Los libros
huelen a descanso.
Se acomodan
en los fondos inquietos de los bolsillos,
se ocultan en los armarios.
El abrigo del tiempo
los cubre de sueño.
Duermen mirando al campo.
Despiertan
abrazados al invierno.
Se abren como amapolas,
como velas de un naufragio.
Navegan por mares de tinta
como dos enamorados
en su primera cita.
huelen a descanso.
Se acomodan
en los fondos inquietos de los bolsillos,
se ocultan en los armarios.
El abrigo del tiempo
los cubre de sueño.
Duermen mirando al campo.
Despiertan
abrazados al invierno.
Se abren como amapolas,
como velas de un naufragio.
Navegan por mares de tinta
como dos enamorados
en su primera cita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario