Somos como una pequeña libélula en medio de la tormenta. Eso somos. Muchas, muchas veces a lo largo de la vida. Shikhei Goh, el fotógrafo, simplemente supo VER el empeño de este pequeñito insecto bajo la reciedumbre de la lluvia y del viento, en una isla de Indonesia. Y vio que no se soltaba, no: había decidido VIVIR, no importara cuánto el agua hiciera pesadas sus finas alas, ni cuánto sus ojos se humectaran hasta no ver, ni cuánto el viento amenazara con partir en cuatro su frágil estructura. Y dentro de ese ínfimo pedacito de Vida hay algo que en la foto no se ve, pero que es a la vez evidente: LA DETERMINACIÓN DE NO DARSE POR VENCIDO. Cómo algo tan pequeño puede sentir lo mismo que nosotros, tan complejos?!
Esta foto fue elegida por National Geographic entre 10.000 de 130 países. “Uno casi puede sentir la experiencia de la libélula, luchando contra el clima. Cuando la vi quise decir ‘¡Aguanta ahí, pequeño!’”. Así lo expresó uno de los miembros del jurado. Ésa es parte de la clave por la que fuera la foto seleccionada: no es simplemente una bella imagen, sino UN SÍMBOLO del espíritu. La fortaleza de lo frágil. Así es esa libélula en medio de la tormenta. Así somos cuando la vida arrecia y ejercemos la determinación de no darnos por vencidos. Necesitamos crear esa voz interna que nos diga, siempre, siempre que lo necesitemos: “Aguanta ahí, pequeño!”. Pues nadie imagina cuánta grandeza es capaz de ejercer alguien cuando así lo decide (aunque se sienta pequeño)...
Virginia Gawel
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