domingo, 14 de abril de 2013

Referente al viernes 12 de abril

Plutón comenzó a retrogradar, ya su influencia se había comenzado a sentir desde antes pero ahora será más intenso. Vuelven personas o situaciones pasadas (tal vez de vidas pasadas incluso) para tener una segunda oportunidad de resolverlas con amor, con una expansión de conciencia, se generan situaciones de crecimiento espiritual muy intensas, por momentos, solitarias, pero necesarias.





Plutón retrógrado y la revisión del pasado

Ayer, 12 de abril, Plutón inició su moción retrógrada y estará moviéndose aparentemente hacia atrás durante cinco meses, hasta septiembre. Siempre que un planeta detiene su movimiento, visto desde la Tierra, insisto, porque los planetas siempre van en la misma dirección (se trata de un efecto óptico por así decirlo, debido a la diferencia de las órbitas de los distintos planetas), algo se para, en la conciencia o en el mundo físico, lo cual no quiere decir que no sea posible seguir avanzando. Decía Einstein que ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en que se creó, lo que, a mi entender, implica que hay que sacarlo de su nivel de conciencia y trasladarlo a otro en el que pueda uno acercarse a él de otra manera. Por ejemplo, el contenido de un sueño que se repite de forma obsesiva y constante tal vez deje de atormentar a la persona que lo padece en el momento en que trata de verbalizar ese contenido, o lo lleva a la realidad física, matándolo en su condición de sueño para hacerlo vivir en la realidad. Y yo creo que Plutón, cuando invierte su movimiento, nos está hablando un poco de esto: tratar de resolver un problema en un nivel de conciencia o en una realidad o desde una actitud muy diferente a todo aquel ambiente en que ese problema se ha creado y ha vivido jodiéndonos la existencia. Tratar de ver aquellas cosas que siempre nos han perturbado y que parece que ya teníamos superadas, sobre todo complejos (inferioridad, victimismo, sensación de inadecuación, torpeza, complejos intelectuales, físicos, de autoestima, imágenes de nosotros mismos como mujer u hombre, etc.), desde otro lugar, es básico para enfocar de forma constructiva este largo tránsito (que será más evidente en los nativos de Aries, Libra, Cáncer y por supuesto Capricornio, sobre todo los de la primera parte del segundo decanato y los de los últimos grados del primero). Y quizá sostener la visión de ese miedo o de ese complejo el tiempo suficiente, sin dejarnos arrastrar por el pánico o por la necesidad de salir huyendo (la ayuda de un psicoterapeuta puede ser vital en un momento así), puede servirnos para transformar ese miedo y, de paso, nuestra propia vida. Por eso es tan frecuente que con tránsitos de Plutón retrógrado vengan a nuestra vida personas del pasado, ya sea en los sueños o en la vida real, porque si esas historias no terminaron bien, han de volver a nuestra vida para darles un final más adecuado. Y con Saturno por Escorpio, también retrógrado, zanjar deudas pendientes con nuestro pasado puede ser muy importante para seguir creciendo espiritual y personalmente.

Por otro lado, Plutón nos conecta con el miedo más ancestral y básico para ser nosotros mismos, con ese miedo que bloquea nuestra ansia de independencia o de salir de nuestros condicionamientos. Sobre todo si Plutón está aspectado con el Sol (y los escorpianos también tendrían mucho que decir al respecto). Plutón hace que buscar nuestro propio camino sea algo aterrador, pero también es capaz de transformar ese miedo y empezar a usar constructivamente las reservas de poder que todo tránsito de Plutón nos trae a la vida. Plutón también conecta con el propio poder y la capacidad de ordenar nuestra vida, pero el proceso de lucha interior es fundamentalmente algo solitario: es difícil que alguien nos ayude en esos momentos, porque lo que se está representando es la lucha del héroe con el dragón que impide que seamos lo que hemos venido a ser. Y aquí nadie ayuda al héroe: todos sus ayudantes desparecen, o han muerto, o están en otro lugar, y es el héroe quien tiene que vérselas consigo mismo y su sombra sin nadie más que lo ayude. Y del mismo modo, somos nosotros los que tenemos que tomar las riendas de nuestra propia vida bajo un tránsito de Plutón, sobre todo si es retrógrado, con el fin de evitar que la vida se nos vuelva más opresiva, y entremos en una dinámica de sumisión y de renuncia a nuestro propio ser que a la larga nos vaya minando más y más. Tal vez durante el tiempo inicial del tránsito todo parezca detenerse o un obstáculo insalvable (la oposición del Sol, es decir, cuando el Sol entre en Cáncer, a finales de junio y julio hasta que entre en Leo, suele marcar un momento decisivo en la lucha interna, si hemos tenido el valor de afrontarla, al menos desde la conciencia), pero hay que seguir y darnos tiempo para analizar y ver qué es lo que siempre nos ha retenido en la búsqueda de nuestro ser más esencial y profundo, o qué es lo que hemos vendido siempre de nuestra personalidad en esa búsqueda, por evitarla. Cuando Plutón vuelva a pasar por el grado en que se ha parado ahora (el 11º) a fines de diciembre de este año, algo ha tenido que terminarse a nivel externo en ese proceso de cambio, si bien su paso por Libra a fines de septiembre puede ser un momento crítico, porque algo se externaliza de alguna manera en el proceso. Estos meses, septiembre y diciembre, serán críticos en este largo periplo de Plutón por los grados 9, 10 y 11 de Capricornio, después, como digo, de la oposición del Sol y Plutón en junio.

Tratemos de observarnos para darnos cuenta de que también nosotros merecemos ser nosotros mismos, pues esa es, a mi juicio, una de las principales lecciones de este tránsito de Plutón, que, no olvidemos, sigue en cuadratura con Urano en Aries, precipitando la emergencia de un yo más libre y de una identidad a nivel mundial más auténtica. Desoír el llamado interno de este deseo de libertad e independencia es una opción, desde luego, y más adelante habrá oportunidades, pero ahora es un buen momento de intentar conectarnos con nuestro propio poder y nuestra necesidad de ser 

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