El diccionario define como “mediocre” a “aquél que no tiene capacidad para la actividad que realiza”. Y la mediocridad se hace ver fácilmente, sí. Pero la definición que da el diccionario me parece incompleta: también resultamos mediocres cuando VIVIMOS POR DEBAJO DE LAS CAPACIDADES QUE SÍ TENEMOS, achicándonos para que no suceda algo que percibimos como terrible, con riesgo de vida, cortando nuestra respiración y bañándonos en sudor: DESTACARNOS EN LO QUE PODEMOS HACER BIEN.
Algunas personas “solucionaron” esto de la peor manera: EVITÁNDOLO PARA SIEMPRE. Suelo decir que es quien elige hacer un bonsái de sí mismo, cortándose ramas y raíces permanentemente como para ser lo tan mínimo como le sea posible: SE ESFUERZA POR SER INSIGNIFICANTE. El costo es una profunda sensación de autotraición, densa y persistente... Ser mediocre por elección es algo que se percibe como una falta de lealtad a nuestra esencia.
Abraham Maslow decía que en ese caso la persona respondería a una COERSIÓN A LA MEDIA que la sociedad produce: desde lo instintivo, una parte del individuo teme a que SI SE DESTACA, perderá su lugar en lo gregario, quedando solo; también teme que algunas personas del conjunto al que pertenece LO AGREDAN si se destaca, cosa que, lamento decirlo, SÍ, SUCEDE! Porque, también desde lo instintivo, gregariamente el animal humano o bien sigue como líder a quien sobresale en algo, o bien procura derribarlo PARA QUE LA MEDIA NO CREZCA y él mismo no quede segregado del conjunto: “Si éste se despliega me muestra que yo no; y si muchos lo van haciendo, yo quedaré segregado entre los peores, y no en el promedio en el que estoy. Lo derribaré!”. Me explico?
Ahora: entre convertirme en un bonsai basándome en temores instintivos, o, en cambio, JUGARME POR HACER LO QUE ESTÁ EN MI CAPACIDAD HACER, prefiero desplegar lo segundo, así vengan malos momentos o embestidas humanas: creo que quien se juega por vivir NECESITA CURTIRSE, COMO LA PIEL EN EL SOL... NO SER PASPADO CON LA VIDA, pues si cada crítica nos roza, o cada antagonista nos vence... NECESITAMOS FORTALECERNOS! A eso se le llama MADURAR COMO INDIVIDUO. El descubrimiento será también que encontraremos, a partir de ese despliegue, gente bella que nos reciba así: COMO REALMENTE SOMOS; pares afines, otras hermosuras... Con la satisfacción de no estar autoconfinado en un tarrito, sino de ser un árbol pleno, expandido, que haya dado sus justos frutos. Aún para que quien lo apedree, posiblemente, sea alimentado por ellos.
© Virginia Gawel
Algunas personas “solucionaron” esto de la peor manera: EVITÁNDOLO PARA SIEMPRE. Suelo decir que es quien elige hacer un bonsái de sí mismo, cortándose ramas y raíces permanentemente como para ser lo tan mínimo como le sea posible: SE ESFUERZA POR SER INSIGNIFICANTE. El costo es una profunda sensación de autotraición, densa y persistente... Ser mediocre por elección es algo que se percibe como una falta de lealtad a nuestra esencia.
Abraham Maslow decía que en ese caso la persona respondería a una COERSIÓN A LA MEDIA que la sociedad produce: desde lo instintivo, una parte del individuo teme a que SI SE DESTACA, perderá su lugar en lo gregario, quedando solo; también teme que algunas personas del conjunto al que pertenece LO AGREDAN si se destaca, cosa que, lamento decirlo, SÍ, SUCEDE! Porque, también desde lo instintivo, gregariamente el animal humano o bien sigue como líder a quien sobresale en algo, o bien procura derribarlo PARA QUE LA MEDIA NO CREZCA y él mismo no quede segregado del conjunto: “Si éste se despliega me muestra que yo no; y si muchos lo van haciendo, yo quedaré segregado entre los peores, y no en el promedio en el que estoy. Lo derribaré!”. Me explico?
Ahora: entre convertirme en un bonsai basándome en temores instintivos, o, en cambio, JUGARME POR HACER LO QUE ESTÁ EN MI CAPACIDAD HACER, prefiero desplegar lo segundo, así vengan malos momentos o embestidas humanas: creo que quien se juega por vivir NECESITA CURTIRSE, COMO LA PIEL EN EL SOL... NO SER PASPADO CON LA VIDA, pues si cada crítica nos roza, o cada antagonista nos vence... NECESITAMOS FORTALECERNOS! A eso se le llama MADURAR COMO INDIVIDUO. El descubrimiento será también que encontraremos, a partir de ese despliegue, gente bella que nos reciba así: COMO REALMENTE SOMOS; pares afines, otras hermosuras... Con la satisfacción de no estar autoconfinado en un tarrito, sino de ser un árbol pleno, expandido, que haya dado sus justos frutos. Aún para que quien lo apedree, posiblemente, sea alimentado por ellos.
© Virginia Gawel
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