El Eclipse de mañana martes 15 con la Luna en Libra, con la gran Cruz Cardinal activada, sumado a la energía de la Semana Santa en donde la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Maestro Interno nos pone de manifiesto la necesidad de morir para poder resucitar, nos trae a colación el eje vida-muerte (en astrología es el eje Tauro-Escorpio) y nos recuerda que dejar morir es parte de vivir, y que no existe vida sin muerte. Una planta nace, florece, se marchita y luego al morir fertiliza la tierra y la prepara para nuevas plantas que emergerán. Cuando una parte nuestra necesita evolucionar, ese soltar nos fertiliza el camino a los cambios. Nada se pierde en el Universo, no hay vacíos ni energías desaprovechadas. Todo lo que hoy es, mañana ya cambiará pero no se irá sino que se reciclará. No quedarán vacíos si sueltas algo hoy. El Universo no permite vacíos, en cuanto encuentra uno, lo llena de vida. Piensa en un tarrito de agua dejado a la intemperie, y en breve allí crecerán larvas y nueva vida. El Año del Carro es así, exigente, demandante, apurado, nos obliga a acelerarnos, a ser flexibles, a animarnos. Si muere una parte, otra nacerá, observa la historia del Mundo y siempre verás vida y muerte, regeneración, reciclaje y transformación. Dejemos ese atisbo de resistencia, dejemos de controlar, dejemos que todo siga su curso y no intentemos nadar contra la corriente.
Estos días observemos a nuestro cuerpo y sus síntomas. ¿Nos duele la espalda de tanto cargar?, ¿nos duele la cabeza de tanto pensar?, ¿nos duele la panza de no poder digerir los cambios?, ¿nos duelen las rodillas porque nos rehusamos a avanzar?, ¿nos duele el hígado porque hay ira contenida?, ¿nos golpeamos, quemamos, por andar a los apurones sin reflexionar?, ¿estamos comiendo de más intentando nutrir nuestro niño interno abandonado? ¡¡CONFIEMOS!!
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