jueves, 9 de diciembre de 2010

Eran cientos...
Eran miles...
Todos corriendo hacia mi.
Podía oler su sed de sangre...
sed de mi sangre.
Y yo inerte en la oscuridad
sin poder mover ni un solo musculo...
Esperando... solo esperando...
esperando a que descubrieran mi escondite...
esperando a que me alcanzaran...






Ya sin miedo, consciente de mi destino...
Quise ser una de ellos...
un alma mas entre esas miles...
Hubiera gritado que me encuentren...
Pero solo quede esperando...
Llegaría el tiempo preciso...

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