miércoles, 16 de febrero de 2011

En las llagas oxidadas de tus mieles , que recorren tu armadura de piel terciopelada,
tu voz de anilina se esconde para no derretir el silencio enbruto.
Consonantes que conservan constelaciones unificadas con nombres perdidos,
cerca de aquí hay oscuridad y luz.
Las botellas que contienen mares,naufragios y sales,algas y luces maritimas,
llegan a los manteles de arena y marfil.
Los ocasos pendientes, desarman al próximo amor encarcelado;
el frio que acoje la ternura maternal, la savia es la sangre del tiempo.
A cada paso una poesía miserable,
a cada movimiento una poesía miserable...
fingir la presencia de lo intangible, de lo verdaderamente real,
acobijado en las verdaderas, pintando las mentiras con adobo y barniz,
cocinando a fuego lento el dolor, porque crudo es incomible, desagradable, incluso
es casi tentador, pero prefiero un hervor consistente.
No me sueltes la mano, te acompañare hasta la puerta, persivo de alguna manera algo
relativamente triste.
Entra tú ...
Yo iré luego...
Ella se aleja de mi distancia, se aleja lentamente de mi visión, camina, sin retroceder,
camina y llora, desconsoladamente, camina sin retroceder, sigue hasta que se pierde en la oscuridad profunda.
Sin embargo, 
yo me quede inmóvil, repirando,agitado,traspirando, obsesionado y con pulsaciones agonizantes. 
No la veo, no la siento, hay una distancia casi eterna y posiblemente mi miedo 
freezo un corazón salvaje.



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