viernes, 3 de enero de 2020


No te deseo un año maravilloso donde todo sea bueno. Ése es un pensamiento mágico, infantil, utópico.  Te deseo que te animes a mirarte, y que te ames como eres.  Que tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas, y la humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar por las que no vale la pena luchar.  Te deseo que puedas aceptar que hay realidades que son inmodificables, y que hay otras, que si corres del lugar de la queja, podrás cambiar.  Que no te permitas los "no puedo" y que reconozcas los "no quiero".
Te deseo que escuches tu verdad, y que la digas, con plena conciencia de que es solo tu verdad, no la del otro.
Que te expongas a lo que temes, porque es la única manera de vencer el miedo.
Que aprendas a tolerar las "manchas negras" del otro, porque también tienes las tuyas, y eso anula la posibilidad de reclamo.
Que no te condenes por equivocarte; no eres todopoderos@  Que crezcas, hasta donde y cuando quieras.
No te deseo que el 2020 te traiga felicidad.
Te deseo que logres ser feliz, sea cual sea la realidad que te toque vivir"
Que la felicidad sea el camino, no la meta.

Bienvenido 2020 💜

















Cuando dejas de sentir carencias, todas las cosas vuelven a tí.
Cuando cesas de pelearte con el mundo, todos se acercan para hablarte de amor.
Cuando aceptas, transformas.
Cuando te atreves a intentar lo nuevo, desaparecen los condicionamientos y el mundo te sorprende.
Cuando te vuelves blando como el agua, penetras todos los poros de la tierra.
Cuando comienzas a mirarte, desaparece el mundo.
Cuando dejas ir lo que no es para tí, ese vacío atrae lo que realmente te pertenece.
Cuando te pierdes, te encuentras.
Cuando renuncias a la guerra, ganas la batalla.
Cuando aquietas tu mente, todo un universo se pone a tus pies.
Cuando no te apresuras, todo se acerca hacia tí.
Cuando dejas de querer controlar, el mundo se acomoda a sí mismo.
Cuando eliges no reaccionar, cambia el resultado.
Cuando aceptas los cambios y la incertidumbre, dejas de sufrir.
Cuando te vuelves humilde, el mundo te pertenece.
Cuando te encuentras a tí mismo, cesa la búsqueda.
Cuando abrazas tu dolor, lo conviertes en amigo.
Cuando te vuelves consciente, aparece tu divina presencia.
Cuando te decides, esa determinación encuentra a quién eres, y te susurra lo que quieres.

Atte: LA CONCIENCIA