sábado, 10 de agosto de 2013
Ojos Que No Ven
Un insensato, viendo a un hombre santo caminar en la noche alumbrando con gran dificultad el camino para no matar a las hormigas que lo atravesaban, le dijo: “¡Oh virtuoso varón, yo puedo solucionar su problema: apaga tu vela, marcha en la oscuridad y ya no tendrás remordimientos!”.
Alejandro Jodorowsky
Ilustración: Boucq
Anton Chejov, Una bromita
Un claro mediodía de invierno... El frío es intenso, el hielo cruje, y a Nádeñka, que me tiene agarrado del brazo, la plateada escarcha le cubre los bucles en las sienes y el vello encima del labio superior. Estamos sobre una alta colina. Desde nuestros pies hasta el llano se extiende una pendiente, en la cual el sol se mira como en un espejo. A nuestro lado está un pequeño trineo, revestido con un llamativo paño rojo.
—Deslicémonos hasta abajo, Nadezhda Petrovna —le suplico—. ¡Siquiera una sola vez! Le aseguro que llegaremos sanos y salvos.
Pero Nádeñka tiene miedo. El espacio desde sus pequeñas galochas hasta el pie de la helada colina le parece un inmenso abismo, profundo y aterrador. Ya sólo al proponerle yo que se siente en el trineo o por mirar hacia abajo se le corta el aliento y está a punto de desmayarse; ¡qué no sucederá entonces cuando ella se arriesgue a lanzarse al abismo! Se morirá, perderá la razón.
—¡Le ruego! —le digo—. ¡No hay que tener miedo! ¡Comprenda, de una vez, que es una falta de valor, una simple cobardía!
Nádeñka cede al fin, y advierto por su cara que lo hace arriesgando su vida. La acomodo en el trineo, pálida y temblorosa; la rodeo con un brazo y nos precipitamos al abismo. El trineo vuela como una bala. El aire hendido nos golpea en la cara, brama, silba en los oídos, nos sacude y pellizca furibundo, quiere arrancar nuestras cabezas. La presión del viento torna difícil la respiración. Parece que el mismo diablo nos estrecha entre sus garras y, afilando, nos arrastra al infierno. Los objetos que nos rodean se funden en una solo franja large que corre vertiginosamente... Un instante más y llegará nuestro fin.
—¡La amo, Nadia!—digo a media voz.
El trineo comienza a correr más despacio, el bramido del viento y el chirriar de los patines ya no son tan terribles, la respiración no se corta más y, por fin, estamos abajo. Nádeñka llegó más muerta que viva. Está pálida y apenas respira... La ayudo a levantarse.
—iPor nada del mundo haría otro viaje! —dice mirándome con ojos muy abiertos y llenos de horror—. ¡Por nada del mundo! ¡Casi me muero!
Al cabo de un rato vuelve en sí y me dirige miradas inquisitivas ¿fui yo quien dijo aquellas tres palabras o simplemente le pareció oírlas en el silbido del remolino? Yo fumo a su lado y examino mi guante con atención.
Me toma del brazo y comenzamos un largo paseo cerca de la colina. El misterio por lo visto no la deja en paz. ¿Fueron dichas aquellas palabras o no? ¿Sí o no? Es una cuestión de amor propio, de honor, de vida, de dicha; una cuestión muy importante, la más importante en el mundo. Nadeñka vuelve a dirigirme su mirada impaciente, triste, penetrante, y contesta fuera de propósito, esperando que yo diga algo. ¡Oh, qué juego de matices hay en este rostro simpático! Veo que está luchando consigo misma, que tiene necesidad de decir algo, de preguntar, pero no encuentra las palabras, se siente cohibida, atemorizada, confundida par la alegria...
—¿Sabes una cosa? -—dice sin mirarme.
—¿Qué?—!e pregunto.
—Hagamos... otro viajecito.
Subimos por la escalera. Vuelvo a acomodar a la temblorosa y pálida Nádeñka en el trineo
y de nuevo nos lanzamos en el terrible abismo; de nuevo brama el viento y zumban los patines; y de nuevo, al alcanzar el trineo su impulso más fuerte y ruidoso, digo a media voz:
—¡La amo, Nadia!
Cuando el trineo se detiene, Nádeñka contempla la colina por la que acabamos de descender; luego clava su mirada en mi cara, escucha mi voz, indiferente y desapasionada, y toda su pequeña figura, junto con su manguito y su capucha, expresa un extremo desconcierto. Y su cara refleja una serie de preguntas: “¿Cómo es eso? ¿Quién ha pronunciado aquellas palabras? ¿Ha sido él o me ha parecido oírlas y nada más?"
La incertidumbre la tornaba inquieta, la pone nerviosa. La pobre muchacha no contesta mis preguntas, frunce el ceño, está a punto de llorar.
¿Será hora de irnos a casa? —le pregunto.
—A mi... a mi me gustan estos viajes en trineo —dice, ruborizándose—. ¿Haremos uno más?
Le "gustan" estos viajes, pero al sentarse en el trineo, palidece igual que antes, tiembla y contiene el aliento.
Descendemos par tercera vez, y noto cómo está observando mi cara y mis labios. Pero yo me cubro la boca con un pañuelo, y toso y al llegar a la mitad de la colina alcanzo a musitar:
—¡La amo, Nadia!
Y el misterio sigue siendo misterio. Nádeñka guarda silencio, piensa en algo... Nos retiramos
de la pista y ella trata de aminorar la marcha, esperando siempre que yo diga aquellas palabras. Veo cómo sufre su corazón y cómo ella se esfuerza para no decir en voz alta: "¡No puede ser que las haya dicho el viento! ¡Y no quiero que haya sido el viento!"
A la mañana siguiente recibo una esquela: "Si usted va hay a la pista de patinaje, venga a buscarme. N." Y a partir de ese dia voy con Nádeñka'a la pista todos los dias y, al precipitarnos hacia abajo en el trineo, coda vez pronuncio a media voz siempre las mismos palabras:
—¡La amo, Nadia!
En poco tiempo, Nádeñka se habitúa a esta frase, como uno se habítúa al vino o a la morfina. Ya no puede vivir sin ella. Es verdad que siempre le da miedo deslizarse par la colina helada,
pero ahora el miedo y el peligro otorgan un encanto especial a las palabras de amor, palabras que constituyen un misterio y oprimen ducemente el corazón. Los sospechosos son siempre dos: el viento y yo... Ella no sabe quién de los dos le declara su amor, pero ello, por lo visto, ya la tiene sin cuidado; poco importa el recipiente del cual uno bebe, lo esencial es sentirse embriagado.
Una vez, al mediodia, fui solo a la pista: mezclado con la multitud, vi a Nádeñka acercarse a la
colina y buscarme con los ojos... Timidamente sube a la escalera... Le da mucho miedo viajar sola, ¡oh, qué miedo! Está blanca como la nieve y tiembla como si se dirigiera a su propia ejecución. Pero va decidida, sin mirar para atrás.
Por lo visto, ha decidido probar, al fin: ¿Se oyen aquellas sorprendentes y dulces palabras cuando yo no estoy? La veo colocarse en el trineo, pálida, con la boca abierta por el miedo, cerrar los ojos y emprender la marcha, después de despedirse para siempre de la tierra. "Zsh-zsh-zsh-zsh"... Zumban lo s patines. Si Nádeñka está oyendo aquellas palabras o no, no lo sé... La veo levantarse del trineo exhausta, débil. Y se ve por su cara que ella misma no sabe si ha oido algo o no. Mientras estuvo deslizándose hacia abajo, el miedo le quitó la capacidad de escuchar, de distinguir sonidos, de entender...
Y he aqui que llega el primaveral mes de marzo... El sol se torna más cariñoso. Nuestra montaña de hielo se oscurece, pierde su brillo y por fin se derrite. Nuestros viajes en trineo se interrumpen. La pobre Nádeñta ya no tiene dónde escuchar aquellas palabras y además no hay quien las pronuncie, puesto que el viento se ha aquietado y yo estoy por irme a Petersburgo, par mucho tiempo, quizá para siempre.
Unos dias antes de mi partida al anochecer, estoy sentado en ei jardín. Este jardin está separado de la casa de Nádeñka por una alta palizada con clavos... Aún hace bastante frio, en los rincones del patio exterior hay nieve todavía, los árboles parecen muertos; pero ya huele a primavera y los grajos, acomodándose para dormir desatan su último vocerío de la jornada. Me acerco a la empalizada y durante largo rato miro por una hendidura. Veo a Nádeñka salir al patio y alzar su triste acongojada mirada al cielo... El viento de primavera sopla directamente en su pálido y sombrio rostro... Le hace recordar aquel otro viento que bramaba en la colina dejando oír aquellas tres palabras, y su cara se pone triste, muy triste, y una lágrima se desliza par su mejilla. La pobre muchacha extiende ambos brazos como suplicando al viento le traiga una vez más aquellas palabras. Y yo, al llegar una ráfaga de viento, digo a media voz:
—¡La amo, Nadia!
¡Por Dios, hay que ver lo que sucede con Nádeñka! Deja escapar un grito y con amplia sonrisa
tiende sus brazos hacia el viento, alegre, feliz, tan bella.
Y yo me voy a hacer las maletas...
Esto sucedió hace tiempo. Ahora Nádeñka está casada con el secretario de una institución tutelar y tiene ya tres hijos. Pero nuestros viajes en trineo y las palabras "La amo, Nadia", que le llevaba el viento, no están olvidadas, para ella son el recuerdo más feliz más conmovedor y más bello de su vida...
Mientras que yo, ahora que tengo más edad, ya no comprendo para qué decía aquellas palabras. Para qué hacía aquella broma...
viernes, 9 de agosto de 2013
Julio Cortázar
Amor 77
Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman,
se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
George Santayana
“La belleza es un elemento emocional, un placer que es nuestro y, sin embargo,
lo consideramos como una cualidad de las cosas.”
jueves, 8 de agosto de 2013
Instrucciones para amar a una persona", Julio Cortázar
Pósese justo frente a la persona que se quiere amar. Mírela a los ojos, sonría delicadamente, no exagere. Haga lento el abrir y cerrar de ojos: baje lentamente los párpados, súbalos de igual forma. Así durante todo el procedimiento. Tome lentamente su cara y acérquela a la propia; inmediatamente verá la fusión de labios. Con suavidad, abra la boca y mezcle las lenguas, manteniendo las manos sobre la cara. Luego de algunos segundos sentirá una reacción química que liberará energía calórica, pero no se precipite, prosiga con las instrucciones. Tranquilamente aparte las manos de la cara del ser amado, deslizándolas suavemente por los hombros hacia abajo, hasta llegar a la espalda. Abrazar fuerte. Continúe con los procedimientos anteriores, verá que no experimentará ninguna dificultad para realizar estos pasos al mismo tiempo. Relaje las piernas y los brazos, sosténgase de pie sobre la persona que se quiere amar, verá que es el mejor soporte posible. Apague o disminuya la luz, el ambiente será más tranquilo. Aproxímese a una cama, preferentemente hecha sólo de sábanas. No se preocupe por las almohadas, sus propios torsos cumplirán esa función perfectamente. No se apresure, póngase, despacio, en posición horizontal, guíe al amado a ponerse en la misma posición, de manera que los dos queden acostados y de costado, mirándose una vez más. No deje nunca de abrazar. En silencio, recuéstese sobre el torso ajeno y déjese reposar un buen rato. La oscuridad le dará una sensación muy pacífica de la realidad y limitando la visión y el oído, podrá disfrutar de los sentidos que suelen dejarse relegados: el tacto, el olor, el gusto. Mantenga el abrazo, pero no se quede dormido, el sueño bien podrá experimentarse despierto. Admirar todo lo que guste, deleitarse con las más inocentes excusas, detener el tiempo mientras se ve a la persona amada hacer algo tan simple como hablar, fruncir el ceño o jugar infantil y tiernamente con un peluche. Agregue dulzura a gusto. Añada sonrisas, payasadas y bromas (las lágrimas no hacen mal si están medidas en proporción y están bien batidas con amor), regalos insignificantes como un beso en un momento inesperado o un papel escrito a las apuradas. Pueden ser valorados más que una joya.
Consejo: las caricias y besos extras a lo largo de todo el procedimiento producirá un mejor efecto y mejor resultado. No olvide las miradas.
Secreto: Esta receta es especial para noches de lluvia; el sonido de las gotas rompiendo el silencio conforma una atmósfera imperdible.
Consejo: las caricias y besos extras a lo largo de todo el procedimiento producirá un mejor efecto y mejor resultado. No olvide las miradas.
Secreto: Esta receta es especial para noches de lluvia; el sonido de las gotas rompiendo el silencio conforma una atmósfera imperdible.
Jueves Jupitariano
Hoy, mi intención es agradecer todo lo bueno que la vida me ofreció esta semana. Incluyendo lo que no me gustó, pero me enseñó.
Hoy, mi intención es elevar mi vibración con pensamientos amorosos. Porque así como vibro, vibrará mi entorno.
Hoy, mi intención es soltar cualquier pensamiento limitante del pasado para permitir que nuevas experiencias lleguen a mi vida.
Cómo son los hombres según su signo
El Hombre de Aries. Los hombres Aries están llenos ideas y energía creativa. Mantenerse a su altura puede ser agotador, pero vale más que lo hagas, mentalmente por lo menos. Cuando se trata de amor, su actitud desaprensiva es asombrosa. Se embarcará en una aventura, con la total seguridad de que es el único amor verdadero, casi de una manera épica, solo comparable con el amor de Romeo y Julieta. Si la relación se rompe, el juntará los pedazos y heroicamente tratará de salvar el difunto romance. Si es irreparable, empezará todo de nuevo, con una nueva Julieta, como si fuera la primerísima vez. Por más errores sentimentales que haya cometido, el Ariano está seguro de que su verdadero amor, su alma gemela, está esperándolo en su próxima conquista. Y a menos que seas una mujer de Escorpio, el hombre de Aries es tan apasionado como pudiera soñarlo cualquier mujer. No es mucho lo que deja por desear.
El varón de Aries espera que la mujer de sus sueños sea al mismo tiempo ultra femenina y desenvuelta. La quiere completamente independiente, pero dispuesta a marchar unos pasos detrás de él. Espera que lo elogies y le demuestres devoción, pero sin entrar jamás en el papel de humilde esclava. Si todavía tenés ganas de saber de más de un Ariano… ¡Seguramente sos una mujer muy valiente! Se trata de alcanzar un punto medio. Y si lo encontrás, pensá que algún día serás la única Julieta de pelo blanco, con un marido que seguirá siendo súper cariñoso cuando se hayan cumplido sus bodas de oro. Es todo un desafío, si sos romántica... ¡Y claro que lo sos! Porque si no, para empezar, no te habrías metido con un Aries.
El Hombre de Tauro. El hombre de Tauro puede tardar mucho tiempo en decidir si te quiere como mujer. No será él quien se arroje con un salto olímpico a la pileta del romance, sin antes ver que haya agua en la que nadar. Pero una vez que haya llegado a la decisión de que sos vos, y una vez que su objetivo sea conquistarte, hará que el más romántico parezca un aficionado. Puede incluso avergonzar a un Leonino flechado y al apasionado Escorpio. Tu sensato, lento, práctico y decidido hombre de Tauro es capaz de enviarte todos los días una rosa roja hasta que te rindas a su insistencia... Para casarte, o para lo que fuere. Incluso, te puede escribir una carta de amor y enviártela tímidamente, sin firmarla, seguro de que vos sabrás quien la manda. Como enamorado, Tauro es tierno, suave y protector. Su naturaleza sensual le hará sensible a tus perfumes, a la suavidad de tu piel y al brillo de tu pelo. Es posible que no te lo diga directamente, pero encontrará la forma de hacerte llegar el mensaje. En el Toro, el sentido del tacto es una cosa concreta. Ningún Tauro aguantará a una mujer gritona y masculina, que haga restallar el látigo como un domador. Si tenés opiniones bien definidas, no se las impongas ni te jactes de ellas en público. En privado, Tauro respeta a la mujer inteligente (aunque para él tiene más valor el simple sentido común). Tauro da una lealtad y una dedicación perdurables, con un corazón fiel; y todo eso significa seguridad afectiva. Si a eso se une la seguridad financiera y el espíritu romántico, no tenés nada más que pedir. Estamos de acuerdo en que es obstinado, pero también busca una estabilidad, para conseguirla hay que tener paciencia, y la paciencia es una virtud rara.
El Hombre de Géminis. Al hombre típico de Géminis le gusta la gente; cuanta más gente hay, mas contento está. Es raro el Geminiano que no sea el primero en generar una conversación. Tiene un gusto exquisito, es abundante en comentarios ingeniosos y sus halagos son obras maestras de cálida sinceridad. Con su habitual e impecable dominio de los modales y su instinto social, es quien mantiene una reunión, en más de un sentido. Si llegás a conocerlo en una reunión social donde él esté representando su fascinante acto de las personalidades múltiples, no tenés salvación: quedarás convencida de que es el hombre más atractivo, interesante e inteligente que hayas encontrado jamás. Seguramente en la primer cita las horas pasarán en un abrir y cerrar de ojos, mientras conversan, te reís de sus ingeniosos chistes y te derretís bajo su encanto cálido y alegre. Èl te dirá “te quiero” de cien maneras diferentes, como no podría hacerlo nadie más en el mundo. Al día siguiente te llamará por teléfono para cancelar la cita que tenían sin ningún motivo aparente… Y vos vas a empezar a imaginarte toda clase de cosas. ¿Hablaba en broma cuando dijo que me quería? ¿Estará saliendo con otra? ¿Tendrá algún problema? Una semana después, Géminis reaparece, ¡como si nada!
Si sobrevivís a esas primera experiencia, con Géminis el amor es fácil y divertido, siempre que no trates de aproximarte demasiado. Hay un núcleo íntimo que sólo le pertenece a él, que jamás compartirá con otro ser humano, ni siquiera con vos. No te rebeles contra su versatilidad; mantenete alerta, interesate tanto por la vida como él. De otra manera, tu amor podría no ser más que una de esas cosas por las que pierde rápidamente el interés. El hombre de géminis busca, por encima de todo, una mujer mental que esté a la altura de su ingenio, y que incluso pueda superarle de vez en cuando, porque no es egoísta. Es muy realista y disfruta de los desafíos mentales.
El Hombre de Cáncer. El hombre Cáncer puede ser alocado y voluble, pero también es capaz de lealtad y sensibilidad. Sin previo aviso, ese ceño fruncido puede ceder el paso a una sonrisa. Sus ásperas quejas y sus modos gruñones van suavizándose lentamente hasta convertirse en un tono de ternura, un segundo antes de que le sacuda una risa profunda, o se sofoque en el intento de ahogarla. Cuando esté triste y pensativo te sentirás impulsada a abrazarlo para calmar su melancolía. Cuando exhiba su agudeza intuitiva, te quedarás mirándolo con admiración. Su cautela te impresionará y te deprimirá su pesimismo.
¿Qué hacer con un hombre así? ¡Solo tratar de entenderlo! No es que tenga una personalidad cambiante, son simplemente caprichos que atraviesan su conciencia, que hoy están y mañana han desaparecido. Tanto entre esos cambios anímicos como durante el tiempo que cada uno de ellos dura. Tratá siempre de recordar que aunque sus modales puedan ser rudos y distantes su corazón siempre es tierno y afectuoso, y tan desbordante de sentimiento, que es la causa de que a veces se sienta vulnerable. Entonces se retira dentro de su caparazón, para protegerse por un tiempo de sus propias emociones. Pensarás que es un verdadero cangrejo, y estarás pronta a abandonar cuando se refugie en un silencio ofendido.
Si te has enamorado del típico hombre Cáncer, vas a tener que hacerte amiga de la madre y ser su rival al mismo tiempo que la cubrís de atenciones. No es fácil cultivar una amistad a la vez que se compite, pero es la estrategia que tendrás que usar. Jamás dejes que ella tome la delantera como cocinera y ama de casa. Asegurate malcriarlo por lo menos tanto como lo malcría ella, que seguramente es bastante. Es probable que él haya crecido acostumbrado a ser la luz sus ojos. Por eso, siempre tenelo en cuenta, preparale una rica comida, atendelo y no te separes de él cuando esté enfermo. Aunque ellos jamás lo admitirán, a los hombres de Cáncer les encanta que lasmujeres los cuiden y los mimen.
El Hombre de Leo. Para el hombre de Leo es cuestión de adoración o muerte, y podés tomarlo bastante al pie de la letra. Los hombres de este signo rara vez ahorran gastos en el proceso de seducción: te llevará a los mejores restaurantes, te llenará de flores y perfumes, orgullosamente escoltada por él irás al teatro. A decir verdad: para resistirte, tendrías que tener el corazón de piedra. Es posible que a esta altura estés pensando que te sacaste la lotería.
Pero, ¡pensalo bien! Un romance con un leonino no está del todo libre de complicaciones. Leo te invitará a su palacio y te dará calor junto al hogar de su gran corazón, pero la guarida del León puede convertirse en una prisión, confortable y lujosa. ¿Es celoso? La respuesta es ¡SI!, y ya podés ir haciendo un gran letrero de neón para no olvidarlo. Vos le perteneces, en cuerpo, alma y mente. Él te dirá qué tenés que ponerte, de qué lado tenés hacerte la raya del pelo, qué libros leer, qué amigos son los que más te convienen y cuál es la mejor forma de organizar tu día. El, a cambio, será tan tierno y de buen corazón como el rey Arturo, siempre que dejes que toda la familia gire en torno de él. Si cuenta con el respeto que él exige, Leo te retribuirá con una generosidad sin límites. Es posible que te repita una y otra vez lo linda que sos y que te haga regalos dignos de una reina.
Preparate también para equilibrar su histriónico entusiasmo con la calma del razonamiento, y para calmarlo cuando agrande los problemas hasta llevarlos a dimensiones épicas. Leo necesita de tu estabilidad como contrapeso para su orgullo irracional y, si vos no la tenés, este amor puede convertirse en una batalla sin pausa.
Si pensás en una relación duradera -y si no tenés inconveniente en postergar tu ego y en construir tu vida en torno a la de él- una vez que lo hayas domado contarás con la adoración de un hombre realmente contenedor y jamás volverás a sentirte sola.
El Hombre de Virgo. Es un hombre que vive casi por completo en un nivel material y práctico y que no ve mucho sentido en las abstracciones. Tendrás que hacer un gran esfuerzo para llevarlo hasta algún lugar que se aproxime al umbral de una relación. No es de los que irán a cantar serenatas bajo tu ventana; tendrás una larga y solitaria espera en tu balcón iluminado por la luna hasta que él se decida a trepar por la enredadera. A la hora del amor, Virgo busca calidad, no cantidad. Y como la calidad es su prioridad, tienen muy pocas situaciones amorosas auténticas, y las pocas que tienen están, con frecuencia, teñidas de sacrificio o alguna forma en la que sienta que es útil para la otra persona. La reacción de Virgo ante una decepción es, normalmente, sumergirse en el trabajo más difícil que encuentre. Ya ves que tendrás que valerte de una estrategia y una paciencia considerables. El instinto básico de Virgo es la castidad, y de el sólo se aparta por una buena causa o por una auténtica mujer. El hombre de Virgo es invariablemente bondadoso y considerado con todas las pequeñas cosas que tanta importancia tienen para las mujeres. Tiene una memoria clara como un cristal y probablemente no se olvidará de las fechas especiales, aunque tal vez no entienda del todo por qué para vos son tan importantes. Si pusiste tu corazón en un hombre Virgo, será mejor que te esfuerces por mantenerte ágil mentalmente, le enferman la ignorancia, la estupidez y el pensamiento mediocre, casi tanto como la suciedad y lo vulgar. Más vale que la chica que haya atrapado un corazón de Virgo se vista con elegancia y tenga un cerebro bien perceptible bajo su prolijo peinado. Le gustan las mujeres limpias de cuerpo y alma; que se vistan bien, pero que no vivan pendientes de la moda. Hacete a la idea de que él te criticará, y no le des importancia: Virgo no puede dejar de buscarle la quinta pata al gato. Una vez que hayas dejado de resentirte por eso, podrás relajarte y disfrutar realmente de tu leal e inteligente compañero. No es un ángel, no verás que le broten alas en los hombros. Pero muchas mujeres se sentirán envidiosas de vos.
El Hombre de Libra. Para el hombre de Libra, tomar una decisión no es tarea fácil, casi tanto como domar un jabalí salvaje. Y una vez que la toma, si sospecha que cometió un error, puede cambiarla sin previo aviso. La palabra amor y la palabra Libra son prácticamente sinónimos. Libra inventó el romance y lo refinó hasta convertirlo en un arte. El hombre de Libra aborrece la confusión y realmente necesita armonía para mantener su estabilidad. Su hogar debe ser un bello oasis tranquilo que lo aísle de la ruidosa discordia del mundo exterior, para que su balanza esté permanentemente desequilibrada. Como él rara vez indaga en los motivos, vos vas a tener que ser lo bastante despierta como para adivinar por qué nunca está en casa, o por qué -cuando está- se pasa todo el tiempo durmiendo. Recordá que la introspección no es su fuerte, de modo que el analista tenés que ser vos. Jamás sospechará que su desdicha tiene su origen en el hecho de verte con la cara llena de cremas o a los chicos encastrados con dulce de leche. Si estás enamorada de un Libra, y segura de que las cosas tienen que ser así, adelante: andá y proponele todo lo que quieras proponerle, incluso el matrimonio. Se sentirá aliviado de que vos tomes la iniciativa. Pero tené cuidado con esa veta de perversidad que lo lleva a dejarte decidir a vos y después, cuando las cosas no marchan bien, señalarte alegremente: “vos tomaste la decisión, no yo”. Si no estás segura de que sabés lo que hacés, la discusión no terminará nunca. No hay más que una manera de empezar con él. Decile: “sí, yo lo decidí, porque si dejaba que lo hicieras vos, todavía estaríamos ahí parados en la esquina bajo la lluvia, diciéndonos "te amo", y los dos muriéndonos de neumonía”. Te lo discutirá, naturalmente, pero un momento antes –o después– de que le partas la sartén en la cabeza, te sonreirá, con aire despreocupado... Y ahí estarás de nuevo bajo el farol, en la lluvia, diciéndole “Te amo” una vez más. El romance renacerá, lo que en definitiva es lo que te motiva a estar con un hombre de Libra.
El Hombre de Escorpio. Si te enamoraste de un hombre de Escorpio, y la palabra pasión te da miedo, ponete unas zapatillas cómodas y escapá como si te persiguiera un dragón, porque Escorpio lo es.
El hombre de Escorpio te dejará perpleja con sus dos rasgos característicos: la pasión y la razón. Tiene dominio sobre ambos ya que su signo está igualmente regido por el intelecto y las emociones. Escorpio es algo más que inteligente, y si es un espécimen muy evolucionado, tiene también una profunda veta filosófica que le lleva a indagar en los misterios de la existencia y a acercarse mucho a las respuestas. Normalmente, se rodeará de lujos y tenderá a los excesos: en la comida, las drogas, la bebida y, sí, también en el amor. Con toda seguridad ya que su confianza lo lleva a eso: jamás un romance lo asustará, lo intrigará o lo tomará desprevenido. Tal vez necesites un tiempo para adaptarte a su personalidad, pero en última instancia, te hace más fuerte. Si sos demasiado sensible, siempre estarás llena de “moretones”. Jamás le pidas su opinión sobre un vestido o un peinado nuevo, a menos que estés preparada para escuchar un comentario ácido. Pero por lo menos sabrás que cuando te haga un comentario positivo es sincero, no el fruto de un falso y aburrido intento de halagarte. No te servirá de mucho intentar resistirte a este hombre una vez que la llama se haya encendido y él tenga decidido que seas suya; te hipnotizará a pesar de tu determinación para impedirlo. El magnetismo de los hombres de Escorpio es casi infalible. Cuando se enamora, puede ser el tipo de hombre que entiende profundamente a su mujer y se mostrará tierno, benévolo y considerado y recompensará su lealtad con esa forma de amor que la mayoría de las mujeres sólo conocen porque la han leído en los libros y que viven añorando.
El Hombre de Sagitario. El hombre de Sagitario vive su vida romántica en un nivel superficial, pero lo plantea con sinceridad. Tiende a buscar relaciones frívolas, que a veces lo son en tal medida, que hasta se convierten en promiscuas. No es raro que las mujeres interpreten mal la actitud de Sagitario y piensen que la relación es más seria de lo que en realidad es; eso mismo produce a veces la impresión de que lo que él busca es una relación turbia, cuando en realidad solo quiere conseguir una amistad superficial, no física, o simplemente una mujer que sea buena compañera. Parece que en ambos sentidos él pierde. Pero como tiene suerte, de la mayoría de sus líos sale bien parado. No seas celosa, no seas desconfiada. Dale mucha, mucha soga si querés terminar por colgarlo. No le hagas preguntas, ni llores, ni lo acoses, ni lo amenaces con dejarlo... Ahogalo con la libertad, imaginate lo grato que puede ser eso para él. Si te tomás la vida con el mismo ánimo con que se la toma él, y a la gente tal como es, reunís los requisitos básicos para ser la mujer/esposa que él necesita. El Sagitariano piensa con el corazón (no solo con la cabeza) y no siempre será prudente; a veces demostrará un valor temerario. Es posible que sea un poco derrochón, y que de vez en cuando le atraiga algún juego de azar, pero el mismo impulso le hará ser generoso cuando se trata de darte dinero para gastos. Tropezará, se caerá, volverá a levantarse y a intentarlo de nuevo. Pero vos le vas a perdonar casi cualquier cosa, porque dará a tu corazón la satisfacción de un don muy grande: un amor sincero.
El Hombre de Capricornio. El hombre de Capricornio hace como si pudiera vivir sin halagos, y la forma en que reacciona cuando se le dice un halago es una prueba bastante convincente. ¿Alguna vez le dijiste algo agradable a tu Capricorniano y te decepcionaste al ver su cara inexpresiva? No te apresures. El hecho de que la especialidad de él sea el autoengaño no significa que vos también tengas que dejarte engañar. En realidad, necesita desesperadamente que le digan que es bueno, inteligente, buen mozo, deseable e interesante. Por eso, es posible que sea un poquito torpe y no sepa qué hacer cuando alguien le expresa abiertamente que lo admira, de modo que disimula su incomodidad haciendo algún chiste retorcido o ignorando el cumplido. Como Capricornio casi siempre se pone un poco nervioso en presencia del sexo opuesto, por ahí habrá alguno que insinúe torpemente situaciones ambivalentes, intente alguna indirecta o se muestre áspero, duro e insensible. No es más que su manera de demostrar seguridad, una manera típica de disimular su timidez y curiosidad ante las pasiones. En la mayoría de los casos, el matrimonio de Capricornio es sólido, pero si él se da cuenta de que se ha equivocado se irá sin pérdida de tiempo, sin darle una segunda oportunidad a su mujer. Capricornio detesta el divorcio, de manera que esta actitud no es muy frecuente, pero cuando sucede, es definitiva. Es un hombre recio, pero de corazón tierno. Después de haber cortado la leña para el hogar, se sentará con vos junto a él, teniéndote tiernamente de la mano. Y por más canas, kilos de más o arrugas que te vaya sumando el correr del tiempo, para él serás siempre aquella muchacha que consiguió hacerle decir: “te amo”. Y si te detenés a pensarlo, ¿qué necesidad hay de que te lo repita una y otra vez? Cuando dura tanto tiempo, con una vez basta.
El Hombre de Acuario. A un hombre de Acuario no le gusta revelar sus auténticos sentimientos, aunque su pasatiempo favorito sea adentrarse en los sentimientos de otros. Sus propias reacciones y motivos son complejos, y él tratará de que lo sigan siendo, por el solo placer de embaucarte a vos. Sus intereses están dispersos por todas partes y por eso su amor para con la gente es tan impersonal: él asigna un valor a cada una de las personas que conoce, en tanto que el resto de nosotros reserva ese esfuerzo únicamente para la gente que representa algo muy especial en su vida. La mujer que quiera terminar atrapándolo tiene que empezar por seducirlo; cuando una mujer lo ignore, o no haga caso de su opinión, se le abrirán un poco más los ojos y pondrá una expresión alerta. Los hombres de Acuario pueden exhibir una gentileza y docilidad conmovedoras, pero será mejor que te ates en el dedo una cinta de color rojo flúo, para no olvidar que esa superficie serena es un espejismo. Él está tan lleno de sorpresas interesantes que no tendrás necesidad de novelas de la tarde, revistas para mujeres y charlas con amigas para mantener en actividad tu mente y tus emociones. De hecho, tal vez no te quede lugar para más actividad que él. Siempre podés ponerte al día con los chimentos femeninos cuando él se sumerja en algún nuevo proyecto y se olvide un poco de lo que vos estás haciendo. Pero no dejes de estar presente cuando le duela un dedo, porque Acuario puede ser un auténtico “dolor de…” cuando se siente abandonado.
El Hombre de Piscis. El hombre Piscis no es débil; no todos ellos son inactivos soñadores. Pero… Son muchos los Piscianos que no pueden enterrar sus viejos sueños para descubrir ideas nuevas que los lleven al éxito. Sin embargo, viven muy satisfechos ya que lo único que necesitan es ese sueño, por más que ya estén grandes para convertirse en esa estrella de rock que alimentó sus sueños de adolescencia. Con este tipo de hombre no hay más que una forma de salir adelante: tu herencia debe ser importante. Aunque también hay otra: tener dos trabajos, uno para vos y otro para él, y que vos trabajes en los dos como una enajenada. Y con esto no digo que no vayas a ser feliz en los momentos románticos. Romanticismo es, precisamente, lo que jamás le faltará a ningún Piscis que haya nacido en este mundo. Es casi el aire que respira. Lo que pasa es que no sirve para sustituir 1 kilo de milanesas, ni los pañales del bebé, ni tu salud mental. El hombre de Piscis suele necesitar largos períodos de descanso. Su alma debe estar sola, a veces, para que pueda dejarse inundar por aguas vivificadoras que curen las heridas de todos esos problemas que carga a través de los demás. En el corazón del hombre de Piscis la esperanza fluye eternamente. No la frustres, si la cultivás con ternura puede inundarte de amor a manos llenas.
Cómo somos las mujeres, según el signo
Aries, signo cardinal de Fuego. Son mujeres activas, pasionales, emprendedoras e independientes, muy trabajadoras y con gran capacidad de gestión. Son valientes, les gusta luchar por los derechos de otros. Son combativas entusiastas, incansables y apasionados por su trabajo, pero les falta paciencia. Pueden sorprenderte con su inocencia, capacidad de asombro, coraje, iniciativa, aunque a veces puedan seguir sus impulsos sin medir las consecuencias. Viajar en busca de aventuras es una de sus aficiones; los debates, otra.
Tauro, signo fijo de Tierra. Trabajadora, paciente y ambiciosa, valora la seguridad y tranquilidad. Sensual, gusta disfrutar los placeres de la vida. Benevolente y de buen corazón, es capaz de perdonar a los demás con facilidad. Muy obstinada y terca, es difícil hacer que cambie de opinión.
Géminis, signo mutable de Aire. Activa, comunicativa, versátil. Curiosa por naturaleza, son muy sociables y tienen un carácter amistoso. Siempre ávida de novedades, esta mujer es dueña de una mente creativa e ingeniosa. Es muy inquieta e inestable, le gusta cambiar muy frecuentemente de escenario y es afecta a los viajes.
Cáncer, signo cardinal de Agua. Sensible, imaginativa, compasiva, tranquila, contenedora, la nativa de Cáncer conoce el verdadero valor de la amistad, se conecta y se adapta fácilmente a los demás ya que antepone el sentimiento al interés. Debido a estas cualidades, estas mujeres son muy populares entre sus amigos. Aunque viva más para adentro que para afuera, sumergida en su universo de imaginación, para ella las relaciones son supremamente importantes. Responsable, obediente, tiene claros sus objetivos y persevera en su búsqueda.
Leo, signo fijo de Fuego. Entusiasta, generosa, creativa, histriónica, organizativa, la mujer de Leo tiene habilidades excepcionales de liderazgo. Su tendencia es trabajar en forma disciplinada y sistemática. De vez en cuando desea reconocimiento por sus méritos. Sin inspiración, su nivel de confianza en sí misma es bajo. Su atención no se desvía de sus metas y toma las medidas necesarias después de un análisis a fondo. Está siempre muy preocupada por su prestigio. Eso sí, debe tratar de controlar sus enojos.
Virgo, signo mutable de Tierra. Práctica, reservada, flexible por naturaleza. Sabia y sobria, la mujer de Virgo trata siempre de mantenerse feliz. Tiene la capacidad de realizar tareas intelectuales, puede ser multilingüe y tener conocimiento sobre diversos temas. Prudente, perspicaz, muy popular entre sus amigos, es muy crítica. Preocupada por la salud e higiene, cuida mucho su alimentación.
Libra, signo cardinal de Aire. Encantadora, diplomática, humanista, de trato delicado y fino, la mujer de Libra es reflexiva e indecisa. Muy respetuosa de las leyes sociales, gusta de comprometerse y trabajar por los derechos del otro. Inteligente y de buen juicio, aborrece los enfrentamientos y procura mediar entre contendientes para suavizar diferencias. Muy populares entre personas del otro sexo, se destacan en las reuniones sociales por su buen gusto y simpatía.
Escorpio, signo fijo de Agua. Trabajadora y competente, debido a su carácter liberal le molesta que otros interfieran en sus rutinas. Apasionada, con gran fuerza interior, vive todo muy intensamente. La mujer de Escorpio tiene mucho coraje, es muy persistente, y puede soportar con estoicismo las pruebas más duras. La escorpiana se caracteriza por una gran capacidad de recuperación. Intuitiva, con gran fuerza emocional, es reservada e impone respeto a los demás. Desconfiada por naturaleza, cuesta ganarse su confianza. Tiende a ver las cosas en forma realista y profunda.
Sagitario, signo mutable de Fuego. Independiente, activa, pasional, sentimental, fogosa, franca y espontánea, la mujer sagitario es una compañera optimista y amante de la libertad. De espíritu aventurero, le encantan los viajes y filosofar hasta altas horas de la madrugada. Buscadora incansable, audaz, entusiasta, falta de tacto, es autoritaria y déspota, cree que siempre tiene razón aunque sea capaz de ceder. La sagitariana es torpe y “mete-pata” y no tiene filtros al hablar: puede decirte las peores cosas con total frescura, tal vez ni siquiera haya reparado en la fuerza de sus palabras.
Capricornio, signo cardinal de Tierra. Seria, responsable, trabajadora, introvertida, reflexiva y realista, la mujer de este signo tiene que comprobarlo todo por sí misma. Es racional, analítica, concreta, no improvisa nunca y es muy planificadora. Exigente consigo mismo y con los demás, es introvertida, autoritaria, no adaptable ni flexible.
Acuario, signo fijo de Aire. Inteligente, comunicativa y visionaria. La mujer de Acuario es inventiva, nerviosa, eléctrica, siempre está en movimiento. Gusta de hacer ensayos con temas desconocidos y atípicos. Progresista, revolucionaria, si sus energías no están bien dirigidas puede ser autoritaria, dura y muy tozuda. Excéntrica en sus gustos, su búsqueda de lo distinto puede llevarla al esnobismo.
Piscis, signo mutable de Agua. Soñadora y compasiva, es común que la mujer de Piscis se refugie en su mundo de fantasía cuando la realidad es muy dura para enfrentarla. Su aguda sensibilidad le permite conectarse y captar las emociones ajenas. Es influenciable, tolerante y adaptable. Caritativa, laboriosa, trabaja con gran dedicación y presta servicios para paliar el sufrimiento ajeno. Emotiva, compasiva, piadosa y vulnerable, todo la afecta. Es fatalista y dada a seguir presentimientos.
Por Patricia Kesselman, astróloga.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Rubén Darío
Lo fatal
"No hay dolor más grande que el dolor de ser vivo."
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
¡Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
Julio Cortázar
Instrucciones de como volar
Para volar lo que hay que hacer es:
Dar un pequeño salto, el salto debe de ser hacia arriba ya que si se salta hacia abajo puedes darte un buen golpe. Lo de saltar arriba es lógico pero ¿Cuando saltamos que debemos hacer? Pues lo que hay que hacer es muy sencillo consiste en empezar a mover los brazos circularmente en sentidos opuestos. Con ese movimiento lo que conseguimos es crear una corriente ascendente que con nuestro impulso que habíamos hecho hacia arriba empezaremos a volar. La pregunta es, ¿Si es tan fácil volar por que la gente no va volando a donde quiera? La conclusión es que la gente no va volando por que dieron el primer paso mal.
"Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso. No hay poeta, por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados. La belleza no es privilegio de unos cuantos nombres ilustres...
Pedro Calderón de la Barca
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece,
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas cadenas cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión;
una sombra, una ficción
y el mayor bien es pequeño.
¡Que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son!
Alejandro Jodorowsky
La vida seria imposible si nos recordáramos de todo.
La sabiduría consiste en saber bien elegir lo que vamos a olvidar.
martes, 6 de agosto de 2013
¿QUÉ ES LA LECTURA DE AURA?
La lectura del Aura es un trabajo hecho en meditación en el cual percibimos, a travès de imágenes simbólicas, colores y percepciones, lo que ocurre en los diversos planos energéticos de la persona, en su Aura.
El Aura es el campo energético individual que guarda toda la información de cada Ser. Así, que cuando leemos el Aura de una persona, estamos leyendo su estado interior, sus emociones, pensamientos y acciones.
Percibimos los registros del pasado y las tendencias del futuro que ayudan a determinar el presente.
Traemos al consciente lo que está en el inconsciente facilitando la comprensión y desbloqueo de problemas, comportamientos patrón y eventualmente hasta enfermedades y adicciones.
El Aura es el campo energético individual que guarda toda la información de cada Ser. Así, que cuando leemos el Aura de una persona, estamos leyendo su estado interior, sus emociones, pensamientos y acciones.
Percibimos los registros del pasado y las tendencias del futuro que ayudan a determinar el presente.
Traemos al consciente lo que está en el inconsciente facilitando la comprensión y desbloqueo de problemas, comportamientos patrón y eventualmente hasta enfermedades y adicciones.
Los días martes, en metafísica, se corresponden con la Llama Rosa del Amor Divino. Y en astrología, con el planeta Rojo, Marte. Venus y Marte, Eros y Psique, Yin y Yang, Lo femenino y Masculino, reunidos los días Martes desde distintas ramas del conocimiento.
"Oh, Gran Poderosa Llama dentro de mi corazón, te envío mi continuo amor y adoración. Envío mi amor a la vida en todas partes. Bendigo toda la vida que yo contacte en este día, en pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.
¡No critico, ni condeno, ni juzgo en este día!
Me abstengo de permitir que mediante mi palabra o sentimiento,
salga de mí ninguna expresión de vida sin ir con ella la presencia del Amor.
Le pedimos apertura al amor al Arcángel Chamuel
¡Buen Martes!
lunes, 5 de agosto de 2013
Mario Benedetti- Arco iris
A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea
sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo
sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente
y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía
llorar
sólo llorar
entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris
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