domingo, 9 de marzo de 2014

La leyenda de la Vía Láctea


Un dios llamado Tenkou (Dios del cielo) poseía una hija preciosa, la princesa Orihime (princesa de los tejidos). Además de su belleza también destacaba por su cualidad de tejer magníficamente, por lo tanto se encargaba de confeccionar los vestidos de los dioses del cielo. De esta forma trabajaba todos los días incansablemente al lado de un río en el cielo llamado Amanogawa (río celestial, para nosotros conocido como Vía Láctea), con una tejedora mágica llamada Tanahata.
Debido al exceso de tiempo que le demandaba su trabajo en su telar sin permitirse ni un solo descanso, su padre preocupado por su felicidad, buscó un hombre que pudiera cuidar de ella y hacerla feliz. Entonces le presentó a un joven cuidador de bueyes llamado Kengyu , el amor a primera vista los flechó a ambos y terminaron casándose.
El profundo amor que se profesaba la pareja provocó que olvidasen sus tareas, de modo que los dioses se encontraron sin vestidos nuevos y los bueyes del joven se desperdigaron por el cielo suscitando destrozos. Por lo tanto Tenkou, el dios del cielo y padre de Orihime, se encolerizó frente a sus descuidos, en consecuencia lo motivó a separarlos prohibiendo que se vieran. Para ello se encargó de colocarlos a cada uno en un extremo del Amanogawa.
Kengyu y Orihime al verse apartados el uno del otro sufrieron una profunda tristeza y se sentían sin fuerzas para volver a trabajar. No obstante, Tenkou reflexionó sobre esta desdichada situación y se compadeció por ellos. Por esta vía les concedió un favor: si trabajaban mucho durante todo el año les permitiría reunirse un solo día, el día 7 de julio. Ante esta promesa Kengyu y Orihime trabajan con dedicación durante todo el año para volver a juntarse ese único día, el día de Tanabata. Para que se efectúe el encuentro se forma sobre la Vía Láctea un puente constituido por unas urracas a fin de permitir que los dos amantes puedan cruzar.
Por lo tanto este día se ha convertido en el festival de las estrellas, donde Kengyu representa a Altair, la estrella de los vaqueros, y Orihime a Vega, la estrella de las tejedoras. Se dice que la reunión de estos amantes les provoca tanta felicidad que conceden deseos a todos aquellos quienes los pidan. Las estrellas protagonistas de esta leyenda junto a Deneb (en la constelación de Cisne) forman el llamado Triángulo Estival del Hemisferio Norte.


Entonces el 7º día del 7º mes hay un gran festival en Japón, donde cuelgan poemas alentando el encuentro de los enamorados, el festival deTanabata.La pena es que resulte un día nublado y no se pueda ver las estrellas, para eso cantan, danzan, ornamentan, sirven comidas,lanzan barquitos de flores y de luz al agua para animar la unión de los enamorados.

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