"Me siento enriquecido cuando otra persona realmente me atañe, la aprecio, la quiero y logro que este sentimiento fluya hacia ella. Al igual que mucha gente, temía verme atrapado si manifestaba mis sentimientos. 'Si me ocupo de él, podrá controlarme.' 'Si la quiero, estoy intentando controlarla.' Creo que he recorrido un largo camino en cuanto a perder el miedo en ese sentido. He aprendido lentamente que no es peligroso dar ni recibir sentimientos tiernos y positivos." CARL ROGERS
A veces vivimos comprimidos, sin ex-presar (dejar de tener presos) sentimientos tiernos que harían más feliz nuestra vida y la de otros, e inclusive serían un aporte personal para un mundo más gentil y luminoso. Qué nos pasa? Por qué es más fácil manifestar el enojo, la queja, el reproche, la crítica...
Cuando se aprende a cultivar una mente apreciativa hacia el otro (como dice la Psicología Budista) empezamos a enfocarnos en lo que es digno de agradecimiento, de valoración, de cariño... Y decirlo se vuelve cada vez más fácil.... hasta que vamos embelleciendo nuestra cotidianidad y nuestro entorno.
A veces vivimos comprimidos, sin ex-presar (dejar de tener presos) sentimientos tiernos que harían más feliz nuestra vida y la de otros, e inclusive serían un aporte personal para un mundo más gentil y luminoso. Qué nos pasa? Por qué es más fácil manifestar el enojo, la queja, el reproche, la crítica...
Cuando se aprende a cultivar una mente apreciativa hacia el otro (como dice la Psicología Budista) empezamos a enfocarnos en lo que es digno de agradecimiento, de valoración, de cariño... Y decirlo se vuelve cada vez más fácil.... hasta que vamos embelleciendo nuestra cotidianidad y nuestro entorno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario