comunicaban, en los años 50, que fumar cigarrillos estaba bien.

Esos argumentos hacen que por segundo se asesinen en el mundo aproximadamente 5.000 animales, 345 millones al día aproximadamente, a lo que hay que añadir unos 140 millones de toneladas de peces, sin contar las aves y los mamíferos que quedan atrapados en las redes que utilizan los pesqueros (fuente 2). 

Pero todas esas muertes no indignan a nadie, o no a todos, ya que no les conocemos las caras. No vimos sus ojos, no nos dolió ver su cuerpo sin vida, a pesar de muchos puedan tener parte de sus cuerpos en la heladera o en freezer. Y se debe a la desconexión y la disociación que tenemos entre “el producto” y el animal. A la desconexión y a la disociación que nos va sometiendo la cultura al crecer. Por ejemplo, un estudio en Norte América demuestra que la mayoría de los niños de 5 años no saben de dónde viene la carne que consumen. La mayoría de ellos respondían NO cuando les preguntaban sin comían animales (fuente 3). Ellos simplemente saben que comen carne o patitas y otras formas que buscan ocultar una de las más duras y crueles realidades que puede afrontar un niño: comer animales. Esto lo pude comprobar con mi sobrino Dante, de 6 años, que me dijo que amaba a los animales por eso nunca los comería…a lo que le pregunté si sabía lo que era la milanesa de carne. Cuando le conté de dónde venía se quedó mirándome en silencio.

La empatía hacia todos los animales es parte de nuestra naturaleza cuando somos cachorros, pero la misma se va oprimiendo y los intereses del sistema nos corrompen de un modo que supera las habilidades ninjas de Rafael, Leonardo, Donatello y Miguel Ángel. Lo hace por medio de nuestras madres, nuestros padres, los dibujos animados que vemos e incluso por medio de las visitas guiadas cuando vamos al colegio.

Cada tanto el sistema es puesto en jaque y los círculos de empatía en el que están los animales que culturalmente respetamos se expanden y entran otros animales, como por ejemplo el león, el rinoceronte y los demás animales que fueron asesinados por una pareja que posaba sonrientes por lo que habían hecho; o del caballo que nos enteramos que mataron al aire libre de un mazazo en la cabeza para que un grupo de amigos se hiciera un asado. 

En ese momento, que logramos dilucidar a las víctimas, todas esas muertes nos duelen y nos indignan al punto que casi pateamos ese tablero repleto de conceptos establecidos por una cultura que nos quiere mantener bien distraídos y desinformados. Pero la indignación y el dolor, que es genuina, rápidamente se diluye en discusiones que le escapan a las preguntas que pueden lograr replantear la relación que tenemos con todos los animales, replantear si realmente queremos ser parte de esa demanda que alimenta un sistema que es tan cínico como organizado. Preguntas que pueden terminar con la cosificación de todos los animales. 

Vos podés ayudar a terminar con el holocausto más grande que existe en la tierra y que día a día, años tras años deja los siguientes números:

50.000 millones de pollos
1.388 millones de cerdos
648 millones de gallinas
564 millones de ovejas
402 millones de cabras
301 millones de bóvidos
57 millones de otras aves (Fuente 2)

Si tenemos información tenemos libertad; si tenemos información tenemos poder. Si tenemos poder podemos cambiar el destino de miles de millones de animales. Podemos cambiar el mundo.

Hoy podés patear ese tablero y comenzar a elegir los hábitos que se alinean con tus palabras, tus pensamientos y tus sentimientos. 

Animal Libre 


La vida misma


Chapuzó



lunes, 31 de octubre de 2016


Las cazas de brujas

El genocidio de mujeres sabias y libres

Estados e Iglesia ejecutaron a 9 millones en Occidente en los siglos XVI y XVII


Se estima que nueve millones de mujeres fueron víctimas de un genocidio en Europa y Estados Unidos durante los sigos XVI y XVII, acusadas de brujería. Sin embargo, las brujas no han pasado a la historia por su valor, independencia y sabiduría sino como un icono de maldad y terror, que forma parte de relatos para niñas y niños, películas, literatura y leyendas, que todavía se transmiten de generación en generación.

El feminismo, sobre todo desde los años 70, ha rescatado hasta nuestros días la verdadera historia que se esconde tras la caza de brujas: el nacimiento de un nuevo sistema económico en la Edad Media en el que Iglesia y Estado se aliaron para imponer una moral y un régimen de dominio de las tierras y los bienes en el que cualquier resistencia era pagada con el aislamiento y la muerte.

¿Qué ocurrió entonces con las mujeres que estudiaban los remedios naturales y propiedades de curación de las hierbas? ¿Y las que se encargaban de la natalidad y de practicar abortos?

Durante el advenimiento del capitalismo, se intensificó el control hacia las mujeres, sus cuerpos, la maternidad, su rol social, y las piezas rebeldes, como estas mujeres independientes y liberadas sexualmente, fueron víctimas de un genocidio de dos siglos "que junto a la trata de esclavos y la conquista de América, fueron imprescindibles para instaurar el capitalismo moderno", en palabras de Silvia Federici, autora de 'Calibán y la bruja'. Este libro es fundamental para conocer esta etapa de la historia y cómo la herejía y la brujería no eran más que supuestos delitos instaurados por la misoginia.

Apropiación de tierras y violencia sexual

Curanderas, profetas, artesanas,... la actividad de estas mujeres que sostenían comunidades humildes y campesinas las convirtió en sospechosas por desafiar el orden patriarcal y, tal y como se relata en el libro 'La caza de brujas en Europa. 200 años de terror misógino', de Anne Lewellyn, fueron perseguidas, torturadas y víctimas de violencia sexual. Muchas ejercían el papel de lideresas espirituales y eran ejecutadas en público como una forma más de intimidar a la sociedad. Y las víctimas idóneas eran viudas de mucha edad, ya debilitadas y dependientes del Estado, así como "mujeres sin marido, hermanos o hijos que eran acusadas de brujería con más frecuencia para apoderarse de sus propiedades", como se indica en la investigación de Carol Karlsen sobre los procesos de brujería en Nueva Inglaterra.

Con estos asesinatos ejemplares, todas las mujeres estaban bajo sospecha si cuestionaban la obediencia. Muchas de ellas eran víctimas de violencia machista en un contexto "de supremacía de las relaciones sociales masculinas". "El sistema patriarcal también explica por qué muchas supuestas 'brujas' fueron acusadas por otras mujeres: si una disgustaba o amenazaba a los hombres de la comunidad, también era considerada peligrosa por las mujeres que dependían de estos hombres o que se identificaban con ellos. La interiorización de la "no aceptabilidad es muy profunda", explica Lewellyn.

Alemania: el epicentro en Europa

La caza de brujas fue más o menos intensa en los diferentes estados y países. En Europa, en Alemania y los países de su entorno se produjeron entre la mitad y las tres cuartas partes de las ejecuciones, en Escocia se dieron muchos casos pero en cambio no se conocen en Irlanda. En los países francófonos se asoció la brujería con la "posesión demoniaca" Y en Italia y España, aunque hubo muchas investigaciones, apenas se ejecutaron mujeres.

Es evidente que, a pesar de todo lo que ya se ha escrito y reivindicado desde el feminismo, la verdadera historia de la caza de brujas debe continuar siendo indagada ya que entronca directamente con el origen del feminismo y con una espiritualidad y forma de liderar específica de aquellos grupos de mujeres. Como señalan las integrantes de W.I.T.C.H, "la historia oculta de la liberación de las mujeres comenzó con brujas y gitanas, porque son las más antiguas guerrilleras y luchadoras de la resistencia".

(Fuentes: 'Calibán y la bruja', de Silvia Federici; 'La caza de brujas en Europa. 200 años de terror misógino'. Editorial Tikal; 'W.I,T.C.H. Comunicados y hechizos'. Editorial La Felguera)










El Altar de muertos

La ofrenda del día de muertos es una tradición que se celebra con la finalidad de que las almas de los familiares y amigos fallecidos sean reconfortadas por el recuerdo de quienes les sobreviven. Sobre un altar cubierto de manteles coloridos se colocan alimentos, frutas, licor, agua, cigarrillos, y aquellos elementos de los que el difunto gustaba en vida, así como los retratos de las personas queridas que ya no nos acompañan.




Las llamadas calaveritas, composición de poemas en verso mediante los que se recuerda a algún personaje famoso poniendo en relieve de manera ingeniosa las virtudes y defectos del personaje en cuestión, representan una tradición que se cultiva año a año. Otra tradición es la confección del pan de muertos, decorado con huesos y lágrimas hechos en azúcar.

















Fue creada en 1912 por José Guadalupe Posada bajo el nombre de "calavera garbancera" para hacer una representación satírica del sector social más encumbrado de México antes de la Revolución. A partir de ese momento, la difusión y los usos populares la fueron convirtieron en el símbolo oficial de la Muerte y de la celebración del Día de Muertos el 2 de noviembre en México. Entre los años 1946 y 1947, la calavera desnuda y con sombrero de Posada fue representada con una elegante vestimenta junto a su creador por el artista mexicano Diego Rivera en su cuadro "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central". Desde ese momento la imagen fue rebautizada como "La Catrina".



















Museo Sede Palacio Noel
Buenos Aires - Argentina.
Fotografía Carol C. ®