viernes, 16 de noviembre de 2012



Busca en la oscuridad de la noche, así como buscas la constelación de estrellas, la tenue luz que te respaldará de la apocalíptica y dañina locura humana. Que sea suave y a su vez constante para experimentar y discernir lo bueno de lo malo
, lo blanco de lo gris, lo áspero de lo suave, lo real de lo imaginario, lo propio de lo ajeno y cuando lo esencial encuentre su equilibrio, continua, como un niño, ingenuamente sonriéndole al viento.

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