Cada vez que nuestro Neptuno natal recibe un tránsito sobre todo de Urano y Plutón significa que ha llegado el momento de desprenderse: de una creencia, de un ideal, de unos sueños, de una conducta, de unas estructuras vitales que siempre nos han servido de base. O se produce un despertar espiritual, un profundo cambio interior o una apertura hacia la empatía y la compasión hacia los demás. En cualquier caso, algo debe cambiar en nuestra vida, sobre todo una disolución de algo que no hace otra cosa que llevarnos a la desilusión y al auto-engaño. Solo así tendremos la oportunidad de ver nacer algo nuevo en nuestra existencia. Los tránsitos de Neptuno tienen un significado similar. Como si fuera un Tsunami, Neptuno inunda y se lleva por delante cuanto se encuentra en su camino, hasta que se aplaca y se retira, dando la oportunidad a un nuevo resurgir de la vida desde la humildad y la creencia en algo más grande que uno mismo.
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