Debajo del sol, de la luna y del cielo,
entre los billetes de dos y cincos pesos,
puedo ver tu sonrisa afilada en mis ojos dilatados.
En los azules y naranjas días.
En melodías,
puedo acariciarte
con este silencio acaramelizado
mordiendo el viento,
perfume de tu voz sin vocales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario