miércoles, 29 de enero de 2014

"La tradición es un guía, no un carcelero." William Somerset Maugham

El Universo va hacia un despliegue, una evolución. Así en lo grande como en lo pequeño, nosotros mismos y nuestras sociedades están llamados a evolucionar. Eso sucede -claro- en tiempos más lentos de lo que querríamos, y a veces parece ir en sentido opuesto (como toda evolución). Dentro de ello están las tradiciones. Algunas nos orientan, nos dan el fundamento de los que estuvieron antes que nosotros cimentando su propio camino. Otras, nos limitan, nos maniatan, hasta que, justamente, nuestra evolución pide que cortemos ese candado si no alcanzamos a desarticular su cerradura. 

En nombre de la "tradición" se veja a los animales en las corridas de toros (abolidas cada vez en más regiones de España y de América) o se azota a los caballos para mostrar la valentía del jinete (?). En nombre de la "tradición" en algunos países se obliga a casar a una niña de 10 años con un hombre de 50, o se exilia a los que son diferentes en un barrio o en un pueblo porque "no responden a la tradición". Por "tradiciones" familiares hemos sido quienes no éramos, así como otras nos han dado un marco para construir nuestra identidad. 

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