Porque un tiro en la frente
me devanará los sesos, más no las memorias.
Escribo para matarnos
porque no basta con arrasar cada lugar
que atestiguó nuestro amor y quedarme sin ciudad,
si una parte tuya decidió hacer de mi interior,
su hogar.
Escribo para matarnos
Porque por más labios que me besen
Tu lugar en mi boca ha quedado intacto.
Porque ya he sido fuego en otros brazos
y los vestigios de tu amor sobre mi piel.
no se han reducido a cenizas.
Y es que escribo para matarnos,
Porque no puedo mandar triturar cada libro, cada verso, ni cada palabra que hicimos nuestra.
Ni puedo ser Van Gogh para dejar de escuchar tu nombre ni los vaivenes de tu profesión
Ni detener mi marcha para dejar de tropezar
con pedacitos de nuestros sueños que quedaron regados por aquí y por allá.
Escribo para matarnos
porque ir a arrancar de tus manos la parte de mi con la que te quedaste
implicaría tener que volver a buscarte.
Y la sequía no está como para andar desperdiciando lágrimas.
La escritura viene siendo entonces mi única salida
que se derramen pues los ríos de tinta
Y que tras el combate encarnizado
entre sentimientos, demonios y recuerdos
es mi único deseo
que mi alma venga a encontrar
esa anhelada paz.
me devanará los sesos, más no las memorias.
Escribo para matarnos
porque no basta con arrasar cada lugar
que atestiguó nuestro amor y quedarme sin ciudad,
si una parte tuya decidió hacer de mi interior,
su hogar.
Escribo para matarnos
Porque por más labios que me besen
Tu lugar en mi boca ha quedado intacto.
Porque ya he sido fuego en otros brazos
y los vestigios de tu amor sobre mi piel.
no se han reducido a cenizas.
Y es que escribo para matarnos,
Porque no puedo mandar triturar cada libro, cada verso, ni cada palabra que hicimos nuestra.
Ni puedo ser Van Gogh para dejar de escuchar tu nombre ni los vaivenes de tu profesión
Ni detener mi marcha para dejar de tropezar
con pedacitos de nuestros sueños que quedaron regados por aquí y por allá.
Escribo para matarnos
porque ir a arrancar de tus manos la parte de mi con la que te quedaste
implicaría tener que volver a buscarte.
Y la sequía no está como para andar desperdiciando lágrimas.
La escritura viene siendo entonces mi única salida
que se derramen pues los ríos de tinta
Y que tras el combate encarnizado
entre sentimientos, demonios y recuerdos
es mi único deseo
que mi alma venga a encontrar
esa anhelada paz.
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