sábado, 21 de junio de 2014

La palabra solsticio quiere decir “el sol se para”. Los solsticios son una pausa, una oportunidad para reflexionar, evaluar y ver donde queremos ir. Son un momento para expresar nuestros deseos e intenciones, asimilar nuestros aprendizajes, y sentir nuestra conexión con el ciclo de la tierra y el sol.
El Solsticio de Verano, el día más largo del año, ilumina todo nuestro potencial y singularidad, y nuestra capacidad de amar y conectar en comunidad.  El Solsticio de Invierno, en cambio, la noche más larga del año, nos recuerda que de la oscuridad nace lo nuevo, y que un periodo de descanso y renovación es esencial en el ciclo de la vida.
Tanto los solsticios como los equinoccios son una oportunidad potente para unir nuestros ciclos interiores con los ciclos exteriores, y así fortalecer nuestro camino en la vida. Cuando creamos un momento de pausa alrededor de los solsticios (y los equinoccios), y somos conscientes de lo que estamos dejando atrás y hacia donde queremos ir, ¡nos abrimos a que ocurran cosas mágicas en nuestra vida! “Mágia” en el sentido que le da Starhawk: “el arte de cambiar la conciencia a voluntad”.



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