Aguarda.
Escucha las piedras del muro.
Permanece en silencio, ellas tratan
de decir tu nombre.
Escucha
a las paredes vivientes.
¿Quién eres?
¿Quién eres tú? ¿El silencio
¿de quién eres?
Quién (permanece callado)
eres tú (así como estas piedras permanecen calladas).
No pienses sobre aquello que eres menos
de lo que podrías ser algún día.
Mejor aún sé lo que tú eres (¿pero quién?)
sé aquello impensable que desconoces.
O aguarda, mientras
sigas vivo,
y todas las cosas que viven
alrededor tuyo
hablando (yo no escucho)
hacia tu ser más propio,
hablando por lo desconocido
que está en ti y en ellas mismas.
“Trataré, como ellas de ser mi silencio:
y es difícil. El mundo entero está
secretamente en llamas.
Las piedras queman,
aún las piedras queman.
¿Cómo puede un hombre aguardar
o escuchar a las cosas quemándose?
¿Cómo puede atreverse a sentarse con ellas
cuando todo su silencio está en llamas?”
Escucha las piedras del muro.
Permanece en silencio, ellas tratan
de decir tu nombre.
Escucha
a las paredes vivientes.
¿Quién eres?
¿Quién eres tú? ¿El silencio
¿de quién eres?
Quién (permanece callado)
eres tú (así como estas piedras permanecen calladas).
No pienses sobre aquello que eres menos
de lo que podrías ser algún día.
Mejor aún sé lo que tú eres (¿pero quién?)
sé aquello impensable que desconoces.
O aguarda, mientras
sigas vivo,
y todas las cosas que viven
alrededor tuyo
hablando (yo no escucho)
hacia tu ser más propio,
hablando por lo desconocido
que está en ti y en ellas mismas.
“Trataré, como ellas de ser mi silencio:
y es difícil. El mundo entero está
secretamente en llamas.
Las piedras queman,
aún las piedras queman.
¿Cómo puede un hombre aguardar
o escuchar a las cosas quemándose?
¿Cómo puede atreverse a sentarse con ellas
cuando todo su silencio está en llamas?”
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