EL REGALO DE LA CLARIDAD - El Día de Reyes en algunos países también se conoce como Día de Epifanía. Más allá de los hechos históricos, quiero poner el acento en que detrás hay un sentido simbólico: así como el nacimiento del Niño refiere a la manifestación interna de nuestro Sí Mismo (la porción del Todo que cada uno de nosotros encarna), el Día de Epifanía implica COMPARTIR A ESE NIÑO CON EL MUNDO (es el día de la presentación del Niño ante los demás, en el pesebre, y por eso puede llegar la gente del pueblo así como los Reyes con sus regalos). Qué significaría esto? Que si nuestro Ser más profundo se manifiesta, es necesario que la introspección no se convierta en AISLAMIENTO, SEPARATIVIDAD: que nos demos a los demás desde ese florecimiento, que intervengamos en la vida desde lo más genuino que nos habita. Nadie nació en este lejano planeta para guardarse como un caracol!! Y los Reyes? Una versión que me resulta muy conmovedora es que representan los tres órdenes superiores del ser humano: esos estados en los que pareciera que podemos contactar con un nivel de conciencia en el que la MENTE está más lúcida, las EMOCIONES vibran con una cualidad más sutil (hacia la Belleza, la Compasión, la Gratitud...), y el CUERPO se siente impregnado de Vida. Mente, emoción, cuerpo, envueltos en Claridad. Justamente, en la Psicología Transpersonal a estas experiencias-cumbre, reveladoras, se les llama "epifanías". No es raro que, en la tradición, siendo niños los Reyes lleguen cuando dormimos, para traernos sus regalos: el Inconsciente, en su faceta más honda, es el que guarda la materia prima de esos estados de epifanía (que a veces hasta pueden manifestarse en sueños). Sin embargo, este regalo REQUIERE DE PREPARACIÓN PREVIA PARA RECIBIRLO. Por eso en la costumbre popular se enseña al niño a disponerse a recibir los regalos DANDO, EN RECIPROCIDAD, agua y pasto para los camellos de los Reyes. Disponernos a que lo más profundo nos brinde el regalo de la Comprensión, de una Conciencia Ampliada, precisa que trabajemos sobre nosotros mismos. Nadie puede PROVOCAR (forzar) el advenimiento de una epifanía. Como se dice, "El Espíritu sopla cuando y donde quiere". Sin embargo, podemos practicar la DISPONIBILIDAD hacia la Vida, poniendo nuestro corazón a su servicio, como si hiciéramos un nido para una paloma mensajera que quiere reposar dentro nuestro, pues su mensaje es, justamente, para nosotros. (De hecho, hasta la rosca de Reyes, tan típica en distintos países, tiene su centro vacío, en señal de disponibilidad, y un huevo en un costado, representando lo nuevo, lo que nace...) Que estos Regalos vengan a tu vida, hoy, mañana, cualquier día. Cuando el Espíritu quiera, y tu nido esté en el pecho así, con las puertas abiertas para recibirlo... Va mi abrazo contigo: Virginia Gawel
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