sábado, 19 de diciembre de 2015








Quemar Karma


Hay tres fuentes de karma: personal, ancestral y colectivo. Los karmas personales resultan de los actos que hicieron o no hicieron en vidas pasadas. El karma ancestral se transmite a través de sus linajes de sangre. Los karmas colectivos son los desafíos que las nuevas generaciones de personas deben enfrentar para que se produzca la evolución.

En cada caso, el karma proporciona un ancla para que puedan arraigarse más profundamente en la naturaleza de su existencia, y un trampolín para que surja su destino óptimo en la tierra. El karma le da a su vida un tema de fondo. Les da consistencia entre lo que eran y lo que van a ser.

El karma no es más bueno o malo que lo es la física, es la ley fundamental de la existencia. Hechos que obraron o no obraron en su vida pasada, siguen vibrando en esta vida, ofreciéndoles fuertes hilos de un tapiz cósmico que apretar. Las luchas que sus ancestros enfrentaron burbujean en sus linajes. Los hilos kármicos necesarios para que se produzca la evolución cuelgan en la conciencia colectiva. Cuando Saturno pasa por Escorpio, cada una de estas tres ramas del karma se enciende, animándolos a agarrar los hilos sueltos y mezclarlos en un patrón más claro y apretado que los libere de la esclavitud a las fuerzas inconscientes.

El propósito del patrón kármico es seguir llevándolos de vuelta a las fuerzas raíces que deben transformar para catapultar su despertar. Los patrones kármicos se repiten de vida en vida y dentro del transcurso de una sola vida para llamar su atención. El momento de despertar en medio del patrón kármico produce una revelación. Como en una historia de misterio, las pistas estuvieron allí todo el tiempo, pero se requería excavar un poco más antes de poder ponerlas juntas en la revelación.

Hasta que obtienen esta revelación, a menudo no pueden reconocer que ustedes mismos crean la mayoría de sus propios patrones de toda la vida. Eventos y relaciones que parecían al azar, sin sentido o disfuncionales, ahora adquieren un consistente tema subyacente.

Cuando comprenden sus principales temas kármicos subyacentes, la misma presión que solía atarlos a la madera crujiente de una catapulta gigante, los lanza hacia la libertad. Las mismas fuerzas que los tenían atados, tiran de su alma hacia atrás como una flecha que espera que la suelten. La gran paradoja del karma es que es una forma muy poco-libre para liberarse. ¡Los mismos patrones disfuncionales que más los atrapan son su única oportunidad de libertad! Éste es el principio fundamental en juego en el karma – que cuando despiertan a sus patrones más imposibles, también están despertando a las raíces de su mayor felicidad y bienestar.

La libertad profunda resulta cuando no sólo crean un cambio en sus circunstancias externas, sino que aún más agudamente, sueltan las raíces de la disfunción que re-crearon una y otra vez hasta que despertaron.

Las personas que heredan los karmas más difíciles tienen la mayor capacidad de despertar. Las personas con menos karma tienen menos motivación para despertar. Ya sea que tengan mucho o poco, durante estas próximas dos décadas decisivas de la evolución humana, a todos se nos está empujando por el exprimidor kármico para tener claridad en cuanto a quiénes somos y qué estamos haciendo, tanto a nivel local como global. Éste es el mecanismo subyacente de lo que está haciendo la vida tan intensa en estos días – el karma humano se está acelerando para ofrecernos nuestra mayor oportunidad para despertar.

Durante los próximos tres años, mientras el gigante Saturno pase por el riguroso Escorpio, las lecciones kármicas se van a intensificar. Lo bueno será mejor, y lo malo, peor. Esto ya ha comenzado, pero se va a intensificar más.

Mientras el Señor del Karma va surcando la oscura guarida del escorpión, cada persona que despierta del trance de Normalidad se suma a la fuerza de un buldócer kármico colectivo, abriendo surcos en la oscura capa subyacente de la conciencia colectiva. Nuestro mundo, que ha estado tan descaminado durante tanto tiempo, se ilumina con un resplandor subterráneo. Todo lo que aún no esté bien con la sociedad moderna y todo lo que no sea acorde en sus propias vidas, va a regresar y regresar y regresar hasta que despierten a su papel en el gran drama de nuestros tiempos.

A todos aquellos cerca de los treinta y sesenta años los está empujando al servicio el Mando Galáctico, porque tenemos el poder escorpiónico para socavar este sistema falso que se ha apoderado de la conciencia humana como un tumor adictivo.

Con esta avalancha de karma viene nuestra mayor oportunidad para despertar. Es un truismo astrológico poco conocido que el signo más amoroso del zodiaco no es Cáncer ni Libra ni Tauro, sino Escorpio. Cuando Escorpio transmuta karma con el ardiente amor interior, gana el más poderoso tipo de amor que nunca puede volver a ser transgredido. A medida que todos nosotros aprendemos a convertir las pesadillas kármicas de nuestro tiempo en gracia, el alma del mundo se ilumina.

Aquí y ahora, en los tiempos finales de una civilización agonizante que se sacude, suspendida al borde de la destrucción, le damos un vuelco a la disfunción sólo para encontrar que estamos más cerca que nunca de la transformación.

Es verdad, no se puede confiar en nuestros líderes mundiales. Es verdad que la civilización occidental se está muriendo. La gente a cargo de nuestra política, educación y medios de comunicación deben despertar o quitarse de en medio. La normalidad se ha convertido en un trance adictivo y debe ser reemplazada por una fuerza emergente de conciencia radiante que vive dentro de cada uno de nosotros.

Si permiten que este aluvión kármico de Saturno en Escorpio los despoje de sus propias formas de pensamiento obsoletas y patrones disfuncionales durante los próximos tres años, van a darle un vuelco al mundo con el poder de Escorpio, y una nueva civilización se levantará de las cenizas de lo viejo.

¿Quién eres realmente? ¿Qué viniste a hacer aquí?
¿Cuánto tiempo más vas a esperar?

¡Adelante!

Fuente: Soy espiritual 


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Carta de drenaje para soltar emociones


Liberate de las cosas que ya no necesitas.
En determinados momentos de nuestra vida, nos callamos emociones y sentimientos hacia algo o hacia alguien por miedo a enfrentamientos, al rechazo, al abandono, a la soledad, a perder prestigio, al que dirán, etc… sin darnos cuenta que estamos alimentando nuestra sombra (ego = yo artificial), y ésta se manifestará en el momento menos oportuno.

Este sencillo ejercicio nos ayudará a soltar todas esas emociones en el momento que estemos con la “sangre llegando al río”, como coloquialmente decimos cuando estamos a punto de sufrir un colapso nervioso. Esta carta puede ser dirigida a cualquier persona, vivos o muertos, y también puedes escribítela a ti mismo, es una manera rápida de soltar emociones.

Escribe a mano, sobre papel , tiene que ser de puño y letra, diciéndole a esa persona con la que te encuentras en conflicto, todo lo negativo, pero también lo positivo, no te preocupes si dices algún insulto, pues debes escribir todo lo que sientes, todo lo que te está quemando por dentro. Estas cartas pueden ayudarte mucho para liberarte de emociones y sentimientos que te condicionaban, que no te dejaban avanzar en tu camino.

Testimonio de Lola Hernández: Estuve 11 años odiando a alguien que fue muy importante en mi vida. Me sentía pisoteada, abandonada, humillada, ignorada, era mucho el odio que me invadía. En aquel tiempo aún no había “despertado”. ¡Cuánta amargura y sufrimiento me habría evitado!, pero hoy sé que todo sucede por alguna razón y en el momento preciso. No son errores, son lecciones de vida que repetimos una y otra vez hasta que las aprendemos y las superamos.

Escribí esta carta “a esa persona”, y desde la primera carta noté que solté peso y me sentí más ligera. Fueron 3 cartas las que escribí, una cada 3 días, y se obró el milagro. Un día nos citamos para hablar de temas pendientes, ajenos a nuestra conducta pasada, y me sorprendí dándole un abrazo desde el corazón. ¡La Magia Del Perdón!. Ahora tenemos una relación cordial.

Carta de Drenaje para soltar Emociones

La carta puede ser para familiares, pareja, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, enemigos, desconocidos, vivos o muertos. También puedes escribirla sobre ti mismo, soltando tus emociones.

Escribe la carta a mano, de tu puño y letra, de corrido, no vuelvas para atrás, evita borronear, no sobrescribas. Escribe la carta tal como van saliendo los sentimientos de tu mente al papel, diciéndole a esa persona todo lo que sientes así sea positivo y/o negativo (sin miramientos, aunque se escape algún insulto), dile todo lo que te quema por dentro.

Dirigida a … (Nombre y apellido/s o dato identificativo)
Yo… (Tu nombre y Apellidos)
Contenido, aquí escribe todo lo que sientas sobre esa persona, no te guardes nada. (No repases la carta, da igual si repites varias veces, lo importante es que te quedes a gusto). Lo debes hacer sin interrupciones, y no te puedes levantar ni distraer hasta que termines, lo tienes que realizar enfocado y haciendo total conciencia, tienes que leerlo al mismo tiempo que lo escribes para que te estés escuchando.
Como despedida escribe: Te perdono, te amo, te libero, ahora y para siempre. (Nombre de la persona) me perdonas, me amas, me liberas, ahora y para siempre. “Y así es”
Gracias-gracias-gracias. Hecho está.
Cuando termines firmas la carta, la quemas y tiras las cenizas donde prefieras (Es una sugerencia, puedes hacerlo como te dicte el corazón).

Puedes repetir la carta tantas veces como quieras, en diferentes días, y siempre que sientas la necesidad de “soltar algo”, y así sucesivamente hasta que ya no te quede nada que decir al respecto. Si lo deseas, puedes elegir una fecha significativa para escribirla (cumpleaños, aniversario de boda y/o alguna fecha concreta que te resuene), es una sugerencia, puedes escribirla cuando sientas que es el momento adecuado.


7 Pasos para dominar el ego *Wayne Dyer



1. No te sientas ofendido.

La conducta de los demás no es razón para quedarte inmovilizado. Lo que te ofende solo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres. Es tu ego en plena acción, convenciéndote de que el mundo no debería ser como es. Pero puedes convertirte en degustador de la vida y corresponderte con el Espíritu Universal de la Creación. No puedes alcanzar la fuerza de la intención sintiéndote ofendido. Por supuesto, actúa para erradicar los horrores del mundo, que emanan de la identificación masiva con el ego, pero vive en paz. Como nos recuerda A Course in Miracles [Curso de milagros]: La paz es de Dios; quienes formáis parte de Dios no estáis a gusto salvo en su paz». Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.

2. Libérate de la necesidad de ganar.

Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Empeñarte en ganar es un método infalible para evitar el contacto consciente con la intención. ¿Por qué? Porque en última instancia, es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú, y siempre volverás a sentirte insignificante y despreciable. Tú no eres tus victorias. Puede que te guste la competición y que te diviertas en un mundo en el que ganar lo es todo, pero no tienes porqué estar allí con tus pensamientos.
No existen perdedores en un mundo en el que todos compartimos la misma fuente de energía. Lo más que puedes decir es que en determinado día rendiste a cierto nivel en comparación con el nivel de otras personas ese mismo día. Pero hoy es otro día, y hay que tener en cuenta otros competidores y otras circunstancias. Tú sigues siendo la presencia infinita en un cuerpo que es un día una década mayor. Olvídate de la necesidad de ganar no aceptando que lo opuesto de ganar es perder.
Ese es el miedo del ego. Si tu cuerpo no rinde para ganar ese día, sencillamente no importa, si no te identificas exclusivamente con tu ego. Adopta el papel de observador, mira y disfrútalo todo sin necesitar ganar un trofeo. Vive en paz, correspóndete con la energia de la intención e, irónicamente, aunque apenas lo notes, en tu vida surgirán más victorias a medida que dejes de ir tras ellas.

3. Libérate de la necesidad de tener razón.

El ego es fuente de conflictos y disensiones porque te empuja a hacer que los demás se equivoquen. Cuando eres hostil, te has desconectado de la fuerza de la intención. El Espíritu creativo es bondadoso, cariñoso y receptivo, y está libre de ira, resentimiento y amargura. Olvidarse de la necesidad de tener siempre razón en las discusiones y las relaciones es como decirle al ego: No soy tu esclavo. Quiero abrazar la bondad y rechazo tu necesidad de tener razón. Aún más; voy a ofrecerle a esta persona la posibilidad de que se sienta mejor diciéndole que tiene razón y darle las gracias por haberme encaminado hacia la verdad. Cuando te olvidas de la necesidad de tener razón puedes fortalecer la conexión con la fuerza de la intención, pero ten en cuenta que el ego es un combatiente muy resuelto. He visto personas dispuestas a morir antes que dejar de tener razón. He visto como acababan relaciones maravillosas por la necesidad de ciertas personas de llevar siempre la razón. Te propongo que te olvides de esta necesidad impulsada por el ego parándote en medio de una discusión para preguntarte: ¿Qué quiero, ser feliz o tener razón?
Cuando eliges el modo feliz, cariñoso y espiritual, se fortalece tu conexión con la intención. En última instancia, estos momentos expanden tu nueva conexión con la fuerza de la intención. La Fuente universal empezará a colaborar contigo en la creación de la vida que la intención quiere que lleves.

4. Libérate de la necesidad de ser superior.

La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento, con constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta. Todos emanamos de la misma fuerza vital. Todos tenemos la misión de cumplir la esencia para la que estamos destinados, y tenemos cuanto necesitamos para cumplir ese destino. Nada de esto es posible cuando te consideras superior a los demás. No por viejo es menos cierto este dicho: “Todos somos iguales ante los ojos de Dios”.
Olvídate de la necesidad de sentirte superior al ver a Dios revelándose en todos. No valores a los demás basándote en su aspecto, sus logros, posesiones y otros baremos impuestos por el ego. Cuando proyectas sentimientos de superioridad, eso es lo que te devuelven, y te lleva al resentimiento y en última instancia a sentimientos de hostilidad. Estos sentimientos se convierten en el vehículo que te aleja de la intención. A Course in Miracles habla de esa necesidad de ser especial y superior: El sentirse especial siempre establece comparaciones. Se produce por una carencia que se ve en el otro y que se mantiene buscando y no perdiendo de vista las carencias que puede percibir.

5. Libérate de la necesidad de tener más.

El mantra del ego es más. Por mucho que logres o adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente. Te verás luchando continuamente y eliminarás la posibilidad de alcanzar la meta, pero en realidad ya la has alcanzado, y es asunto tuyo decidir como utilizar el momento presente de tu vida. Irónicamente, cuando dejas de necesitar más, parece como si te llegara más de lo que deseas.
Como estás desapegado de esa necesidad, te resulta más fácil transmitírselo a los demás, porque te das cuenta de lo poco que necesitas para sentirte satisfecho y en paz. La Fuente universal está satisfecha de si misma, en continua expansión y creando nueva vida, sin intentar jamás aferrarse a sus creaciones por sus recursos egoístas. Crea y se desliga. Cuando te desligas de la necesidad del ego de tener más, te unificas con la Fuente. Creas, atraes lo que deseas hacia ti y te desligas, sin exigir que se te presente nada más. Si valoras todo lo que surge, aprendes la gran lección que nos dio San Francisco de Asis: … es dar cuando recibimos. Al permitir que la abundancia fluya hasta ti y a través de ti, estableces correspondencia con la Fuente y aseguras que esa energía siga fluyendo.

6. Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros.

Puede resultar un concepto difícil si piensas que tú y tus logros sois lo mismo. Dios escribe toda la música, Dios canta todas las canciones, Dios construye todos los edificios. Dios es la fuente de todos tus logros. Y ya oigo las protestas de tu ego, pero sigue sintonizado con esta idea. Todo emana de la Fuente. Tú y tu Fuente sois uno y lo mismo. No eres ese cuerpo y sus logros.
Eres el observador. Fijate en todo y agradece las capacidades que te han sido concedidas, la motivacion para lograr cosas y las cosas que has acumulado, pero atribúyele todo el mérito a la fuerza de la intención que te dio la existencia y de la que formas parte materializada. Cuanto menos necesites atribuirte el mérito de tus logros más conectado estarás con las siete caras de la intención, más libre seras de conseguir cosas, que te surgirán con más frecuencia. Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tú solo es cuando abandonas la paz y la gratitud de tu Fuente.

7. Libérate de tu fama.

La fama que tienes no está localizada en ti, sino en la mente de los demás y, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella. Si hablas con treinta personas, tendrás treinta famas distintas. Conectarse a la intención significa escuchar los dictados de tu corazón y actuar basándote en lo que tu voz interior te dice que es tu meta aquí. Si te preocupas demasiado por como te van a percibir los demás, te habrás desconectado de la intención y permitido que te guíen las opiniones de los demás. Asi funciona el ego. Es una ilusión que se alza entre ti y la Fuerza de la intención.
No hay nada que no puedas hacer, a menos que te desconectes de la fuerza y te convenzas de que tu meta consiste en demostrarles a los demás tu superioridad y autoridad y dediques tu energía a intentar ganar una fama extraordinaria entre el ego de los demás. Haz lo que haces según la orientación de tu voz interior, siempre conectada con tu Fuente y agradecida a ella. Mantén tu propósito, deslígate de los resultados y acepta la responsabilidad de lo que reside en ti: tu carácter. Deja que otros discutan sobre tu fama; no tiene nada que ver contigo.


viernes, 18 de diciembre de 2015

La noche eterna

La noche bochornosa de calor es tan efímera que hasta las estrellas parecen extinguirse, tu piel en la mía, resbalándose en el placer del suplicio, no tendremos palabras para nombrar los sentidos, el hielo del pasado colapsará por las lenguas de fuego del aire que respiro, te haré desnuda guardián de mi muerte aunque no estés conmigo, besaremos lo que hemos creído justo y amaneceremos como si un sueño nos hubiera proyectado la película de nuestras vidas, de la plaza Prim que cruzarás muy temprano por la fría mañana en camino a tu trabajo, de nuestros antiguos dolores y felicidades, de nuestros fracasos y momentos inolvidables, de todos modos freirás cebollas y ajo en el aceite hirviendo, yo te veré hacer travesuras de circo en la cocina, brindaremos con vino lo que no sentimos como fortuito, chocarán nuestras bocas con la sal de lo insondable, será una orgía de sabores, aromas y sentimientos, escucharemos a Sigur Ros y ninguno de los dos parecerá inquieto, porque la paz amenazará el ansia de dos continentes, de dos guerreros, de dos amantes que comienzan el largo camino del encuentro.

Juan Marin 

Yehuda Berg.

“Una de las formas más poderosas de remover energía negativa de nuestras vidas, es dejando ir los pensamientos negativos acerca de nosotros mismos.” 

Hermes Trimegisto.

“Como es adentro es afuera.” 





Hermann Hesse

"No es nuestra obligación fundirnos los unos en los otros, como tampoco lo hacen el sol y la luna o el mar y la tierra. Nuestro fin es reconocernos mutuamente y aprender a ver y a honrar en el otro lo que es: contraposición y complemento de uno mismo." 


“En la vida hay dos clases de música”, dijo el Maestro Ananda; “la dulce música que se percibe con los oídos y la divina música que se escucha tan sólo en el sagrado recinto del corazón. La primera, a través de las emociones más puras, nos lleva al cielo de las grandes manifestaciones estéticas de las supremas inspiraciones humanas. ¡Cuánto tejido mirífico! Se diría que cada nota es un ángel que detiene su vuelo en el camino misterioso de los pentagramas –para Occidente– y en nuestras sagradas letras –Sa, Ri, Ga, Ma, Pa, Dha, Ni– para nosotros, los hindúes. Componer música es como haber aprendido a rimar las voces de la vida, voces a las cuales se las pone a navegar como sirenas encantadas en los mares de los más dulces sentimientos. Hay músicas que cantan al amor, a la alegría, a la naturaleza, en fin, hasta a la desesperación y la tristeza”.
“Sin embargo, hijos míos –dijo dirigiéndose a sus discípulos– esa música es apenas pálido reflejo de la gran música del corazón. Mientras que la primera para construirse necesita del complejo mundo de compases, notas, intervalos, como les digo, necesita sobre todo, bordar sus estéticas en el cañamazo del tiempo, la música del corazón, necesita de otras contexturas para elevar sus melodías. Ya no están en ellas los Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, no están los Sa, Ri, Ga, Ma, Pa, Dha, Ni, no hay ritmo a respetar, ni ningún metrónomo para medir tiempo alguno. Las notas con las cuales el corazón compone sus músicas y hace de cada hombre un compositor “Celeste”, son las “notas” siguientes. La primera e imprescindible, se llama Amor a Dios; la segunda, Amor a las criaturas vivientes; la tercera, oración; la cuarta, compasión; la quinta, supremo Titiksha o fortaleza ante las vicisitudes de la vida manifiesta, siempre cambiante, nunca la misma, poblada de soles y de sombras que como arcilla, en manos del alfarero se transmutan continuamente en coloraturas grises o claridades brillantes. La sexta nota es la ecuanimidad de visión para con quienes nos aman y aquellos por quienes nos sentimos heridos. Y por último, hijos míos, la séptima retorna de nuevo a unirse dulcemente con la primera porque ésta se llama conciencia despierta. El despertar de esta conciencia nos dice en la hondura de nuestro ser “tú, y tu Padre, en razón de Su piedad Infinita son Uno y sólo a Él debes amar, y sólo en Él debes pensar y sólo a Él debes abrazar con todo tu Ser”. Llamaremos a ésta última y sacrosanta nota, Conciencia de Devoción a Dios, no simplemente respeto, o temor a Dios, sino Devota Conciencia de Su Infinita Grandeza. Es nota que cierra la Divina Sinfonía que hemos venido a aprender a cantar, a conquistar en esta vida. Sabed que mientras no lo hagamos, seremos criaturas–barcos, e iremos siempre desde las riberas del dolor a las otras riberas de la felicidad, como navegando una y otra vez, por los infinitos mares de Mâyâ”.
“Sólo cuando logramos escuchar, y componer, y crear esa divina música dentro del corazón, nos acercamos al Divino Puerto de la Inmaculada Felicidad y la Verdad Perfecta”.


  Del libro “Cuentos para el Alma”, de Ada D. Albrecht     




miércoles, 16 de diciembre de 2015

Fernando Pessoa

De todo, quedaron tres cosas
De todo, quedaron tres cosas:
la certeza de que estaba
siempre comenzando,
la certeza de que
había que seguir
y la certeza de que sería
interrumpido antes de terminar.
Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída, un paso de danza,
del miedo, una escalera,
del sueño, un puente,
de la búsqueda…un encuentro.

Cervantes da nombre desde hoy a una estrella

martes, 15 de diciembre de 2015




Metta Sutta

"Que todos los seres vivan felices y libres de todo daño
y que sus corazones se regocijen en su interior.
Todo lo que existe con respiración de vida,
tanto si son seres frágiles como muy fuertes, sin excepción, sean altos, bajos o de mediana estatura; sean grandes, pequeños o gruesos; visibles o invisibles; si viven lejos o si viven cerca; los que están aquí, los que persiguen la existencia:
que todos los seres se regocijen en su interior:
Que nadie sea la ruina de otro ni desprecie a otro de ningún modo ni en ningún lugar; que no se deseen mutuamente ningún mal por causa de la provocación o de la enemistad."

















domingo, 13 de diciembre de 2015

CARL JUNG

Siempre había tenido la sensación de que mi vida, tal como la viví era una historia sin principio ni final. Me sentía como un fragmento histórico, un pasaje aislado, al que no precede ni sigue ningún texto. Podía imaginarme perfectamente que tal vez había vivido en siglos anteriores y me había hecho preguntas que todavía no era capaz de responder; que tenía que volver a nacer porque no había cumplido la tarea que se me había asignado.





Susanna Tamaro

Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con qué respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tú corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.