Afuera el bochorno es suplicante. Por dentro también. ¿Qué observo cuando me miro al espejo? Tal vez lo que dura un instante, lo que parece eterno. Esa palabra tuya que me conmueve, que me produce escalofríos en esta previa noche de tormenta.
Afuera se escapa el tiempo y nada es lo que parece. Por dentro también. ¿Qué intuyo cuando tu beso llega en oleadas y se pierde en la agonía? Tal vez suceda mucho, aunque no me guste demasiado. Tal vez la distancia sea alegoría y los sueños se mueran de pena. Quizás sólo exista un mísero hueco desde donde alzar la cabeza. Es posible que la ronda nocturna deje mi mirada en el vacío, haciéndome a la idea de que existe lo que ha existido desde el inicio de los tiempos, desde el clamor del suplicio de este calor sofocante, de este pensar en los atajos que los dos nos hemos propuesto para hacer más breve el transcurso de la ausencia.
Afuera llega la noche, madrugada que le dicen. Sempiterna y agobiante, las costras del alma que saben a lágrimas perdidas, a broncas y desconsuelos, a momentos imprecisos que colman de felicidad los momentos compartidos, a locuaces artilugios que derriten la piel con caricias.
Afuera está dentro mío, el salvaje acontecimiento de haber renacido contigo.
de Juan Marin
Afuera se escapa el tiempo y nada es lo que parece. Por dentro también. ¿Qué intuyo cuando tu beso llega en oleadas y se pierde en la agonía? Tal vez suceda mucho, aunque no me guste demasiado. Tal vez la distancia sea alegoría y los sueños se mueran de pena. Quizás sólo exista un mísero hueco desde donde alzar la cabeza. Es posible que la ronda nocturna deje mi mirada en el vacío, haciéndome a la idea de que existe lo que ha existido desde el inicio de los tiempos, desde el clamor del suplicio de este calor sofocante, de este pensar en los atajos que los dos nos hemos propuesto para hacer más breve el transcurso de la ausencia.
Afuera llega la noche, madrugada que le dicen. Sempiterna y agobiante, las costras del alma que saben a lágrimas perdidas, a broncas y desconsuelos, a momentos imprecisos que colman de felicidad los momentos compartidos, a locuaces artilugios que derriten la piel con caricias.
Afuera está dentro mío, el salvaje acontecimiento de haber renacido contigo.
de Juan Marin
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