miércoles, 17 de septiembre de 2014

Hoy, me concedo el permiso de ver lo mejor de mí, de fortalecerme, de enriquecer mi autoestima asistiendo a talleres y leyendo libros, me concedo el permiso de comunicarme con más profundidad con las personas que me rodean, de permitirme decir qué me pasa, y de dejar de ocultar lo que siento. Hoy, me concedo el permiso de reconocer todo mi camino andado, reconociendo cada tramo, cada instancia, y honrando toda la evolución lograda. Hoy, me concedo el permiso de agradecer todo lo que tengo en mi vida, evitando ver lo que falta. Conecto con el merecimiento y con la abundancia, abriéndome a la gratitud de lo que he cosechado. Hoy, me concedo el permiso de amorosamente observar los vínculos que tengo cerca y de decidir y optar por continuar en ellos o ir por otros rumbos. Me concedo el permiso de elegir únicamente personas que me sumen, que aporten a mi vida y me permito salir de conflictos innecesarios, co-dependencias y apegos tóxicos que hacen que mi vida sea un constante sufrir. Hoy, me permito pedir ayuda, salir de la ilusión que todo lo puedo, y me concedo el permiso de bajarme de mi pedestal de autosuficiencia y actuar como el ser humano que soy, dando y recibiendo. Hoy, me concedo el permiso de abrir mi corazón al amor, ya que mantenerlo cerrado me deja con una venda en los ojos, evitando proyectarme en otros, para evitar ver esas sombras que tanto pueden sanarme. Hoy, evito las críticas a mi cuerpo, a mis falencias, y sólo veo lo mejor de mí.




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