Ella sonrió y su sonrisa iluminó
mi mundo,
era tan resplandeciente
que sentí que estaba soñando despierto,
quedé hipnotizado,
me quedé mirándola fijamente
como se mira algo divino,
me perdí en su mirada
y su mirada se perdió en mí,
eramos uno solo,
nos convertimos
en un bello poema encantado.
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