—¿Creéis —dijo Cándido— que los hombres siempre se han matado unos a otros como hoy en día?, ¿Qué desde siempre han sido mentirosos, farsantes, malvados, desagradecidos, bribones débiles, inconstantes, cobardes, envidiosos, glotones, borrachos, avariciosos, ambiciosos, crueles, calumniadores, viciosos, fanáticos, hipócritas e ineptos?
—¿Creéis —dijo Martín— que los gavilanes siempre han comido palomas cuando las han encontrado?
—Sí, sin lugar a dudas —dijo Cándido.
—Pues bien —dijo Martín— si los gavilanes han mantenido siempre el mismo carácter, ¿por qué pretendéis que los hombres cambien el suyo?
—¿Creéis —dijo Martín— que los gavilanes siempre han comido palomas cuando las han encontrado?
—Sí, sin lugar a dudas —dijo Cándido.
—Pues bien —dijo Martín— si los gavilanes han mantenido siempre el mismo carácter, ¿por qué pretendéis que los hombres cambien el suyo?
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