lunes, 30 de junio de 2014

Julio Cortázar

Estoy decidido. Desde un repentino separarse de aguas en lo hondo, la libertad final se adelanta en el filo que nace de tu puño. Qué sabes tu de muerte, dador de la vida profunda. Mira, sólo hay un remedio para matar a los monstruos: aceptarlos.


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