Si elijo victimizarme y echar culpas, sufriré y me frustraré muchísimo. Si elijo quedarme en el mismo lugar lamentándome de lo mal que me va en el amor, en el trabajo, en la vida misma, generaré más carencias, más insatisfacción y más soledad. Si permanentemente busco explicaciones y justificaciones que alimenten mi resistencia a los cambios, seguiré en el patético lamento que lleva sólo a regodearme de mi insatisfacción sin hacer nada al respecto. Este año se nos pide ver qué hay afuera que genero en el adentro, y que hay en el adentro que se ve reflejado afuera. Si nadie me quiere, yo, qué amor siembro? Si nadie me da nada, yo, qué doy? Si nunca se me abren las puertas, yo, qué rol juego? No habrá nada librado al azar este año. Todo emergerá de la fuente -yo mismo- y volverá a la fuente. Estaré como mis pensamientos me permitan estar. Deberé prestar atención y escuchar lo que pienso para ir transformando mi año en un año de cambios concretos! Deberé finalmente admitir que el mando de mi vida lo tomo yo y por más expectativas que ponga en el afuera, si no hay cambios dentro, nada mutará desde el exterior.
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