sábado, 17 de agosto de 2013

Perder un sueño es como perder una fortuna, qué digo, es peor. Nuestro pecado es haber perdido nuestros sueños. Sin embargo hay que ser fuertes y aunque uno se sienta cansado decirse: “Estoy cansado ahora, estoy arrepentido ahora, pero no lo estaré mañana”. Esa es la verdad: mañana la vida no puede ser esto. Habrá que cambiarla aunque haya que quemarlos vivos a todos. 
Roberto Arlt


No hay comentarios: