jueves, 3 de octubre de 2013

Así como cuando, por ejemplo, nos duele el cuello, encogemos el hombro para evitar ese dolor ,lo cual se conoce como “posturas antiálgicas y, 
claro, termina doliéndonos el cuello, el hombro y el brazo. 
ASÍ SUCEDE CON LO EMOCIONAL: 
evitamos lo que tememos, lo que sentimos que podría producirnos dolor ,así sea bello,  y al evitar NOS ENCOGEMOS, ANTIÁLGICAMENTE. 
Encogemos nuestra capacidad de hacer, de amar, de expresarnos, de SER.

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