jueves, 15 de agosto de 2013

¿CUÁL “SENTIDO DE LA VIDA”?

Cómo hallarlo, cómo descubrir aquello que hace que podamos QUERER levantarnos cada día y, al acostarnos a la noche, sentir que el tiempo ha valido? Yo no lo sé, pero he observado algunos detalles que creo certeros justamente en aquellas personas que viven sus vidas con Sentido. Eso es lo que hoy quisiera expresar, apoyándome en esas palabras del entrañable psiquiatra Víctor Frankl...

- El Sentido de nuestra vida no se halla meramente filosofando, sino EN MEDIO DE LA ACCIÓN, de la dificultad, del Intento... Víctor Frankl no ideó sus pensamientos sobre el Sentido de la Vida recostado en una reposera bajo una palmera, no: estaba recluso en un Campo de Concentración, viendo morir a sus seres queridos y a tantos... y observando cómo había quienes sentían, aun bajo esas circunstancias, un fuerte IMPULSO DE VIDA. De modo que decirnos “Mi vida ya tiene demasiados problemas como para, encima de ello, ponerme a pensar en cuál es su Sentido”... no parece ser una buena coartada para no mirar el tema de frente...

- El Sentido de la vida de un ser humano parece que nunca se centra SÓLO en SU propia vida: hay OTROS respecto de los cuales SU QUEHACER INDIVIDUAL, por pequeño o grande que sea, influye... ayudando, alentando, liberando, abriendo conciencias, dando de comer, defendiendo sus derechos...

- Quienes van hallando el Sentido de su vida no han recibido como privilegio un mapa, una rosa de los vientos y un estatuto que establezca garantías para una acción sin error: intentan, intentan, intentan... Y no siempre tienen claro QUÉ es lo que tienen que hacer o CUÁNDO. Pero tampoco esperan que nadie se los diga, mágicamente: se atreven al logro y al fracaso, aceptando su oscilación como parte de la condición de ser. Y si con el error el Ego se les queda lastimado... saben que los primeros auxilios para el caso consistirán en revisar la acción realizada... y luego, simplemente, seguir haciendo.

- El sustrato emocional que mantiene encendido el Sentido de la vida es el de SER PARTE ACTIVA EN LA EVOLUCIÓN DE LO QUE EXISTE Y EN LA PRESERVACIÓN DE LO BUENO Y LO BELLO: a veces de algo doméstico (igual de valioso), como un hijo; a veces, de algo más grande que la vida personal: la propia comunidad, del arte o la cultura, los animales, la educación, la ayuda a los oprimidos. La evolución de la Humanidad necesita mano de obra, y quien busca el Sentido de su vida, lo sepa o no, se siente dentro de la cuadrilla, como un obrero puntual y decidido, que no sólo busca el pan para sí, sino para el Todo, para todos... Recuerdo un pensamiento de J.W.Goethe que dice: “La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste”.


© Virginia Gawel

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