viernes, 12 de julio de 2013

Para trabajar en nuestra expansión es preciso saber que no sirve prender una vela y pedir si no estamos dispuestos a dar, porque justamente es esa solidaridad que nos devuelve los pedidos de expansión, es el corazón abierto a ayudar, es gestos de compasión por los demás que nos dejan abundantes en cuerpo, materia y espíritu. Donando lo que no necesitamos, ofreciendo trabajo desde el servicio, cada tanto no remunerado, es dando comida a personas y animales en estado de calle, es comprar a vendedores del subte, es apadrinar un animal en un refugio, y tanto más. Dejemos de mirarnos el ombligo y abrámonos a AYUDAR, si queremos expansión, ese es el gran secreto. Preguntémonos: qué estoy dando para recibir.


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