jueves, 28 de octubre de 2010

Tú Eliges

Los pasos avasallan el ritmo normal. Hasta tu frágil sombra desea huir de blandas pisadas que dudan cada instante: Sí continuar en línea recta o dar una media vuelta.
A veces los caminos parecen complicarse. A una determinada altura, se entrelazan como raíces de arboles de ancho tronco.
Un estado de incertidumbre se sujeta en el centro de “tu mente” y la duda se explaya lentamente sobre una superficie fláccida, algo rancia.
Las oportunidades oprimen sin piedad a ese gran nudo en la garganta.
En un plano confuso vez, en una esquina: A un ente celestial, tieso, estático y cruzando la incesante calle, justamente, en diagonal: La tentativa prohibición, vestida provocativamente con aparente rivalidad. Y tú duda... Y… Vos Ahí en el centro, la tercera dimensión de un triángulo infinito.




Mirás a un lado, al otro, y te sentís tan lejos de esos extremos firmemente establecidos. Sin embargo, intentas mantener claras ideas, aunque interiormente se olfatea el intenso miedo que sentís, te asusta sufrir, temes una vez más, ver tus lágrimas navegando en el vacío y estremecerse en la boca del estomago el arrepentimiento que no encuentra una pequeña abertura para escabullirse.
El tiempo no se detiene y el camino se complica a cada paso, las raíces continúan su rumbo ondeante.
Anticipadamente debes saber que nadie puede impedir que flaqueen tus buenos momentos.
Debes desafiarte... fortalecer tus ideas, dar valor a tus virtudes, minimizar tus defectos y detener toda alternativa que te convierte en un vacilante ser de este mundo en busca de seguridad, de aquella seguridad que solamente se encuentra en tu interior.



Fulce. 23/10/98

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