“Hay un momento en nuestra vida, en que tenemos que tomar una decisión, posiblemente la decisión psíquica más importante de nuestra vida futura, y es la de sentirnos o no un amargado.”
Hay un momento en que tenemos que decidir si queremos seguir en el camino de la queja, la frustración, la resignación, o si nos animamos a hacer de la vida lo que nosotros queremos, desde nuestra vocación desde nuestra alma.
Podemos ser sabios o amargados, viejos quejumbrosos o maestros, la decisión siempre es nuestra.
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