"En las noches clarísimas y heladas que ve desde su cuarto abierto al patio, para no morirse tan irreparablemente, urde una persona que la recordará. Busca, Atalita, búscala pronto a esa persona, no hagas caso de tu edad. Si crees que con eso conseguirás morirte menos, búscalo a tu amor. Pero yo sé, le vas a pedir todo, que sea tu padre, tu madre, tu hermano, tu hijo, la vida y el más allá. Pobrecita, ¿quién podrá ser al mismo tiempo el misterio y su solución, la piel y el desenfrenado espíritu? Pero hubieran debido al menos dejártelo intentar". Fragmento de "Aire tan dulce" de Elvira Orphée
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