lunes, 26 de diciembre de 2011

NUESTRO MIEDO MÁS HONDO







Nuestro miedo más hondo no es que seamos inadecuados. 

Nuestro miedo más hondo es que seamos poderosos sin medida. 

Es nuestra luz, no nuestra tiniebla, lo que nos intimida. 

Nos preguntamos ¿Quien soy yo para ser tan brillante, 

magnífico, talentoso y fabuloso? 

En verdad, ¿por qué no deberías serlo? 


Eres una criatura de Dios. 

Hacerte pequeño no le sirve al mundo 

No hay nada iluminado en el encogerse para que 

otras personas no se sientan inseguras a tu lado. 

Nacimos para manifestar la gloria de Dios 

que está dentro de nosotros. 

No se encuentra apenas en algunos de nosotros, 

está en cada cual. 

Y cuando dejamos brillar nuestra luz, inconscientemente 

le permitimos a otra gente que haga lo mismo. 

Cuando nos liberamos de nuestro propio miedo, 

automáticamente nuestra presencia libera a los demás







Marianne Williamson 


(en VOLVER AL AMOR, ed Urano)



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