Hace rato... que te espero,
dibujando en el aire multicolor,
pentagramas difonicos,
acariciando cada rastro de pureza melancólica,
soportando las tormentas eléctricas
de todas las lagrimas del Universo,
moldeando el fuego místico de las casualidades,
mintiéndome,
envolviendo en melazas las rocas de sal,
robando el perfume de los rosales sin espinas,
nadando entre los negro y lo blanco,
simplemente sonriendo a un espejo de mar.
Posiblemente la única verdad sea la muerte
pero mientras respire,
puedo seguir esperándote,
en este mismo lugar.
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